lunes, 6 de abril de 2015

LOS ARQUEROS HUANUQUEÑOS



El arquero 
El de arquero es el más controversial de los puestos. Donde se saborea la gloria, se vuela en un instante entre las nubes y el resto del tiempo se camina sobre la dureza de la tierra.
Ahí va haciendo una escuela, comprendiendo que el balón como las cosas de la vida no va siempre al lugar que uno quisiera o pudiera alcanzarlo.
Está cargado de singularidades. Tiene que ser perfecto, porque una falla o imposibilidad física o técnica, termina con la pelota en la red y eso lo condena, es una situación irremisible. No se analiza lo que pasó antes en la línea de zagueros, en la entrega equivocada de un mediocampista o en el gol perdido por un delantero y que produjo un contrataque letal.
Pero cuando el arquero mediante acciones que parecen inverosímiles evitan logros adversarios, tiene que ser muy especial para reparar en él, por lo general pasa desapercibido. Al final es su obligación parecen decir. En los setenta se veía con sorpresa al argentino Gatti salirla jugando, descontando adversarios y sacando laterales. En la década del noventa hemos visto a porteros como Higuita salir jugando, haciendo goles de penal y tiro libre. Luego el paraguayo Chilavert, al igual que el colombiano, anotando de penal y tiros libres, pero también haciendo goles de más allá de medio campo; el peruano Johnny Vegas es un ejemplo entre los nuestros.
Cabe anotar que el primero del que tenemos recuerdo de haber sorprendido, con esas llamadas rarezas o excentricidades de arquero, fue el “Chueco” Juan Honores en Argentina, atajando por el Banfield en la década del cuarenta.

Y en nuestra tierra, era normal ver también por esos mismos tiempos a Joaquín Gayoso, portero del Alianza Huánuco y por mucho tiempo de nuestros seleccionados, anotar de tiro libre y de penal.
Pareciera que nos hemos salido del tema, mas consideré que era necesario poner esta cuña, que también permite ver las cosas del arco, que dicho sea de paso no son las únicas.
Tenemos que el arquero está dotado de facultades especiales por el Reglamento, como es el poder jugar con las manos dentro del área. Exigen de él una preparación especial, así como aptitudes singulares, muchas de ellas diferentes a las de los demás integrantes del equipo; además de que los mayores cambios reglamentarios que se han hecho en el balompié han pasado por el arquero.
Además, como hemos podido ver líneas arriba, conforme se va aplicando la concepción de fútbol moderno, el meta es un elemento clave  dentro del esquema técnico-táctico.
Siempre he creído que la capacidad de un equipo está dada por la rapidez y precisión con que pasa de la actitud defensiva a la ofensiva y viceversa. Entonces, el balón en los pies o en las manos del golero, bien entregado, inmediatamente le permite pasar al equipo a la situación ofensiva. No he visto a nadie cumplir mejor esta función que a Horacio Humberto Ballesteros, portero de Universitario de Deportes cuando se clasificó Sub Campeón de la “Copa Libertadores”.
Asimismo, vemos que los arqueros están saliendo de los linderos de su área, haciendo en algunos casos funciones de líbero, también algunos de ellos van a cargar al portero adversario en el área contraria, cuando se suscitan jugadas de pelota fija.

Pero igual, aunque anoten goles de tiro libre o de jugada, hagan un pase de gol o entre en el desarrollo de un exitoso esquema de juego, siempre seguirán teniendo la culpa de los goles que se anoten en su valla.
Y es que sencillamente, como hombres que somos, nos refugiamos en la última esperanza en los actos de nuestra vida, como tal en el fútbol no está la excepción. Y al final esa última esperanza debe ser necesariamente el arquero, el encargado de impedir el gol, aun cuando técnica o físicamente no sea posible evitarlo, y si falló es más fatal aún. A veces es más fácil encontrar culpables, cuando no tenemos valor para reconocer méritos o admitir verdades.
En realidad, no imaginé hacer una introducción tan extensa para hablar de los arqueros huanuqueños, pero es que hay motivos de tanta reflexión en ese puesto, que constituye un tema de por sí especial en el mundo del fútbol, hasta pensar como Ramón Quiroga que existe una “filosofía del arco”.
Nuestros arqueros
No cabe duda que en nuestro medio, como pudiera ser en cualquier otro, hemos tenido buenos arqueros, aquellos que cumplieron su función dentro de un nivel de eficiencia promedio; mas también aparecen los que con sus nombres llenaron toda una época y se convirtieron en símbolos, en paradigmas consagrados por la afición y  fue ella la que les dio el pedestal que ahora ocupan en el tiempo, como un reconocimiento a su ejecutoria, a sus actuaciones relevantes y trascendentes en los niveles regional y nacional.
Esto ha llegado hasta nosotros a través de los documentos periodísticos de diferente época, tanto de Huánuco como de la capital; la infinidad de testimonios orales de futbolistas y aficionados de todos los tiempos, así como después de haber visto cuarenta años de fútbol, permitiéndome  conformar el que podría considerarse el grupo mayor de los arqueros huanuqueños.

