viernes, 17 de octubre de 2014

CUANDO EL LEÓN COMENZÓ A RUGIR


Fundación del Club

Hemos visto en el recorrido historiográfico de nuestro fútbol la existencia de un club llamado “León de Huánuco”, allá por el año 1927, promovido por Francisco Aguirre Agama, que tras una corta existencia salió del escenario deportivo, hasta que en 1946 surgió un nuevo “León de Huánuco”, que no tenía vinculación alguna con el anterior.
Asimismo, podemos reparar que los clubes deportivos había surgido como una representación de barrio, sobre todo con la identidad de éste, así fue el “Juan Bielovucic” en el entonces centro de la ciudad, el Tarapacá en los barrios de San Juan y San Pedro, y el “Leoncio Prado” en Huallayco, barrio que también albergara al  Sporting Tabaco y al “Crespo Castillo” en sus inicios, mientras que el León esta nueva vez la luz primera en “los plácidos claustros santuarios”.
Sin embargo, tampoco sería la primera institución surgida de las aulas leonciopradinas, pues ya a comienzos de los años treinta existía el “Sport Minería”, equipo conformado por los estudiantes de este plantel que en ese entonces era Colegio de Minería. Esta institución fue una de las que nutrió la gloriosa Selección de Huánuco de brillante actuación en el Campeonato Nacional de 1936, encontrándose dentro de ella el arquero Alejandro Sara Lafosse del equipo estudiantil.
El Colegio Nacional “Leoncio Prado” había confrontado momentos difíciles, una huelga de estudiantes había conmocionado no sólo el plantel sino la colectividad huanuqueña, de ahí que la jerarquía educativa nacional tomó medidas tendientes a superar las causas que generaron el movimiento estudiantil, dándole nuevos rumbos a la institución. Fue así que llegó a Huánuco el Dr. Alfredo Marroquín Andía, uno de los directores históricos, junto a él figuraban maestros de la significación de Eloy Arriola Senisse y Fernando Trujillo Malpartida.
Fueron ellos los que germinaron la idea de forjar en el colegio una institución que lo representara en las competiciones deportivas oficiales,  conformada por maestros, empleados y alumnos del plantel. Pero sin lugar a dudas, esta institución tenía una finalidad estratégica, compatible con el propósito de crear un ambiente distinto para los estudiantes, encausando sus inquietudes participativas hacia la práctica deportiva.
El eje de este proyecto fue el ponderado maestro Fernando Trujillo Malpartida, un hombre de vasta formación humanística y excepcionales condiciones de orador, que le ganaron el apelativo de “Pico de Oro”, él gozaba de la simpatía y el respeto del alumnado en general, como tal constituía el gran motivador del proyecto.
Se planificó la realización de una Asamblea de Delegados de Aula, eligiéndose previamente a los representantes con el consecuente trabajo de motivación. El propósito trascendió más allá de las aulas, en los corrillos citadinos se hablaba de esta inquietud que tomaba forma en los claustros leonciopradinos. La Asamblea tuvo lugar una mañana del 29 de junio de 1946. En primera instancia usó de la palabra el Director del plantel, quien expuso los objetivos de la creación del club, había un ambiente de especial inquietud entre los estudiantes que ovacionaron la propuesta del Dr. Marroquín. Fue en esta reunión que a sugerencia del alumno Arias Chumán, nos refiere Pepe Reyes Céspedes, que se adoptó el nombre de León de Huánuco, procediéndose a la elección de la primera junta directiva, cuya presidencia recayó en la persona del Maestro Fernando Trujillo Malpartida.
Ese mismo año, en el mes de febrero se había fundado el Santa Rosa, que tramitaba su ingreso a la Liga de Fútbol, hecho que recién se produjo en 1947 junto con el León de Huánuco, estas dos organizaciones tendrán especial importancia en la vida deportiva de nuestro pueblo.
En esos momentos aurorales el León captó el compromiso de los alumnos que practicaban deporte y militaban en otros clubes, muchos de los estudiantes inclinaron sus preferencias por el equipo que nacía en su plantel, esta situación siguió dándose por muchos años más, pues fue notoria la influencia que tenían muchos profesores en la decisión de los alumnos para militar en el equipo.
Recuerdo de los años cincuenta el uniforme constituido por una camiseta o camisa amarilla y pantalón granate, tenía un bolsillo ubicado en el lado izquierdo del pecho donde figuraba el león rampante de nuestro escudo nobiliario,  a comienzos del sesenta fue modificado estableciéndose el color crema, tanto camiseta como pantalón.
Se vivía una época de especial efervescencia deportiva, las principales instituciones como el Bielovucic, Tarapacá, Santa Rosa, Leoncio Prado tenían equipos de básquetbol y también de voleibol femenino, el León también hizo lo propio y logró constituir una verdadera institución deportiva, que con el correr de los años fue adquiriendo especial importancia en la vida de Huánuco.
Entre sus lauros de significación figuran la gira que realizó el equipo de básquetbol femenino a la ciudad de Lima en 1954, en la que tuvo espectaculares presentaciones frente al Club Revólver y el Universitario de Deportes, convocando la expectativa de la prensa capitalina que no regateo elogios a las técnicas y aguerridas basquetbolistas huanuqueñas.
En fútbol fue varias veces campeón en la década del cincuenta y el sesenta y fue representante de Huánuco en la “Copa Perú” desde 1967 hasta 1972 en que ingresó al fútbol profesional al clasificarse subcampeón del torneo, en el que también obtuvo el título en 1980 cuando perdió la categoría el año anterior. Tuvo performances destacadas en el torneo descentralizado de fútbol profesional los años 1976,  1994, también su reciente clasificación como  Sub Campeón en el descentralizado de fútbol, así como su  participación en la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana.
Tuvo casi de manera permanente equipos de básquetbol, especialmente masculino, y voleibol, habiendo obtenido en reiteradas oportunidades los títulos del torneos, inclusive participaba en las competencias ciclísticas en los años cincuenta con su representante Francisco Pancho Espinoza.
Contaba con un semillero, especialmente en la disciplina de fútbol, durante bastante tiempo tenía el Club “Cachorros” en la tercera división, de donde emergieron muchos de los jugadores que llegaron al subcampeonato de la “Copa Perú”.
El León crecía y se desarrollaba en las aulas leonciopradinas, lo podíamos apreciar en nuestra época de estudiantes, los trofeos del club se encontraban en los anaqueles de la biblioteca del colegio, hasta que a mediados de los años cincuenta el plantel dejó de ser sede de la institución procediendo a rentar un local.
Hasta antes del Dr. Carlos Luque Gamero era indispensable para ser directivo estar vinculado al Colegio, el nuevo presidente la declaró institución abierta y de esta manera amplió su horizonte social.
El Ingreso al fútbol profesional cambió la historia del León, se convirtió en el represente de Huánuco en el fútbol rentado, había proyectado la imagen de Huánuco y en los estadios surgía un nuevo grito “Ruge León”, colmaba las tribunas del Estadio Modelo y la colectividad vivía pendiente de los resultados dominicales del equipo crema.
Pero aun cuando ganaba en hinchada,  como era obvio, el criterio empresarial fue ganando espacio al criterio deportivo institucional, el interés único llegó a ser el equipo de fútbol rentado, que no siempre albergó a muchos huanuqueños en su plantilla.
Paulatinamente fue dejando de ser una institución, con vida orgánica, con base social constituida, con un espectro amplio de práctica y desarrollo deportivo, realmente una organización representativa de nuestro pueblo y nuestro deporte.
Nadie pretende quitarle méritos al León de Huánuco, pero considero que lo más valioso de su vida la dio hasta cuando en 1972 ingresó al fútbol rentado, después ya vivió otro momento, el oropel de este logro nos hizo perder claridad frente a este hecho, hasta que se convirtió por mandato de la ley en Asociación Deportiva Profesional.
No puede cerrarse esta crónica sin mencionar a quienes construyeron la historia luminosa de esta institución, entre sus presidentes al primero de ellos el Dr. Fernando Trujillo Malpartida, el Presidente Honorario Vitalicio Dr. Eloy Arriola Senisse, Domingo Echevarría Marín, uno de los pilares sobre el cual se sostiene la historia del León de Huánuco, José Reyes Céspedes en cuya presidencia ingresa al fútbol  profesional.
Durante la militancia en el fútbol profesional indudablemente los mejores logros se consiguieron en  la presidencia de Luis Picón Quedo, sin embargo también es de recordación la gestión de José “Pepe” Torres Arteaga.
También es justo reconocer a aquellos que en momentos difíciles supieron poner su aporte humano y económico para salvar a la institución de situaciones críticas, entre ellos cabe citar a Ernesto Portugal Chirinos y Yónel Melgarejo Leandro.
Entre sus deportistas símbolos tenemos a Oscar Cañón Ramírez, Manuel  “Zurdo” Ordóñez, Lucho Sobero, Rodolfo Muñoz, junto a las basquetbolistas Ledda Ponce y Elena Pérez.
Por su identidad con el club tiene un lugar especial Carlos Chávez Huapalla, en sus diferentes facetas de futbolista, basquetbolista, preparador físico, técnico, dirigente e hincha.
Auguramos nuevas horas para el León, que aun cuando sus objetivos de vida se hayan perfilado de otra manera, le resulta indispensable en honor a su historia recuperar los espacios institucionales que siempre tuvo en nuestra colectividad, que retorne a la práctica de diferentes disciplinas, constituyendo divisiones inferiores que sean verdaderas escuelas deportivas.
Quienes asuman la dirección del León deben volver a pensar que el deporte practicado de manera esencial es una verdadera escuela de vida y  a eso debe volver el León, caminando  al reencuentro con sus raíces.









