El arquero
El de arquero es el más controversial de los
puestos. Donde se saborea la gloria, se vuela en un instante entre las nubes y
el resto del tiempo se camina sobre la dureza de la tierra.
Ahí va haciendo una escuela, comprendiendo que el balón como las cosas
de la vida no va siempre al lugar que uno quisiera o pudiera alcanzarlo.
Está
cargado de singularidades. Tiene que ser perfecto, porque una falla o
imposibilidad física o técnica, termina con la pelota en la red y eso lo
condena, es una situación irremisible. No se analiza lo que pasó antes en la
línea de zagueros, en la entrega equivocada de un mediocampista o en el gol
perdido por un delantero y que produjo un contrataque letal.
Pero cuando
el arquero mediante acciones que parecen inverosímiles evitan logros
adversarios, tiene que ser muy especial para reparar en él, por lo general pasa
desapercibido. Al final es su obligación parecen decir. En los setenta se veía
con sorpresa al argentino Gatti salirla jugando, descontando adversarios y
sacando laterales. En la década del noventa hemos visto a porteros como Higuita
salir jugando, haciendo goles de penal y tiro libre. Luego el paraguayo
Chilavert, al igual que el colombiano, anotando de penal y tiros libres, pero
también haciendo goles de más allá de medio campo; el peruano Johnny Vegas es
un ejemplo entre los nuestros.
Cabe anotar
que el primero del que tenemos recuerdo de haber sorprendido, con esas llamadas
rarezas o excentricidades de arquero, fue el “Chueco” Juan Honores en Argentina, atajando por el Banfield en la
década del cuarenta.
Y en
nuestra tierra, era normal ver también por esos mismos tiempos a Joaquín
Gayoso, portero del Alianza Huánuco y por mucho tiempo de nuestros
seleccionados, anotar de tiro libre y de penal.
Pareciera
que nos hemos salido del tema, mas consideré que era necesario poner esta cuña,
que también permite ver las cosas del arco, que dicho sea de paso no son las
únicas.
Tenemos que
el arquero está dotado de facultades especiales por el Reglamento, como es el
poder jugar con las manos dentro del área. Exigen de él una preparación
especial, así como aptitudes singulares, muchas de ellas diferentes a las de
los demás integrantes del equipo; además de que los mayores cambios
reglamentarios que se han hecho en el balompié han pasado por el arquero.
Además,
como hemos podido ver líneas arriba, conforme se va aplicando la concepción de
fútbol moderno, el meta es un elemento clave
dentro del esquema técnico-táctico.
Siempre he
creído que la capacidad de un equipo está dada por la rapidez y precisión con
que pasa de la actitud defensiva a la ofensiva y viceversa. Entonces, el balón
en los pies o en las manos del golero, bien entregado, inmediatamente le
permite pasar al equipo a la situación ofensiva. No he visto a nadie cumplir
mejor esta función que a Horacio Humberto Ballesteros, portero de Universitario
de Deportes cuando se clasificó Sub Campeón de la “Copa Libertadores”.
Asimismo,
vemos que los arqueros están saliendo de los linderos de su área, haciendo en
algunos casos funciones de líbero, también algunos de ellos van a cargar al
portero adversario en el área contraria, cuando se suscitan jugadas de pelota
fija.
Pero igual,
aunque anoten goles de tiro libre o de jugada, hagan un pase de gol o entre en
el desarrollo de un exitoso esquema de juego, siempre seguirán teniendo la
culpa de los goles que se anoten en su valla.
Y es que
sencillamente, como hombres que somos, nos refugiamos en la última esperanza en
los actos de nuestra vida, como tal en el fútbol no está la excepción. Y al
final esa última esperanza debe ser necesariamente el arquero, el encargado de
impedir el gol, aun cuando técnica o físicamente no sea posible evitarlo, y si
falló es más fatal aún. A veces es más fácil encontrar culpables, cuando no
tenemos valor para reconocer méritos o admitir verdades.
En
realidad, no imaginé hacer una introducción tan extensa para hablar de los
arqueros huanuqueños, pero es que hay motivos de tanta reflexión en ese puesto,
que constituye un tema de por sí especial en el mundo del fútbol, hasta pensar
como Ramón Quiroga que existe una “filosofía
del arco”.