Naturalmente esto no  constituye una calificación sino un reconocimiento,  pues no está en nuestra intención establecer diferencias  individuales, dado que  es un hecho sumamente complejo y poco posible, al no haber podido ver a todos y por no estar  exento de subjetividad un juicio individual.
Feliciano Salazar : “Chacragallo”
Fue el primer arquero de los seleccionados huanuqueños desde mediados de los años veinte, era portero del “Juan Bielovucic”, y los periódicos de su tiempo lo consideraban como un portero eficiente y arrojado, a la vez que como el mejor del medio, destacaba en las confrontaciones interdepartamentales, especialmente frente a los cerreños y huancaínos.
Alejandro Sara Lafosse
Se inició en el equipo de los infantiles del Colegio de Minería y llegó a la primera división en esta misma institución. Cuando llegó el momento de la participación de Huánuco en el III Campeonato Nacional de Fútbol en 1936, fue convocado como portero titular de nuestro seleccionado, a mérito de las destacadas actuaciones cumplidas en el campeonato local.
Mas resulta especialmente significativa la cobertura que dieron las páginas deportivas de los diarios “El Comercio” y “La Prensa”, a las brillantes actuaciones que cumplió especialmente en los partidos jugados frente a Piura y Sullana, donde se convirtió en una de las figuras estelares de esos encuentros, luciendo por sus seguras intervenciones sobre todo en los remates de corta distancia,  pero sobre todo por su dominio del área en el juego por alto, aparecen fotografías resaltando esa virtud con saltos realmente espectaculares.

A pesar de no haber estado Huánuco en la rueda final y haber sido consagrado el “Chueco” Juan Honores, arquero de Chicama, como el mejor arquero del torneo, el buen Allico estuvo en las consideraciones de la crítica especializada.
El “Cholo” Walter Pérez
Los años cuarenta van a constituir en cierta medida la década del Tabaco, los celestes del Tabaco tenían en sus filas figuras excepcionales, pero sin lugar a dudas las más rutilante era la de su arquero el “Cholo” Walter Pérez Malpartida, cuya actuación memorable se registra en 1946, cuando la selección de Huánuco enfrenta en el Estadio “Telmo Carbajo” a la Selección de Lima, por las eliminatorias del Campeonato Nacional. Ingresó a jugar pasados los diez minutos del primer tiempo, cuando el equipo ya perdía por tres a cero, a partir de ahí cambiaron las cosas y la presencia de Walter en el arco huanuqueño constituyó un factor determinante para que el partido adquiriera una lucidez especial, en la que la gran figura fue él; siendo motivo para que por varios días las páginas deportivas de diarios como “La Crónica” y el periodista “Lolo” Carrera,  hicieran comentarios importantes que destacaban las cualidades del portero huanuqueño, a quien lo calificaban como la  “Sombra de los limeños”. Recibió una propuesta del “Atlético Chalaco”, la misma que decidió aceptar, pero su minoría de edad le impidió materializar la posibilidad de militar en la entonces división no amateur del fútbol peruano. Los aficionados de la época recordaban su agilidad, sus reflejos, su  capacidad para jugar dentro y fuera del arco, y su gran seguridad de manos. Terminó su carrera deportiva jugando de centro delantero por el Santa Rosa, equipo en el que era goleador.
Tanto Alejandro Sara Lafosse como Walter Pérez Malpartida, fueron los grandes arqueros de la primera mitad del siglo, claro está que muchos hinchas manifiestan su preferencia por uno de ellos. A ninguno tuve la suerte de verlo bajo los maderos.