ALBORES DE TINGO MARÍA


Periodismo y Deporte

El hombre siempre deja huella a su paso, una forma de hacerlo es el periodismo. Así nos encontramos una tarde en la Biblioteca Nacional con el ejemplar Nº 1 del 1 de enero de 1944, de la “Voz de Tingo María”, periódico mensual editado por la “Asociación de Propietarios de Lotes de Tingo María”,dirigido por Alberto Zelvaggio Airaldi.
Este nombre, era para mí ya conocido como el primer Presidente del Club Sport Santa Rosa, institución deportiva huanuqueña con más de cincuenta años de vida institucional.
Debo expresar, en honor a la verdad, que en el periodismo las limitaciones tecnológicas, lejos de constituirse en  óbice, revelan un gran esfuerzo editorial y una auténtica realización creativa.
Eso sucedía con la edición que referimos, contenía toda clase de informaciones, no sólo de Tingo María sino también de Huánuco, Lima y el extranjero.
Como quiera que el periodista, pone junto a su vocación de comunicador esa otra parte que se lleva dentro, desde que vi el nombre del director en la primera página no me quedó la menor duda de que habría de hallar información deportiva.
 ¿Fue el primer periódico tíngales?
Así, encontré desde el primer número hasta el 12 fechado el 31 de mayo de 1944; luego deduje que estos números correspondían a la primera época que concluyó con el Nº 38.
Llegué a esta conclusión al encontrar el Nº 39, correspondiente al año 1946, en cuyo logotipo cita “Segunda Epoca”, expresando en su editorial que se trataba del primer número de esta nueva etapa que se iniciaba. En esta fase se editaba en la imprenta de Félix Tarazona en Huánuco, presentando un formato diferente.
No podemos aseverar que haya sido el primer periódico tíngales, pero no cabe duda que debe haber sido uno de los primeros, no sólo por su aparición cronológica sino por su calidad periodística.
El fútbol: los primeros clubes y torneos

Dentro de los múltiples aspectos noticiosos, como manifesté líneas arriba, tenemos uno que refiere la posible materialización de un proyecto de construcción de lo que hoy denominamos complejo deportivo o una ciudad deportiva, con campos de fútbol, básquetbol, tenis, piscina, tribunas, etc.
En el número diez, encontré una crónica deportiva que nos podría dar una referencia o derrotero de los orígenes del fútbol en Tingo María, se trata de un torneo realizado con motivo de Fiestas Patrias en el que se clasifica campeón el Unión Naranjillo, institución que mantuvo su vigencia, especialmente en los años sesenta en el que protagonizaba un partido clásico con el Independiente Naranjillo.
En el siguiente número dá cuenta del campeonato de 1944, al hacerlo refiere el certamen del año anterior, en el que resultó campeón el “Carlos Moreyra y Paz Soldán”, con goles de Merino, ganando el trofeo de la Estación Experimental.
En estas competencias participaron también los equipos de Experimental Agrícola, el Sport S.C.I.S.P., Unión Naranjillo y Sport Las Palmas.
Luego, vamos a hallar el nacimiento del Deportivo América, figurando como organizador el Ing. Ernesto Llanos, quién mediante anuncios en el periódico invita a conformar la asociación.
El 1 de mayo de 1944 se fundó el Club Social Ajedrez, instalándose el 13 de setiembre la directiva presidida por Juan Spezián. Posteriormente fue cambiado el nombre por el de Club América, que se constituyó en una de las instituciones deportivas y sociales más importantes de Tingo María, durante la década del cincuenta, llegando a contar con local propio.
El 30 de julio de 1944 fue fundado el Centro Iqueño, por residentes iqueños, presididos por César Rocha.
De estas organizaciones llegué a conocer el que fue local del Club América, cuando ya había dejado su militancia en la Liga de Fútbol el año 1962.
Así como alcancé a ver jugar a uno de los ídolos del fútbol tíngales de esa época: Moisés Silva Laos, pero con la divisa de la selección provincial.
Nos dá la impresión que estos primeros equipos estaban relacionados con las compañías constructoras de la carretera, así como con los grupos colonizadores que habían formado sectores poblacionales.
Esa huella dejada por Zelvaggio nos permite abrir la trocha en la espesura..