Nuestros arqueros
No cabe
duda que en nuestro medio, como pudiera ser en cualquier otro, hemos tenido
buenos arqueros, aquellos que cumplieron su función dentro de un nivel de
eficiencia promedio; mas también aparecen los que con sus nombres llenaron toda
una época y se convirtieron en símbolos, en paradigmas consagrados por la
afición y fue ella la que les dio el
pedestal que ahora ocupan en el tiempo, como un reconocimiento a su ejecutoria,
a sus actuaciones relevantes y trascendentes en los niveles regional y
nacional.
Esto ha
llegado hasta nosotros a través de los documentos periodísticos de diferente
época, tanto de Huánuco como de la capital; la infinidad de testimonios orales
de futbolistas y aficionados de todos los tiempos, así como después de haber
visto cuarenta años de fútbol, permitiéndome
conformar el que podría considerarse el grupo mayor de los arqueros
huanuqueños.
Naturalmente
esto no constituye una calificación sino
un reconocimiento, pues no está en
nuestra intención establecer diferencias
individuales, dado que es un
hecho sumamente complejo y poco posible, al no haber podido ver a todos y por
no estar exento de subjetividad un
juicio individual.
Feliciano Salazar : “Chacragallo”
Fue el
primer arquero de los seleccionados huanuqueños desde mediados de los años
veinte, era portero del “Juan Bielovucic”,
y los periódicos de su tiempo lo consideraban como un portero eficiente y
arrojado, a la vez que como el mejor del medio, destacaba en las
confrontaciones interdepartamentales, especialmente frente a los cerreños y
huancaínos.
Alejandro Sara Lafosse
Se inició
en el equipo de los infantiles del Colegio de Minería y llegó a la primera
división en esta misma institución. Cuando llegó el momento de la participación
de Huánuco en el III Campeonato Nacional
de Fútbol en 1936, fue convocado como portero titular de nuestro
seleccionado, a mérito de las destacadas actuaciones cumplidas en el campeonato
local.
Mas resulta
especialmente significativa la cobertura que dieron las páginas deportivas de
los diarios “El Comercio” y “La Prensa”,
a las brillantes actuaciones que cumplió especialmente en los partidos jugados
frente a Piura y Sullana, donde se convirtió en una de las figuras estelares de
esos encuentros, luciendo por sus seguras intervenciones sobre todo en los
remates de corta distancia, pero sobre
todo por su dominio del área en el juego por alto, aparecen fotografías
resaltando esa virtud con saltos realmente espectaculares.
A pesar de
no haber estado Huánuco en la rueda final y haber sido consagrado el “Chueco” Juan Honores, arquero de
Chicama, como el mejor arquero del torneo, el buen Allico estuvo en las
consideraciones de la crítica especializada.
El “Cholo” Walter Pérez
Los años
cuarenta van a constituir en cierta medida la década del Tabaco, los celestes
del Tabaco tenían en sus filas figuras excepcionales, pero sin lugar a dudas
las más rutilante era la de su arquero el “Cholo”
Walter Pérez Malpartida, cuya actuación memorable se registra en 1946, cuando
la selección de Huánuco enfrenta en el Estadio “Telmo Carbajo” a la Selección de Lima, por las eliminatorias del
Campeonato Nacional. Ingresó a jugar pasados los diez minutos del primer
tiempo, cuando el equipo ya perdía por tres a cero, a partir de ahí cambiaron
las cosas y la presencia de Walter en el arco huanuqueño constituyó un factor determinante
para que el partido adquiriera una lucidez especial, en la que la gran figura
fue él; siendo motivo para que por varios días las páginas deportivas de
diarios como “La Crónica” y el
periodista “Lolo” Carrera, hicieran comentarios importantes que
destacaban las cualidades del portero huanuqueño, a quien lo calificaban como
la “Sombra de los limeños”. Recibió una
propuesta del “Atlético Chalaco”, la
misma que decidió aceptar, pero su minoría de edad le impidió materializar la
posibilidad de militar en la entonces división no amateur del fútbol peruano.
Los aficionados de la época recordaban su agilidad, sus reflejos, su capacidad para jugar dentro y fuera del arco,
y su gran seguridad de manos. Terminó su carrera deportiva jugando de centro
delantero por el Santa Rosa, equipo en el que era goleador.