Dimas Garay Nalvarte
Fue el primer gran arquero huanuqueño que tuve la fortuna de ver en acción, desde la primera vez que fui al estadio en 1953, cuando atajaba por la selección de Huánuco, frente a la Selección de Tingo María, por el Campeonato “Centenario del Nacimiento de Leoncio Prado”.  Dimas, juvenil aun, se inició en las postrimerías de los cuarenta atajando por el equipo “Estrella del Perú”, conocido como el equipo de los panaderos, luego se incorporaría al “Juan Bielovucic”, sucediendo a Pancho Apac; posteriormente se integraría al León, también defendería la franja del “Leoncio Prado” y culminaría su actividad futbolística jugando de back centro por el Club Defensor “ Amarilis”, donde las veces que se decidía actuar en el arco cumplía sensacionales actuaciones. Integró la selección que participó en los I Juegos Deportivos Centro Peruanos, en los que fue titular Walter Pérez, luego se convertiría en el primer guardapiolas de nuestros seleccionados durante casi toda la década del cincuenta. A “Mancho” Garay le tocó una época difícil para nuestro balompié, en la que fue duramente abatido por las selecciones de Trujillo y Arequipa, sin embargo por aparente contradicción, a pesar del abultado marcador que recibíamos, diarios como “La Prensa” destacaban su actuación con frases como “este buen arquero no mereció tantos goles” o “a pesar de la goleada fue lo mejor que tuvo Huánuco”. Esto le valió para recibir una propuesta de los chalacos  del “Carlos Concha”, la misma que desechó para seguir en el León. Dimas  fue un arquero que destacó por su gran seguridad de manos, su intuición, la colocación que exhibía, pero lo que más destacaba en él era su sobriedad, su elegancia, su gran personalidad y vocación de enseñanza a los que venían. Carlos Chávez nos dijo una vez “desde que Dimas entraba al campo ya lo estaban aplaudiendo”.