AMACHO DÁVILA


El Señor del Gol
Sin lugar a dudas, quienes lo vieron, han dejado sentir la expresión de que Amador Dávila Ruiz, el “Colorado” o “Cabecita de Oro”, es uno de los grandes de la historia del fútbol huanuqueño.
Expresión sincera, de quienes alternaron con él desde la infancia, en el generoso derrochar de energías tras una pelota, con fraternal sinceridad, haciendo de ella un instrumento de amistad. El maestro universitario Carlos Castillo Ríos en una crónica del recuerdo se pregunta ¿ cómo Amacho siendo tan bueno no llegó a jugar en un equipo de Lima?. Cuántos de su época no se han formulado la misma interrogante. Los hemos escuchado. Alguna vez le preguntamos sobre eso, Amacho nos dio una sonrisa por respuesta.
Supimos que el Deportivo Municipal lo quería en sus filas, en la época de Vides, Tito y Caricho. Sí, así fue y no lo digo para la sorpresa. Es que el “Colorado” fue grande en las canchas y siguió siendo igual en la vida. Se quedó en Huánuco con su fútbol y sus goles.
Era realmente extraordinario nos refieren. Manejaba los dos pies y la cabeza con gran capacidad técnica. Virtudes que lució desde infante, cuando defendía la divisa del Jorge Chávez en los torneos de menores, que se realizaban allá por el año 36 en el Estadio “Leoncio Prado”; cuando definieron el título con el “Sport Colectivo” y empataron a un gol, el marcó el tanto de los aviadores.(1).
Desde su puesto en la vanguardia siempre tuvo una cita permanente con las redes. Ora tratando a la pelota con cariño, colocándola a un ángulo después de avisar socarronamente al arquero o rematándola con un cabezazo demoledor.
De ahí lo de “Cabecita de Oro”, por su similitud física y futbolística con Cherro, el goleador de Boca Juniors ese entonces, pelirrubio, colorado, cabeceador furibundo y goleador empedernido. Apelativo que se lo puso “Cañón” Ramírez su compadre del alma, hasta nuestros días  los vImos trajinar la Plaza de Armas en horas vespertinas, dos grandes de nuestro deporte dos señores de nuestra tierra.
Cuando apenas tenía 15 años de edad defendió la divisa del Sport Minería, al lado de las glorias del 36. Adolescente aún era parte de la alineación en la que figuraban Alejandro Sara en el arco; César Pinzas y Camilo López en la defensa; Reynaldo Mory, Eladio Estrada y “Chueco” Guerra en la volante; Ernesto Cornejo, Oscar Ramírez, Tulio López y él en la delantera (2).
“Jugando por este equipo conseguí el mejor gol de mi vida...”, manifiesta, fue un caracol frente al “Instituto Lima” que vino con el “Pibe” Baldovino; “... hasta el árbitro me felicitó...” remarcó el “Colorado”.
Dos años en el Prado y desde el 41 la divisa roja del “Juan Bielovucic”. Ahí dio lo mejor de su fútbol. Recuerda sus duelos frente a su tradicional rival el Tarapacá. Levanta su voz para decir que defendió en siete oportunidades la selección de Huánuco. Hasta 1954 haciendo goles, deleitando al público con sus jugadas espectaculares, enronqueciendo las gargantas de los hinchas. Viviendo el fútbol con intensidad, dejando para la posteridad el recuerdo de su calidad y entrega sin reveses.
Movido por la evocación, en una entrevista que le hiciera nuestro colega Luis La Rosa Higa declaró: “que  Samuel Ratto fue un gran jugador, el mejor que ha visto en canchas huanuqueñas. Era completo”, para luego continuar, como pidiendo que no debemos olvidarnos, “de la clase de Reynaldo Mory, Oscar “Cañón” Ramírez, Eladio Estrada, Santiago Lazo, Conguito Morales, Jorge Villar, Tucho Montes, José Meléndez”. En la misma entrevista expresa que el arquero más difícil que enfrentó fue Alejandro Sara.
Mientras Walter Pérez, uno de los ídolos del deporte huanuqueño, cuando conversábamos sobre “Cabecita de Oro”, nos decía que era peligrosísimo por sus recursos técnicos y la rapidez con que resolvía en el área, a la que nunca corría.
Con Amacho Dávila, podemos decir que no sólo tenemos historia sino gloria en el fútbol.

(1)       “El Progreso” – Nº 273 – 20 de marzo de 1936.
(2)       “7ma. Región” – Nº 2 – 21 de setiembre de l982