Tanto
Alejandro Sara Lafosse como Walter Pérez Malpartida, fueron los grandes
arqueros de la primera mitad del siglo, claro está que muchos hinchas
manifiestan su preferencia por uno de ellos. A ninguno tuve la suerte de verlo
bajo los maderos.
Dimas Garay Nalvarte
Fue el
primer gran arquero huanuqueño que tuve la fortuna de ver en acción, desde la
primera vez que fui al estadio en 1953, cuando atajaba por la selección de
Huánuco, frente a la Selección de Tingo María, por el Campeonato “Centenario
del Nacimiento de Leoncio Prado”. Dimas,
juvenil aun, se inició en las postrimerías de los cuarenta atajando por el
equipo “Estrella del Perú”, conocido
como el equipo de los panaderos, luego se incorporaría al “Juan Bielovucic”, sucediendo a Pancho Apac; posteriormente se
integraría al León, también defendería la franja del “Leoncio Prado” y culminaría su actividad futbolística jugando de
back centro por el Club Defensor “
Amarilis”, donde las veces que se decidía actuar en el arco cumplía
sensacionales actuaciones. Integró la selección que participó en los I Juegos
Deportivos Centro Peruanos, en los que fue titular Walter Pérez, luego se
convertiría en el primer guardapiolas de nuestros seleccionados durante casi
toda la década del cincuenta. A “Mancho”
Garay le tocó una época difícil para nuestro balompié, en la que fue duramente
abatido por las selecciones de Trujillo y Arequipa, sin embargo por aparente
contradicción, a pesar del abultado marcador que recibíamos, diarios como “La Prensa” destacaban su actuación con
frases como “este buen arquero no mereció
tantos goles” o “a pesar de la
goleada fue lo mejor que tuvo Huánuco”. Esto le valió para recibir una
propuesta de los chalacos del “Carlos Concha”, la misma que desechó
para seguir en el León. Dimas fue un
arquero que destacó por su gran seguridad de manos, su intuición, la colocación
que exhibía, pero lo que más destacaba en él era su sobriedad, su elegancia, su
gran personalidad y vocación de enseñanza a los que venían. Carlos Chávez nos
dijo una vez “desde que Dimas entraba al
campo ya lo estaban aplaudiendo”.
Carlos Chávez Huapalla
A él lo
conocí jugando en el campeonato intersecciones del colegio, al mismo tiempo que
en la selección leonciopradina y en el juvenil del “León de Huánuco”, institución a la que perteneció desde niño.
Culminados sus estudios secundarios militó una corta temporada en el Unión
Talleres de Atacocha, luego para seguir su carrera en el Instituto Nacional de
Educación Física se estableció en Lima, donde luego de militar en el “Santiago Barranco” militó por tres
años en el Porvenir Miraflores, equipo
de la Segunda Profesional, con el que
campeonó en 1964, valiéndole su brillante desempeño la convocatoria a la
Selección de esta división, a la que no se pudo integrar debido a una lesión.
Culminaría su paso por el fútbol capitalino jugando por el Atlético Sicaya,
equipo con el que se presentó en Huánuco en 196_, a partir de esa fecha se
reincorporó al León y defendió la divisa crema durante todos los torneos de la “Copa Perú”, incluyendo los de Liga,
alternando en algunas oportunidades con Hugo Bolarte. La actuación que más
recuerda la afición huanuqueña fue la final de este certamen, jugado en 1972,
especialmente aquel partido definitorio con el Deportivo Junín, cuando en el
último instante realizó una atajada memorable, evitando el empate. Esa acción
permitió escasos momentos después, celebrar el subcampeonato y el ingreso a la
división mayor del fútbol peruano. Jugó algunos partidos en el torneo “Petróleos del Perú”, decidiéndose por
el retiro para asumir las funciones de Preparador Físico y luego de Entrenador.
Fue un arquero sobrio, dueño de una excelente colocación, gran seguridad de
manos, salía con fuerza y decisión, dirigía permanentemente el accionar de sus compañeros, especialmente de su
defensa. Inspiraba confianza y desde adolescente gozó de gran popularidad,
especialmente entre los niños.
Hugo Bolarte Morales
Lo vi
atajar desde 1953, cuando fuimos compañeros de aula en el tercer año de
primaria en el Colegio “San Luis Gonzaga”,
ahí en el patio del plantel, a la hora de recreo volaba de piedra a piedra para
atajar o desviar la pelota de jebe con la que generalmente se jugaba.
