domingo, 5 de abril de 2015

RODOLFO MUÑOZ - El Caballero del León



“Los periodistas me preguntaron de donde era y yo les respondí sin dudarlo: soy huanuqueño. Por algo era el capitán del equipo que derrotando al Unión Ocopilla por tres goles a dos, conseguimos el subcampeonato e ingresamos al fútbol profesional”, quién nos manifiesta esto Rodolfo Muñoz Palacios.
Estábamos cercanos a los treinta años de esa noche en la que el nombre de Huánuco sonó muy fuerte en todo el país. Un equipo que llegó con humildad a la final, tras haber disputado todas las anteriores ediciones de la “Copa Perú” hasta la etapa regional, junto con las representaciones de Ancash, que generalmente eran clubes de Casma o Chimbote, y de La Libertad, entre ellos el Mannucci y el Alfonso Ugarte de Chiclín.
“Los partidos con el Bielovucic y el Santa Rosa eran verdaderos clásicos”, recuerda Rodolfo, “quien salía campeón era el que representaba al departamento”.
“Recuerdo que en la Liga jugamos ese año el partido final contra el Bielo, Cabanillas nos hizo un extraordinario gol de cabeza, nos tiramos con todo adelante, con el empate ellos campeonaban, y contra lo usual saqué un remate fuerte de fuera del área y vencí a Paredes; ahí empezó nuestra carrera hasta la final. Sentí que todos se abalanzaban a felicitarme, fui alzado en hombros. Yo había llegado de Lima en el vuelo de mediodía y tenía que regresar después del encuentro, mi hija había quedado enferma”.
Y recordamos cuantas veces Rodolfo llegaba en los vuelos dominicales de mediodía para jugar en la tarde y estar de retorno inmediato a Lima, su centro de labores. Y sabemos que este caballero sufragaba sus propios gastos, se dirá que eran otros tiempos, pero aun así no es muy común hacerlo,  sacrificándose por el club de sus amores.
Y lo hacía por un equipo de Liga, él había salido de las divisiones inferiores del Alianza, de las manos de Rafael Castillo y los avatares de su actividad laboral lo llevaron a la tierra de su padre: Huánuco.
Se enroló en un club de tercera división, el Mariscal Sucre, equipo de los vendedores de tela del Mercado Antiguo, para luego pasar a militar al León, “club que me gustaba” ... “antes estuve a punto de fichar por el Santa ...” manifiesta.

“Jugué todos los campeonatos y todas las “Copa Perú” hasta que llegamos a la profesional. Intervine en el torneo “Petróleos del Perú” y hasta la mitad del descentralizado. Una lesión me retiró del campeonato y del fútbol profesional”.
Hay nostalgia en su miraba que se convierte de pronto en una expresiva convicción: “A Huánuco lo quiero mucho, me permitió ser capitán de su equipo durante muchos años y hasta una vez cuando reforcé al Santa Rosa en un partido con el Defensor Arica, el capitán rosado Manuel Murga me cedió la capitanía, esas cosas las recuerda uno con cariño, con gratitud”.
Ha dicho su verdad Rodolfo, pero es necesario que digamos la nuestra. Rodolfo siempre fue un caballero en el campo como lo es en la vida. Aparte de su juego técnico y aguerrido que daba seguridad a su bloque defensivo, hay en él un don de gentes, una caballerosidad que se convertía en ascendencia sobre sus compañeros y respeto en sus rivales.
“Espinoza y Fano del Santa Rosa son los jugadores más difíciles que yo enfrenté en Huánuco, junto a Jorge Cabanillas cuando él defendía al Bielovucic.  Espinoza, era un jugador de muchos recursos técnicos e inteligente”.
Y volvemos a la final de la “Copa Perú” y le recordamos que el partido con Cultural Juanjui lo terminó jugando con un parche en la boca.
“Sí, fue un codazo de quien después sería mi gran amigo: “Juanjui” Rodríguez. No sé cómo volví a la cancha, jugué por instinto. Cuando vi la retrasmisión por televisión me parecía increíble lo que había hecho, actué casi inconsciente”.
Los recuerdos se juntan entre nosotros. Ambos nos llenamos de nostalgia por Huánuco, hablamos de “Pitín” Sandoval y de la mala fortuna de ese fuera de serie “Posheco” Torres, de la amistad leal y entera de Carlos Chávez, de los partidos de fulbito en el Parque “Amarilis” con Walter Pérez y Dimas Garay, de “Penshe” Belgrano, otro back centro de jerarquía en el fútbol huanuqueño.
El tiempo ha ganado al tema, mucho ha quedado por hablar, hay cosas que no alcancé a preguntarle y también otras que él también habría querido decirlas; pero ambos las entendemos, Lima siempre apremia.
Nos despedimos con el compromiso de volvernos a ver: chau compadrito...




























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