EL NACIMIENTO DEL SA NTA ROSA Y VICTOR FERNÁNDEZ MAZUELOS


Entrevista a don Hipólito Salazar

Más de cincuenta años de vida dejan huella, huella profunda no sólo en los que hicieron vida institucional, sino también por lo que significaron, la trascendencia que lograron en el quehacer deportivo y social de nuestro pueblo.
Son pocas las instituciones deportivas en Huánuco que han pasado el cincuentenario y aún se mantienen: “Juan Bielovucic”, Cultural Tarapacá, Sporting Tabaco, Santa Rosa y León de Huánuco.
Este hecho constituye de por sí, un mérito de singulares significaciones, en el que están comprometidos los esfuerzos solidarios, a veces solitarios, de una o varias personas identificadas generacionalmente con estas instituciones. El sostenimiento de una institución deportiva en el ámbito de aficionados es una tarea titánica, que conlleva múltiples esfuerzos humanos y materiales.
También, es difícil para un medio como el nuestro, conseguir lauros nacionales. Cumplir perfomances que pasan a la historia del deporte nacional. El Santa Rosa ha brindado uno de los cuatro logros más importantes a nivel nacional, obtenidos por el fútbol huanuqueño, su participación en la final de la “Copa Perú” en 1976 con jugadores únicamente huanuqueños, caso único en la historia de este torneo.
Pero, el Santa no sólo fue fútbol, fue básquetbol, voleibol, ciclismo, divisiones inferiores desde calichines, que la organizaron el  “Negro” Quiroz con el buen Víctor “Chileno” Fernández, quién siguió con esta tarea hasta que nos dejó para siempre.
Y el Santa fue algo más. Como muchas instituciones con  alma popular, tienen sangre y un corazón que late. Tienen vida, donde la solidaridad humana ha constituido verdaderas familias. Ahí la hermandad corre junto con la pelota. Se camina y afrontan los avatares existenciales, llevando la rosada adentro, de la misma manera como se superan o enfrentan a los adversarios en el campo.
Permítanme ofrecerles una entrevista a don Hipólito Salazar, personalidad identificada con el origen del Santa Rosa, meses antes de que se fuera al encuentro con el Chileno Fernández y el Cholo Walter.
El encuentro con  don Salazar
La cita la hicimos a través del Taita  Jorge Muñiz, consolidándola con Pablo Robles, quién me acompañó hasta el domicilio de don Polo en la Avenida La Paz del Distrito de San de San Miguel.
Desde el primer momento, reparo que estoy frente a una persona que tiene el corazón con las puertas abiertas, me presenta a su familia. Todos en rueda en la sala. El erguido, amable y risueño ofreciéndose al diálogo.
Estoy frente a quien es considerado como la autoridad mayor para hablar de los orígenes del Santa Rosa.
Sin mayores preámbulos le abordo el tema y el empieza, con especial complacencia, a hablarnos como si hace tiempo hubiera esperado aquel momento:
“Bueno, le diré lo que yo recuerdo. Entre los años 1943 y 1944, fue a Huánuco un cierto número de personas mayormente de Lima, por razones de trabajo. En esa época estaba en plena construcción el Hotel para Turistas, eran albañiles, carpinteros, electricistas y especialistas en las diferentes ramas de la construcción. Además eran muchachos,  con suerte para Huánuco eran jóvenes deportistas, gente sana, dispuesta a practicar deporte donde fuera. Luego vino la reconstrucción de la Prefectura, el arreglo de la Municipalidad, parte de la Catedral, entre muchas otras obras”.
“Chileno”: el centro de atracción
“Ese grupo de jóvenes fue allá y se encontraron con “Chileno”, nuestro querido e inolvidable Víctor Fernández Mazuelos. El tenía su taller de zapatería, practicaba el fútbol, jugaba por el Tarapacá, lo mismo que Jorge el Taita Muñiz, el negrito Quiroz, el Cholo Meza, un recio Guardia Republicano, Augusto Olivo ...”
Continúa manifestándonos que él estaba a las finales de su carrera deportiva, después de haber jugado tres años por el Tarapacá, del cuarenta y uno al cuarenta y tres, habiendo campeonato el cuarenta y dos.
“Estábamos con los hermanos Estrada –continúa-. Eladio era el mejor jugador que tuvo Huánuco en ese puesto. Era un half centro dominador del terreno. Era un “Titina” Castillo del Boys. Dominaba toda la cancha, con la diferencia que tenía más físico que Castillo; ... además entre los huanuqueños estaban en el arco la “Pantera” Figueroa, el “Zorro” Juan Bedoya, Roque Fernández, “Kerosene” Soto.
“Ahí entraron a tallar todo ese grupo de muchachos que llegaron para las obras, atraídos por ese imán que se llamaba Chileno, dueño de un carisma extraordinario. Acá en Lima, Chileno había jugado por el Alianza Risso Patrón, que era prácticamente la cantera de Alianza y Sucre. El conocía a un gran número de jugadores de la intermedia y primera división de Lima. Incluso un jugador del Santa Rosa el “Pañaco” David Rodríguez, provenía del Centro Iqueño.”.
Los albores del Santa Rosa
“Nos reuníamos en ese billar que había frente al Cine Central, al costado de la Catedral”.
 Ahí intimamos con “Chileno”, con Augusto Olivo, que fueron los primeros que conocí. Luego ya se fueron integrando nuevas personas venidas de fuera. Empezamos a ir al taller de Chileno, que estaba ubicado en la misma cuadra, pero en la vereda de enfrente, luego se vino más acá donde había un balcón colonial, al entrar en unos altos... ”.
“Entonces cuando terminaba el campeonato no había nada que hacer, así como nos gustaba el deporte nos poníamos de acuerdo y nos íbamos a jugar al Campo Infantil de la Alameda.”.
“Todavía no había nacido el Santa. Nos unía la razón de ser de fuera así como la afición por el deporte. Ya habíamos hecho amigos en Huánuco. Así estuvimos aproximadamente un año”.
“Entonces al trabar amistad con Chileno, Augusto Olivo, la familia Chocos, empezamos a salir de la ciudad a jugar los domingos a Ambo, Tomayquichua, Llicua, Quicacán, Vichaycoto, con equipos del lugar.”.
El liderazgo de don Polo y el nacimiento del Santa Rosa
“Así fuimos avanzando. Yo era el que concertaba los partidos.  ..”.
“Ahí entró Jorge Muñiz, que trabajaba en la Caja de Depósitos, un muchacho Domínguez de Ambo y surge la idea de formar un clubcito, la iniciativa fue de Jorge.
Pero un club de amigos de barrio, todos jugaban por sus respectivos clubes afiliados. Así, nace el Santa Rosa, para jugar nuestros partidos cuando no había campeonato. Para hacer deporte, para recrearnos, divertirnos”.
“Nos reunimos un día, el nueve de febrero del cuarenta y seis, no me olvido, en la casa de Chileno, donde era su taller. Me eligieron director de debates”.
“Se procedió a elegir la primera Junta Directiva recayendo el cargo de Presidente en Alberto Zelvaggio. A mi me eligieron Secretario, Víctor Fernández Mazuelos Director de Deportes. Augusto Olivo y Jorge Muñiz también ocuparon cargos.”. El actual presidente, el Dr. Jorge Espinoza, era en ese entonces un adolescente, un gran hincha, inquieto”.
“Cuando tuvimos que entrar a la Liga si pedí que me nombraran delegado, porque conocía de organización, reglamentos, en fin todo lo que se requería; podía trabajar mejor, pues había que pelear el ingreso del Santa”.
¿Y cómo determinaron el nombre?
“... unos propusieron Huracán. No sé quién dijo Santa Rosa...”.
“Bueno, el nombre era Santa Rosa de Lima, entonces incorporaba a todos los limeños.  Todo eso alimentó nuestra mística, nuestra unidad, ese sentimiento filial que nunca debe perderse...”. Su voz se torna paternal,  fluye emocionada  para decirnos “el color rosado de las camisetas está también relacionado con el nombre de la Santa: Rosa”.
El “Santa Rosa de Lima” a la Liga de Fútbol
“Después de un festival organizado por el Club Tarapacá, en el que participaron todas las divisiones y el equipo jugó contra el Tabaco, tomaron la decisión trascendental de tramitar su ingreso a la Liga.
“Cumplida la actividad, aproximadamente a las nueve de la noche, los que jugaban por el Tarapacá me esperaban en la casa de Chileno. Llegué y me dijeron que habían tomado la decisión de dejar de jugar por este club y tramitar el ingreso del Santa a la Liga”.
“Se tomó el acuerdo, me encomendaron averiguar los requisitos y hacer los trámites pertinentes. Quien nos dio todas las facilidades fue don Fillico Quiñónez, quién trabajaba en la Liga”.
“Alquilamos un local, en los altos del antiguo correo, en el jirón Dámaso Beraún. Preparamos toda nuestra documentación y nos pusieron una traba tremenda. Querían que empezáramos de segunda cuando no había segunda. Reglamentariamente en la primera podían jugar hasta ocho equipos y sólo habían seis. Al final, sesión tras sesión, batalla tras batalla aceptaron nuestra afiliación, pero no aceptaron que ese año cuarenta y seis jugara el Santa Rosa. El Santa Rosa fue fundado oficialmente el 9 de febrero de 1946, el León todavía no existía. Pero acordamos considerar como fecha celebratoria el 30 de agosto en honor a la Santa cuyo nombre habíamos puesto”.
Relaciones con el León
“Un día conversando con los muchachos les dije que estaba solo en la Liga, luchando contra todos. Pensábamos en la necesidad de alguien que esté con nosotros. Nos enteramos que en el Colegio se gestaba el nacimiento de una institución deportiva. Conversamos con el Dr. Marroquín que era el Director, el Dr. Eloy Arriola, el Profesor de Educación Física Ramírez, con quienes éramos amigos. Cuando nació el León, ellos entraron a la Liga”.
“Pero después contra el León se tiraron todos porque quitaba jugadores a los equipos, pues se formó a base del Colegio y en el Colegio todos los clubes tenían equipistas. Una prueba, nos quitaron al “Zurdo” Ordóñez un jugador extraordinario, como pocos”.
Primer partido oficial
“Nuestro primer partido nos tocó jugar frente al “Juan Bielovucic”. Acordamos cambiarnos en la casa de Carlos Latour, ubicado a una cuadra del estadio “Leoncio Prado”, para salir de ahí uniformados.
“El equipo formó con el “Negro” Toto en el arco; en la defensa el guardia Domínguez y el “Pañaco” David Rodríguez; en la media Augusto Olivo, Víctor Fernández, y Jorge Muñiz; en la delantera alternamos Meza, Enrique Latour, Raúl “Shucairo” Rios, el “Pato” Bernal, Alejandro Vía y yo”.
“El primer gol lo anotamos nosotros, fue “Shucairo” Rios. ¡Oh! Fue un júbilo indescriptible. Después arreciaron las cosas, pero como repito ganamos nuestro primer partido y nos retiramos nuevamente a la casa de Latour”.
El adiós de don Polo y un cuadro de recuerdo
Cuando en 1951 retorna a Lima, dejaba un vacío profundo en el Santa Rosa que fue llenado con el cariño y el recuerdo permanente, de quienes reconocieron sus bondades dirigenciales, su calidad humana, sobre todo su carisma, esa facilidad para establecer comunicación.
Al partir don Polo, Mecho Chamorro, diestro también en el arte del dibujo artístico y la caricatura, hizo un cuadro de la entonces reserva del Santa Rosa para obsequiársela como “testimonio de afecto y gratitud”, ahí lucía con un marco especial en la sala de su casa.
Me voy a permitir describirla, en el orden y con los apelativos que figuran: “Socso” Ampudia el arquero; Edmundo “Chiquito” Chocos (sentado), el “Gato” Oswaldo Gallardo, el “Flaco” Alfredo Robles, “Pancita” Alejandro Chepe, el “Negro” Alcides Espinoza, el “Chet” Gastón Andrade, el “Loco” Sapallanga, Suarez, el “Chancho” Mario Mayorga, Mecho Chamorro y el “Zurdo” Manuel Ordóñez. Con un fuete aparece don Polo con Chileno Fernández y el “Negro” Quispe.
Don Polo, tampoco se olvidó de sus muchachos, siempre siguió con preocupación los destinos del club y “saqué pecho cuando llegamos al Estadio Nacional”.
Él tenía la intención de reunirnos con la gente de la época, conversar, retomar los lazos del recuerdo para seguir comulgando en el afecto que sabe dar el deporte, cuando éste se hace esencia de vida. Pero el rito inexorable de la existencia se anticipó a los deseos, llevándose a Walter y casi un año después a don Polo.
No nos volvimos a encontrar, conservo grabada su voz y en mis retinas su figura, pero sobre todo la comprensión de porqué la “rosada” es una familia.
Don Polo: Gracias por la entrevista. Por esa obra que inició junto a hombres como Víctor Fernández Mazuelos y Jorge Muñiz, que la  consolidó el primero de ellos en el bronce del afecto solidario; no sólo formando técnica y tácticamente a jugadores, sinó sobre todo hombres de bien. En una entrevista que le realicé en 1967 me refirió la obtención de cuatro títulos en fútbol, varios subcampeonatos, así como múltiples victorias en básquetbol y voleibol.
Parece que me hubiera salido del tema, pero hablando del Santa, no se puede dejar de decir una palabra por ese viejo grande llamado Víctor Fernández Mazuelos, con el permiso y la emocionada complacencia de don Polo.
Esa obra, don Polo, llegó al Estadio Nacional en 1976 a la final de la “Copa Perú”, bajo la conducción institucional y deportiva de Jorge Espinoza Egoávil.
Me queda mucho en el archivo pero más en el corazón. Quise ofrecerles esta entrevista, la entrego a ustedes.  Porque  lo que  haga el  pueblo nos pertenece a todos. El Santa Rosa y todas las instituciones son patrimonio de nuestra tierra, como lo es también nuestro deporte.
Y al despedirnos don Polo nos dijo: “Salude a toda la gente del Santa, a toda la gente buena de Huánuco. Ojalá todavía se acuerden de mí, porque yo nunca me he olvidado de ellos”. – - Nosotros tampoco don Polo.