Carlos Chávez Huapalla
A él lo conocí jugando en el campeonato intersecciones del colegio, al mismo tiempo que en la selección leonciopradina y en el juvenil del “León de Huánuco”, institución a la que perteneció desde niño. Culminados sus estudios secundarios militó una corta temporada en el Unión Talleres de Atacocha, luego para seguir su carrera en el Instituto Nacional de Educación Física se estableció en Lima, donde luego de militar en el “Santiago Barranco” militó por tres años  en el Porvenir Miraflores, equipo de la Segunda Profesional,  con el que campeonó en 1964, valiéndole su brillante desempeño la convocatoria a la Selección de esta división, a la que no se pudo integrar debido a una lesión. Culminaría su paso por el fútbol capitalino jugando por el Atlético Sicaya, equipo con el que se presentó en Huánuco en 196_, a partir de esa fecha se reincorporó al León y defendió la divisa crema durante todos los torneos de la “Copa Perú”, incluyendo los de Liga, alternando en algunas oportunidades con Hugo Bolarte. La actuación que más recuerda la afición huanuqueña fue la final de este certamen, jugado en 1972, especialmente aquel partido definitorio con el Deportivo Junín, cuando en el último instante realizó una atajada memorable, evitando el empate. Esa acción permitió escasos momentos después, celebrar el subcampeonato y el ingreso a la división mayor del fútbol peruano. Jugó algunos partidos en el torneo “Petróleos del Perú”, decidiéndose por el retiro para asumir las funciones de Preparador Físico y luego de Entrenador. Fue un arquero sobrio, dueño de una excelente colocación, gran seguridad de manos, salía con fuerza y decisión, dirigía permanentemente el accionar  de sus compañeros, especialmente de su defensa. Inspiraba confianza y desde adolescente gozó de gran popularidad, especialmente entre los niños.
Hugo Bolarte Morales
Lo vi atajar desde 1953, cuando fuimos compañeros de aula en el tercer año de primaria en el Colegio “San Luis Gonzaga”, ahí en el patio del plantel, a la hora de recreo volaba de piedra a piedra para atajar o desviar la pelota de jebe con la que generalmente se jugaba. Adolescente aun empezó su militancia en el Club Sport Boys de la segunda división, luego de incorporaría al Cultural Tarapacá, mientras avanzaba para convertirse en un arquero de marquesinas, luciendo sus atributos en el campeonato interno del colegio, donde sucedió a Carlos Chávez en el arco de la selección. Su momento consagratorio llegó en el “Mateo Aguilar”, equipo con el campeonó en 1961, pero antes ya había atajado en la Selección de Huánuco en las eliminatorias del Campeonato Nacional de 1960, enfrentando al representativo de Huancayo, sucediendo en el puesto a Dimas Garay; a partir de ese momento fue titular de nuestros seleccionados mientras se disputó el Campeonato Nacional, hasta que llegó la “Copa Perú”, reincorporándose al León a partir del torneo de 1968, antes defendió los pórticos del Sporting Tabaco y el “Leoncio Prado”. En esta competencia retomó su gran nivel, brindando extraordinarias actuaciones frente a los equipos norteños, es recordada esa gran actuación que cumplió frente al Defensor Casagrande de Trujillo, en uno de los primeros encuentros jugados en el hoy Estadio “Heraclio Tapia León”, Bolarte defendió al León una temporada más. Bolarte fue durante más de diez años el mejor arquero que tuvo Huánuco, en un momento en que también  habían buenos metas. Era un arquero espectacular, dueño de una extraordinaria agilidad, grandes reflejos y golpe de vista, las tribunas siempre estaban listas para aplaudir sus intervenciones
    Ernesto Cisneros Zevallos
Con el sucedió algo parecido que con Carlos Chávez. Lo vi jugando aun adolescente en el Primer Campeonato Interbarrios organizado por “Antorcha Deportiva” el año 196_, atajando por el equipo de “Huallayco Sur”. Luego atajaría en la segunda división por el Club Unión Dos de Mayo para posteriormente militar en el Tarapacá. Viajó a Lima para seguir sus estudios en la Escuela Superior de la Policía de Investigaciones, fue en esa circunstancia en la que se incorpora al equipo del “San Roberto”, representativo de su institución que jugaba en la Segunda Profesional, posteriormente también defendería las sedas aurinegras del Juventud Gloria en esta división, en ambos equipos cumplió actuaciones importantes. También en su estada en la ciudad de Trujillo defendió la divisa del CDarlos Tenaud.  Retornó a Huánuco y se integró a las filas del “Juan Bielovucic” el año 1972, siendo un factor importante para la obtención de títulos sucesivos por los “aviadores” hasta el año 1974, consagrándose en varias oportunidades  como el mejor jugador del campeonato y participando en la “Copa Perú”; durante su militancia en el Bielo fue titular de la Selección de Huánuco que campeonó en los II Juegos Deportivos Centro Peruanos; asimismo,  fue convocado a la Selección Nacional Amateur, pero no continuó en ella por problemas administrativos de la Federación. En 1976 se incorporó al Santa Rosa, jugando en todas las etapas de la “Copa Perú”, hasta llegar a la final de este torneo ese mismo año, siendo consagrado por la crítica como el mejor arquero del campeonato. Su actuación para el recuerdo la cumplió en el primer partido frente al “Francisco Bolognesi” de Tacna, en la que evitó goles coreados en formidables atajadas. Siguió en el Santa Rosa, jugando en varios certámenes más de la “Copa Perú”, habiéndose constituido siempre en un factor importante para los resultados exitosos del equipo. Era un arquero que lucía un gran dominio del área, tanto para el juego aéreo como rasante, excepcional ubicación, reflejos e intuición, era un meta que además de eficiencia ofrecía lucimiento.
He citado a siete, que considero que son los consagrados por la afición huanuqueña de su tiempo como los mejores, habiendo adquirido trascendencia con el paso de los años.
Ha habido muy buenos arqueros en Huánuco, en todas las épocas, la cita de los mencionados no desmerece de manera alguna la calidad de los restantes, por el contrario la jerarquiza.

Si usted considera que hay alguien ausente, agréguelo a la lista,  ella continuará a través del tiempo.
Mientras tanto, estamos a la espera de la aparición de otro grande para ocupar el espacio que le corresponde en el arco huanuqueño.






























































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