Adolescente aun empezó su militancia en el Club Sport Boys de la segunda
división, luego de incorporaría al Cultural Tarapacá, mientras avanzaba para
convertirse en un arquero de marquesinas, luciendo sus atributos en el
campeonato interno del colegio, donde sucedió a Carlos Chávez en el arco de la
selección. Su momento consagratorio llegó en el “Mateo Aguilar”, equipo con el campeonó en 1961, pero antes ya
había atajado en la Selección de Huánuco en las eliminatorias del Campeonato
Nacional de 1960, enfrentando al representativo de Huancayo, sucediendo en el
puesto a Dimas Garay; a partir de ese momento fue titular de nuestros
seleccionados mientras se disputó el Campeonato Nacional, hasta que llegó la “Copa Perú”, reincorporándose al León a
partir del torneo de 1968, antes defendió los pórticos del Sporting Tabaco y el
“Leoncio Prado”. En esta competencia
retomó su gran nivel, brindando extraordinarias actuaciones frente a los
equipos norteños, es recordada esa gran actuación que cumplió frente al
Defensor Casagrande de Trujillo, en uno de los primeros encuentros jugados en
el hoy Estadio “Heraclio Tapia León”,
Bolarte defendió al León una temporada más. Bolarte fue durante más de diez
años el mejor arquero que tuvo Huánuco, en un momento en que también habían buenos metas. Era un arquero
espectacular, dueño de una extraordinaria agilidad, grandes reflejos y golpe de
vista, las tribunas siempre estaban listas para aplaudir sus intervenciones
Ernesto Cisneros Zevallos
Con el
sucedió algo parecido que con Carlos Chávez. Lo vi jugando aun adolescente en
el Primer Campeonato Interbarrios organizado por “Antorcha Deportiva” el año 196_, atajando por el equipo de “Huallayco Sur”. Luego atajaría en la
segunda división por el Club Unión Dos de Mayo para posteriormente militar en
el Tarapacá. Viajó a Lima para seguir sus estudios en la Escuela Superior de la
Policía de Investigaciones, fue en esa circunstancia en la que se incorpora al
equipo del “San Roberto”,
representativo de su institución que jugaba en la Segunda Profesional,
posteriormente también defendería las sedas aurinegras del Juventud Gloria en
esta división, en ambos equipos cumplió actuaciones importantes. También en su
estada en la ciudad de Trujillo defendió la divisa del CDarlos Tenaud. Retornó a Huánuco y se integró a las filas del
“Juan Bielovucic” el año 1972, siendo
un factor importante para la obtención de títulos sucesivos por los “aviadores” hasta el año 1974,
consagrándose en varias oportunidades
como el mejor jugador del campeonato y participando en la “Copa Perú”; durante su militancia en el
Bielo fue titular de la Selección de Huánuco que campeonó en los II Juegos
Deportivos Centro Peruanos; asimismo,
fue convocado a la Selección Nacional Amateur, pero no continuó en ella
por problemas administrativos de la Federación. En 1976 se incorporó al Santa
Rosa, jugando en todas las etapas de la “Copa
Perú”, hasta llegar a la final de este torneo ese mismo año, siendo
consagrado por la crítica como el mejor arquero del campeonato. Su actuación
para el recuerdo la cumplió en el primer partido frente al “Francisco Bolognesi” de Tacna, en la que evitó goles coreados en
formidables atajadas. Siguió en el Santa Rosa, jugando en varios certámenes más
de la “Copa Perú”, habiéndose
constituido siempre en un factor importante para los resultados exitosos del
equipo. Era un arquero que lucía un gran dominio del área, tanto para el juego
aéreo como rasante, excepcional ubicación, reflejos e intuición, era un meta
que además de eficiencia ofrecía lucimiento.
He citado a
siete, que considero que son los consagrados por la afición huanuqueña de su
tiempo como los mejores, habiendo adquirido trascendencia con el paso de los
años.
Ha habido
muy buenos arqueros en Huánuco, en todas las épocas, la cita de los mencionados
no desmerece de manera alguna la calidad de los restantes, por el contrario la
jerarquiza.
Si usted
considera que hay alguien ausente, agréguelo a la lista, ella continuará a través del tiempo.
Mientras
tanto, estamos a la espera de la aparición de otro grande para ocupar el
espacio que le corresponde en el arco huanuqueño.
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