            








ASI ERA SHANTI LAZO



Sabía de tus virtudes futbolísticas por lo que siempre oía hablar en la casa, donde la palabra de mi madre y de mi madre mayor se expandía con aroma bielista.
Escuchaba de tus partidos con la divisa del Bielo haciendo línea con Lucas Montaldo, tu pareja ideal en la zaga, así como de tus encuentros defendiendo la selección de Huánuco.
También de tus trajines en La Oroya y Cerro de Pasco, con las sedas del Team Cerro, institución otrora representativa del fútbol pasqueño al lado del Rallway.
Asimismo lo escuché en las reuniones de tus amigos, cuando ingresaba de intruso en ellas, porque no era permitido a los niños participar en relaciones de adultos.
Algunas veces oía mencionarte a quienes en algún momento fueron tus adversarios en el campo, ex jugadores del Tarapacá y Prado.
Te admiraba cada vez que contemplaba la fotografía en la que apareces con el brazo en alto, junto al Presidente de la República Manuel Prado Ugarteche, acompañándolo junto con Josué Malpartida del Tabaco a dar el Play de Honor, en el  Estadio “Leoncio Prado”.
Así me enteré de tu garra, de tu temperamento para asumir la responsabilidad de ser escudero del arquero, así como de tus recursos técnicos.
Hasta que llegó un día, fue programado un partido de veteranos entre los clásicos adversarios, Bielo y Tarapacá. Fue en el mes de noviembre de 1956, organizado por los verdinegros de San Pedro, que eran presididos por el Dr. Mario Rivera Céspedes. Luciste esa tarde, desde tu entrada capitaneando a los blanquirrojos, observaba todos tus movimientos, quería también gozar de tus excelencias futbolísticas.
Te saludaste con el “Zorro” Bedoya en el centro del campo, luego un abrazo efusivo con Abico Velez de Villa Lázaro y  Roque Fernández. Avanzaron hacia la tribuna oficial para invitar al padrino del partido.
Las tribunas vibraron, cada uno lució, puso en juego sus argumentos, mostró sus virtudes, reverdecieron viejos laureles y renació en ellos el calor que hizo de este partido el clásico del fútbol huanuqueño. El desborde de Carlos Sara por la punta. Los remates de Samuel Ratto que dejaban el ¡uhhh! en la tribuna. Esos pases magistrales del “Zorro”, junto a eso quedaron grabadas en mis retinas tus palomitas, sintiendo la emoción del aplauso del respetable.
El match lo ganó Tarapacá por dos goles a uno, quedó en la tribuna la emoción y el sabor de la nostalgia, especialmente en quienes vivieron el apogeo de los protagonistas.
Después siempre oyéndote hablar de fútbol, de las jornadas duras, de los partidos con Tarapacá, Prado, Crespo y el Minería. De la vez que hicieron un combinado llamado la “Crema” para enfrentarles, porque no les podían ganar, ni tampoco lo hicieron en esa oportunidad.
Llegó a Huánuco el equipo de los olímpicos, entre ellos el más grande deportista peruano: Lolo Fernández, junto a él Campolo Alcalde, Prisco Alcalde, Adelfo Magallanes, Teódulo Legario, Cornelio Heredia entre otros; corrían los primeros años de la década del sesenta.
El equipo de los olímpicos se enfrentó  a la vigente selección de Huánuco, donde alternaron en el arco Bolarte y Augusto Berrospi. Y tú, a nombre de tu gloriosa generación saliste capitaneando el equipo; se comentaba que sólo jugarías diez minutos, conociéndote sabíamos que no iba a ser así.
En la conformación de tres backs, ubicado al centro del área hiciste línea con Augusto Texeira corrido circunstancialmente a la derecha y Pancho Gallardo a la izquierda. Dejaste unas jugadas para el recuerdo, cruzándote para interceptar una pelota, parándola, después de un amague salir tocándola entre el aplauso del público.
Y el partido siguió en ti, no sé si más en nosotros. Llegó un momento en el que por el costado derecho del campo te enfrentaste a Lolo, choque fuerte, leal, vigoroso, caíste, la pelota quedó ahí. Muy a tu pesar tuviste que dejar el partido, luego de abrazarte con el cañonero entre los aplausos del soberano. Era tu adiós de las canchas.
El partido lo ganaron los olímpicos por uno a cero, con gol de penal ejecutado por Lolo en forma violenta, venciendo la resistencia de Bolarte que no alcanzó a embolsar  el  balón.
Luego en las tribunas del hoy “Heraclio Tapia”, hinchando al León, a veces con matraca en mano, con tus gritos de aliento. Aplaudiendo, guapeando a los muchachos de la “crema”, viviendo el fútbol. Sintiendo que más que el León era Huánuco el que estaba en el terreno de juego, como una vez me lo dijiste.
Así te recuerdo, con el brazo en alto, ingresando al campo risueño, altivo, con la boina al costado, cortando el aire para despejar con preciso golpe de cabeza, parando la de cuero para salirla jugando, siempre con tu temperamento aguerrido, luchador.
       ¡Así era Shanti Lazo!



LOS INICIOS DEL BASQUETBOL HUANUQUEÑO



No nos ha sido posible lograr información respecto a la forma como llegó el básquetbol a Huánuco,  sin embargo por la crónica anterior habría que reconocer que fue la Guardia Civil una de las instituciones que contribuyeron al desarrollo de este deporte en Huánuco.
Claro está que las inquietudes que se sembraron fueron fermentando en la juventud huanuqueña, la misma que se fue organizando en instituciones para promover el desarrollo y la práctica del básquetbol. Así podemos ver en el Diario “El Progreso” N° 206 del 6 de agosto de 1942, los resultados de un festival basquetbolístico, en el que aparecen los nombres de las que podrían ser los primeros clubes dedicados al deporte de la canasta.
Así tenemos que el Club Tenis de Huánuco venció por 28 a l9 puntos al Club Peruano y el Ex – Alumnos Leonciopradinos superó por 63 a 38 al Club San Marcos.
 Surgieron nuevas instituciones y la actividad basquetbolística continuó, trayendo como consecuencia el nacimiento de la Liga Provincial de Básquetbol de Huánuco, en asamblea realizada el 7 de setiembre de 1944, en la que participaron los clubes “Ex Alumnos Leonciopradinos”, “Juan Bielovucic”, “Crespo Castillo”, “Huracán”, “Sport Minería”, “Lawnn Tenis y Ajedrez”, eligiendo presidente a don Heraclio Tapia León.
En este mismo año la Liga fue reconocida por la Federación Peruana, así como la designación  como Presidente de Heraclio Tapia León, un importante promotor de esta actividad.
De esta manera fue programado el I Campeonato en el se puso en disputa la Copa “Presidente Prado”, en el que participaron los clubes “Juan Bielovucic”, “Crespo y Castillo”, Tenis Huánuco, Huracán, Colegio de Minería y Ex – Alumnos Leonciopradinos.
El inicio de este torneo, programado  para el mes de octubre de 1944 fue postergado hasta el 7 de enero de 1945, así lo da a conocer la Liga mediante un comunicado aparecido en el diario “El Progreso”, N° 501  de fecha 24 de octubre de 1944, suscrito por el Presidente Heraclio Tapia León y el Secretario Guido Ronquillo Cornelio.
No tenemos información cual habría sido el resultado de este evento, pero cuando ya asistimos a las competencias de los años cincuenta vamos a encontrar como dos importantes instituciones al Ex – Alumnos Leonciopradinos y al Tenis, que fueron hasta los años sesenta las decanas de nuestro baloncesto, hasta que en 1961 el Ex – Alumnos se convirtió en “Daniel Carpio” y el Tenis dejara la actividad basquetbolística, quedando como decano el “Juan Bielovucic”

Después del año 1946 se produciría el ingreso del León de Huánuco y el Sport Santa Rosa, el primero de ellos sustentado en el Colegio Nacional “Leoncio Prado”, que además brindaba su court interno para las competencias.  
Cabe anotar, que don Heraclio Tapia León fue Presidente de la Liga Mixta Provincial de Básquetbol desde la fecha de su fundación hasta el año 1955 en que dejó de existir.













¿FUE EL PRIMER PARTIDO DE BASQUETBOL?



Eran los tiempos de la construcción de la carretera Huánuco-Tingo María. La vía comunicaba nuestra ciudad con Lima y ahora se prolongaba hacia el oriente, los avances ya llegaban a Carpish.
Corrían los primeros meses de 1935, en esa época el cumpleaños del Presidente de la República se celebraba como si fuera un acontecimiento cívico. Si era dictador con mayor razón.
Con motivo del onomástico del General Oscar R. Benavides, tanto la Prefectura del Departamento ejercida accidentalmente por don Ricardo de la Jara y la Alcaldía, encargada a don Víctor L. Repetto, organizaron una serie de actividades que se iniciaron con el besamanos en la Prefectura y sus tradicionales discursos, el Solemne Te Deum y la ciudad totalmente embanderada.
Dentro de este marco celebratorio tuvo lugar un partido de básquetbol.
En mi trajinar de archivos, hurgando memorias de los de la época y hasta donde la lucidez alcanza, no he encontrado información más antigua respecto a un encuentro de baloncesto que ésta que voy a referir.
Fue en la tarde del 15 de marzo de 1935, en el local de la Guardia Civil. La presencia plena de las primeras autoridades. El responsable de la organización el Teniente Fernando Benítez, quién hizo la presentación y ofrecimiento protocolar.
Se enfrentaron los equipos denominados Blanco y Negro, conformados por miembros de la institución policial.
El equipo Blanco conformó con Juan Cevallos (capitán), Juan Mendivil, Pablo Ronceros y Augusto Camacho.
El equipo Negro alineó con Néstor Rojas (capitán), Eleodoro Oxa, N. Gamarra, Fortunato Guerra y Manuel Yufré.
El primer tiempo terminó con el marcador de 12 a 2 favorable al equipo Negro.
Para iniciar la segunda etapa los Blancos hicieron ingresar a Carlos Gonzales por Mendivil.
Los Blancos remontaron el marcador lograron imponerse, haciéndose acreedores al premio de seis medallas donadas por el señor Prefecto Acc., quién previo discurso condecoró a los vencedores. La fuente (*) sólo da cuenta del ganador mas no del score final.
Este encuentro tuvo dos claras particularidades. La primera, que se jugó cuatro contra cuatro y que únicamente lo hicieron miembros de la Guardia Civil.
Situación que nos lleva a formular la especulación de que en ese entonces esta disciplina no estaba lo suficientemente difundida y aún no había suficientes jugadores para conformar equipos.
Se suma a esto, que recién nueve años después –1944- este deporte inició su práctica oficial, con el reconocimiento de su Liga.
Lo que nos permite elucubrar, que este fue uno de los primeros partidos de básquetbol que se jugaron públicamente en Huánuco, pero no me atrevo a decir que fue el primero.


(*) Diario “El Progreso” – Nº 2 – l6 de marzo de 1935.






GLORIAS HUANUQUEÑAS DEL 36 Y EL GOLEADOR SAMUEL RATTO


Campeones en el corazón del pueblo

Esta fue una jornada envuelta en los tules de leyenda. Los vientos de gloria llegaron hasta nosotros a través de relatos efusivos de muchos de los protagonistas, pero todos ellos vestidos en el ropaje de sincera humildad supieron guardar sin arrogancia esa vivencia cimera del balompié huanuqueño.
Fue el III Campeonato Nacional de Fútbol. Gobernaba entonces el General Oscar R. Benavides, quién supo combinar muy bien la promoción deportiva con la de su imagen política.
Huánuco, para llegar a jugar la final a Lima tenía que superar la fase eliminatoria con las representaciones de Casapalca, Canta y la Oroya.
Sólo tenemos noticias de que nos enfrentamos a Canta, representación que dejamos en el camino. Pero, para hacerlo, hubo que librar  toda una odisea para lograr recursos destinados a  financiar la participación.
El diario “La Prensa” del 13 de noviembre de 1935, transcribe un oficio del Concejo Municipal presidido por don Jorge E. Ruiz, en el que manifiesto que la Municipalidad “se ve en la imposibilidad de atender a la Liga con el dinero que necesita para los gastos de viaje, estadía y uniformes para el campeonato nacional”.
En el mismo medio, se hace un llamado para que el pueblo de Huánuco brinde su cooperación, expresa que “La concurrencia del equipo huanuqueño al campeonato depende, del esfuerzo económico que le preste el pueblo de Huánuco. Su cooperación es indispensable para que se haga representar. De otro lado no será posible que nuestra delegación se mida con la de Canta”.
Tal parece que se consiguieron los S/. 1500 que sumados a los S/  300 que tenía la Liga, cubrían los requerimientos para el viaje, porque el día 18 a las diez de la noche, partieron 18 jugadores presididos por don Heraclio Tapia León, para enfrentarse a Canta en la ciudad de Lima el día 24.
El resultado fue favorable a los nuestros, por cuanto el equipo huanuqueño se clasificó para jugar la final del III Campeonato Nacional de Fútbol, que fue inaugurado el 1 de enero de 1936. La delegación concurrió presidida por el Profesor Pedro Egoávil Arteta.
Los equipos finalistas en este torneo fueron clasificados de la siguiente manera:
Serie “A”: Chicama, Lima, Ica y Cusco.
Serie “B”: Sullana, Mollendo, Huánuco y Piura.
En cada serie jugaría uno contra todos, clasificándose para disputar el título los dos primeros de cada serie, que definirían también por el sistema de rueda.
El diario “El Comercio” dio especial cobertura al certamen.
 Se había conseguido estar en la final no sólo superando la contienda deportiva, sino una serie de peripecias económicas, problemas de viaje y todo aquello que sólo podía superarse cuando en el corazón bulle el amor a la tierra. Con la consigna de que el nombre de Huánuco cubriera el horizonte nacional, partieron  en medio de esperanzada expectativa, llegando a Lima con el optimismo de jugarse enteros la final.
Así llegó el primer partido, había que enfrentar a Mollendo. Ya se habían confrontado los equipos de Sullana y Piura, habiendo vencido los primeros por dos goles a uno, mientras Lima y Chicama terminaron con el marcador en blanco.
Huánuco en el alma. Por primera vez una representación futbolística de Huánuco salía a jugar una final nacional. Nerviosismo, pero a la vez resolución. Rostros tensos. Alejandro Sara conversaba con Lucas Montaldo mientras Alberto Velez de Villa lo hacía con Mori y Shamuco Ratto que se mostraba sereno. El “Congo” Morales saltaba, mientras Lucho Dávalos alentaba eufórico.´
Llegó el instante de salir al campo. Mollendo había ingresado en medio del bullicio que armó una nutrida concurrencia de arequipeños.
Saltó al campo el equipo con Alejandro Sara a la cabeza dando botes a la pelota, todos los demás, uno a uno hasta formarse en el círculo central y dar las hurras respectivas por el equipo adversario.
Al empezar el partido los nuestros alinearon con Alejandro Sara en el arco; Lucas Montaldo y Alberto Velez de Villa en la defensa; Soto, Cirilo Orihuela y Morí en el medio campo; Guillermo López, Samuel Ratto, Luis Dávalos, “Congo” Morales y Ramírez en la delantera.
Inicio del encuentro. Corresponde el saque a Huánuco, pierde la pelota Mori, ataca Mollendo sale un remate y las primaras palmas para Alejandro Sara, que en una lucida intervención desvía el balón al corner.
Había arquero y bueno desde el comienzo. Fueron tomando confianza. Empezaron a asentarse en el campo. Los pases salían precisos de los pies de Cirilo Orihuela. Samuel Ratto prueba de media distancia y el balón que remece el parante adversario. El ¡uhhh! de sorpresa en las tribunas.
Fotógrafos que empiezan a movilizarse. Sigue el partido, se arranca López por la derecha, la toca a “Congo”, el servicio en callejón para Dávalos, entra elude a un defensa y saca un derechazo que estalla en el grito de gol, que sacude el puente de Calicanto. 10’ y ya ganábamos por uno a cero. Se miraban contagiándose confianza, tomaron conciencia de su capacidad. Pero al frente también había un equipo de agallas que había sacado de carrera a la mismísima Arequipa.
Terminó el primer tiempo. Conversan en el camerino. Hay que mantener el mismo ritmo, buscar más goles. Ratto, desde que vieron su peligrosidad fue el delantero más golpeado.
Segundo tiempo. Los mollendinos con todo sobre el arco huanuqueño. Alejandro Sara empieza a exhibir sus virtudes. Balón que desvía, arrojada a los pies, rechaza con los puños soportando carga adversaria. Hasta que llegó el minuto 14’ y Vergara con remate dentro del área empareja el marcador. Hay desconcierto en las filas huanuqueñas, Velez de Villa trata de imponer calma. Ataques a ambos lados. Uno y otro arquero pasan por momentos de suspenso. Ambos muestran sus atributos de excelentes porteros. Llegó el minuto 25’ y el extremo Saba lanza un fortísimo shot de izquierda, cruzado al segundo palo, a donde no pudo llegar el golero huanuqueño.
El pitazo final sorprendió a los huanuqueños jugando sobre el área de los porteños del sur y con un dos a uno en contra. Ellos no podían creerlo. No se imaginaban lo que podía pasar en ese partido. Se enfrentaban a una situación que no conocían. Por primera vez medían sus fuerzas a ese nivel. Y se dieron cuenta que podían, por eso les marcó rabia la derrota. Se dieron cuenta que estaban para más. Que no estaban ahí para ser el patito feo del campeonato.
El torneo continuó desarrollándose. Lima goleó por once a tres al Cusco, mientras que en nuestra serie Sullana superó a Mollendo por uno a cero.
Nuestro próximo rival Piura, domingo 8. Ahora nos tocaba ganar, Lucho Dávalos desbordaba de optimismo. Alejandro Sara había sido el más elogiado por los periódicos. “El Comercio” publicó fotografías en acción de juego. Ya habían cobrado la seguridad que necesitaban, tenían confianza en sus facultades, sabían de lo que eran capaces. Esta vez no había piso que pagar.
Salieron al campo con la misma conformación anterior. Se iniciaron las acciones, los huanuqueños se lanzaron al ataque, avanza López, la juega para Shamuco Ratto quién saca un derechazo desde fuera del área, uno a cero para Huánuco. El Huallaga empezaba a desbordarse.
Vino la reacción piurana y a los pocos minutos empata Correa en jugada individual. Los nuestros no estaban para empates, se fueron adelante, nuevamente Samuel Ratto, esta vez descuenta a dos adversarios y con remate medido decreta el dos a uno a los 21’.
Sorpresa entre los dirigentes nacionales. Las tribunas asombradas. El pequeño grupo de huanuqueños gritaban frenéticamente. Los piuranos buscan el empate, pero siempre encuentran como barrera infranqueable a Alejandro Sara, hasta que a los 39’ se resigna a ver caer su valla por segunda vez.
Alentados por la igualdad los de la tierra de la chicha se lanzaron al ataque, “Piura dio la sensación que rompería el empate sin conseguirlo, gracias a la labor defensiva de Montaldo y Velez de Villa, que en los rechazos estuvieron muy acertados”, expresa “El Comercio”.
Segundo tiempo. Los piuranos otra vez con todo “obligando a Sara a jugar valientemente para librar su arco”.
Huánuco tampoco estaba dispuesto a dar tregua. Se arranca Ramírez, la juega para Samuel Ratto, remate de éste, pelota que llega al fondo de las redes, de nuevo estábamos adelante. Tres goles de Huánuco: tres goles de Shamuco Ratto ,que  esta vez deja su sencillez y vencido por el júbilo corre con los brazos en alto y la sonrisa al viento en busca del abrazo, Dávalos lo alza, todos festejan el tanto con lágrimas en los ojos. Los fotógrafos corrían tras este nuevo goleador,  que venía de allende los andes con un shot tan fuerte como su corazón.
Huánuco domina las acciones. Hasta que un ataque piurano a los 36’ hace que Núñez empate el tanteador.
Era un empate que no soportaban los huanuqueños. Habían dominado toda la segunda etapa, tenían que ganar el partido. A los 40’ Guillermo López se va por la derecha, supera a su marcador y remata, no puede controlar el arquero y el Congo Morales que entraba a la carrera anota el de la victoria. El  Conguito  salta con los puños en alto en su delirio, mientras que Vélez de Villa llama a defender el gol.
Con Piura buscando el empate llegan los 45’. El pitazo suena y quedaba consumado el primer triunfo huanuqueño en la final de un campeonato nacional y que triunfo, frente a un rival como Piura. Era para gritarlo. Para abrazarse en el centro del campo y hasta en los camerines. Para desbordarse de emoción. Celebrándolo con abrazos de huanuqueña alegría con los hinchas. Ya se sabría en Huánuco por las trasmisiones radiales. En Huánuco salieron a calles y se armó un bullicioso festejo en la Plaza de Armas. El equipo no sólo había demostrado calidad individual y colectiva, sino espíritu de lucha, vergüenza deportiva, amor a la tierra lejana, al barrio de Calicanto, a la serenata huallayquina a la bravura de San Pedro y San Juan, al garbo de Izcuchaca.
Viene una nueva jornada y Mollendo empata con Piura a tres goles, mientras Huánuco jugaba su clasificación frente a Sullana.
El equipo huanuqueño salió al terreno de juego con Alejandro Sara; Alberto Vélez de Villa y Lucas Montaldo; Mori, Cirilo Orihuela y Víctor Figueroa; Carlos Sara, Congo Morales; Luis Dávalos, Samuel Ratto y Guillermo López.
El partido se insinúa parejo. Ambas escuadras lucen argumentos técnicos. En esta serie son las que mejor han impresionado. Al igual que Chicama y Lima en la otra.
Los ataques se sucedían sobre uno y otro arco. Un tiro libre lanzado por Rivera exige a Sara que se gana aplausos del respetable.
En uno de sus ataques salta Sara en busca del balón, Lucas Montaldo lo cubría y sufre en el rostro el impacto de uno de los botines de su guardaredes, teniéndose que retirar del campo con el tabique roto, el equipo se queda con diez hombres.
Se inicia el segundo tiempo. A los 3’ Morales se lleva a dos defensas sullanenses,  saca el servicio para Dávalos que envía un remate bajo y cruzado, decretando la apertura en el marcador.
Las acciones se tornan intensas. Los norteños ponen en juego todos sus recursos. Sus continuos ataques propician el lucimiento de la defensa huanuqueña, especialmente de su golero.
A los 28’ tiro libre favorable a Sullana y Rivera anota el tanto de empate.
Siguió el partido jugándose indesmayablemente por ambos bandos, Huánuco luce sus individualidades. Carlos Sara y Guillermo López desbordaban por las puntas. Dávalos pone toda su fuerza por el centro. En el medio campo la fuerza corría por cuenta de Víctor Figueroa y en el arco Alejandro Sara ya había conseguido su consagración. Con este empate terminó la ronda clasificatoria.
En la serie “A”, los equipos quedaron: Chicama 6 puntos, Lima 4, Ica 2 y Cusco 0.
En la serie “B”, los equipos quedaron: Sullana 5 puntos, Mollendo y Huánuco 3, Piura 1.
De acuerdo a las bases los equipos de Huánuco y Mollendo tenían que definir el segundo lugar. En caso de empate, se jugaría tiempo suplementario y de persistir éste se tomaría en cuenta los goles anotados por los contendientes en su enfrentamiento.
El 14 de enero, día de la definición. Los mollendinos nos habían ganado el primer partido. Esta vez las cosas serían diferentes anunciaban los protagonistas. Las lesiones de Lucas Montaldo y Samuel Ratto, y situaciones de carácter técnico  obligaron a realizar algunos cambios para este trascendental partido. El equipo salió al terreno de juego con Alejandro Sara; Alberto Vélez de Villa y Alejandro Salgado en la defensa; Octavio Herrera, Cirilo Orihuela y Víctor Figueroa en el medio terreno; Guillermo López, Mori, Luis Dávalos, Congo Morales y Carlos Sara en la delantera.
Se inician las acciones y a los 2’ los mollendinos por acción de Alarcón anota su primer tanto, tomando fríos a los defensores huanuqueños.
Los nuestros se fueron al ataque asediando incesantemente  la portería adversaria, esta gestión  recién rendiría sus frutos cuando Mori a los 41’ consigue empatar de tiro libre.
Poco duró la alegría huanuqueña. Un desborde mollendino por la derecha culmina con una sanción de penal a los 44’. Reclamos huanuqueños, pero el mismo Alarcón vuelve a hacerse presente en el marcador al ejecutar la sentencia.
Con el marcador adverso y masticando rabia se fueron a los vestuarios. La consigna era voltear el partido, mientras que los sureños de ampliar la ventaja.
Los nuestros empezaron nuevamente a hacer su fútbol. El árbitro cortaba incesantemente sus avances. Llegan los 17’ y Guillermo López se jugó la individual, superó a dos defensas y cuando salía el arquero lo amagó, tocándole la pelota al lado contrario. Se había conseguido el empate.
El partido se tornó dramático. El asedio de Huánuco sobre la portería adversaria, obligando a un máximo esfuerzo al equipo molledino totalmente replegado en su campo. El pitazo final los sorprendió con el dos a dos.
Había que ir al suplementario de 15’ x 15’.
Se reinician las acciones y Goycochea anota a los 5’. Vélez de Villa en un choque sale lesionado, Huánuco queda con diez jugadores.
A pesar de eso se va a la ofensiva. López que juega un gran partido se lleva a su marcador, saca un remate, rechaza el arquero y Dávalos que entra a la carrera anota. El árbitro anula el gol por supuesta posición adelantada. Los huanuqueños reclaman. Se suspende el partido por largos minutos.
En la segunda etapa del suplementario, cuando todo parecía que Mollendo se retiraría con la victoria, Dávalos se jugó con todo en el área. Fue deliberadamente barrido por dos defensas. El árbitro sancionó la pena máxima.
Dávalos recuperado colocó la pelota en el punto de penal. Estaba en sus pies el empate y la posibilidad de luchar por el triunfo. Recordó las  viejas tardes en el campo de La Merced. Pasó  por sus retinas la película del arco huanuqueño. Al silbato tomó carrera y sacó un derechazo fuerte al ángulo alto, que hizo imposible toda acción del arquero que alcanzó a tirarse. Una tarde me contaría “patié con toda mi alma...”.
El empate no nos servía, los mollendinos estaban clasificados. Seguimos atacando incesantemente. Jugando sobre el área rival nos sorprendió la noche limeña y el pitazo del árbitro. No habíamos perdido el partido, pero Mollendo se clasificaba por mayor número de goles a favor entre ambos contendientes.
El cuarto equipo finalista fue Mollendo. Al final el campeón del torneo fue Sullana que empató con Mollendo uno a uno, derrotó a Lima (que presentó casi una selección nacional) por tres a dos, e igualó a cero con Chicama.
En Huánuco quedó el sabor del campeonato. Este equipo en las finales hubiera dado más que hablar. Se había empatado con el campeón. Un gol de menos decidió nuestra situación, de haberse jugado con el gol avereage o diferencia de goles la situación hubiera sido diferente. Pero así fueron las bases.
Desde entonces esa trascendental justa fue adquiriendo sabor de leyenda. Siempre se ha hablado de los campeones del 36. No llegaron al título, pero para nosotros tiene especial significación esa contienda.
Fue la primera vez que participamos en un torneo nacional. Todos huanuqueños. Ninguno había jugado antes en Lima. Y estuvimos cerca de ser finalistas, el campeón no nos venció. Los otros partidos también fueron digna expresión de un equipo que demostró capacidad futbolística, importantes individualidades y una vocación irrenunciable de garra y pundonor.
Nunca Huánuco estuvo mejor ni más auténticamente representado que en esa oportunidad.
Fue la más importante perfomance rendida por un seleccionado de fútbol huanuqueño en un torneo nacional.
Salve glorias del 36 campeones en el corazón del pueblo