domingo, 5 de abril de 2015

JÓNEL MEZA EL "TARZÁN SERRANO"



Nos remitimos a los orígenes de la civilización occidental y encontramos el culto al desarrollo físico.
Unida a esa permanente actitud vendrá como consecuencia la medición de la fuerza física, no sólo en dimensiones de presencia, sino de energía y potencia, de habilidad y destreza, para superar a un adversario.
Así nació la lucha libre, que en el mundo fue tomando diferentes formas y expresiones, así como diversas denominaciones como catchascan, pero siempre surgió como consecuencia de un adecuado e indispensable desarrollo físico, llevado a niveles de competencia.
El Perú fue en las décadas del cuarenta y cincuenta una plaza importante para esta práctica deportiva, concurrían luchadores europeos y de otros lugares de América, ocupando primeros planos en las páginas deportivas de los diarios. Los luchadores eran deportistas que gozaban de  gran popularidad.
Y Huánuco estuvo presente en este escenario, con un huanuqueño de ancestro y nacimiento: Jónel Meza Taboada. Desde su adolescencia mostraba atributos para la práctica de deportes que conducían al desarrollo físico y la lucha.
Hizo su educación primaria y secundaria en Huánuco, en sus épocas de estudiante siempre más allá de los cuadernos y el cartabón le interesaba trepar ágilmente los árboles, trajinar con dinamismo los campos, trepar los cerros, correr por las paredes, saltar y lanzar gritos estentóreos que llenaban el ambiente de energía y vitalidad; así empezaba a crecer la figura de un nuevo Tarzán en su propia tierra.
Los años fueron pasando y empezó a desarrollar su masa muscular al descubrir las bondades de la gimnasia y de las pesas, un buen día se marchó y todos los extrañaron, su figura bien dotada físicamente causaba admiración, especialmente entre los jóvenes.
Hasta que un día produjo una grata sorpresa cuando su nombre y su figura apareció en los periódicos, anunciando su participación en competencias de catchascan que se efectuaban en Lima, bajo la carpa del Coliseo ubicado en la Av. Colonial.
Ahí fue visto por el maestro y luchador francés Charles Ulsemer, quien lo convenció para llevar su carrera, fue presentado en Quito y Guayaquil impresionando al público y asombrando a su maestro, quien se veía sorprendido que en tan sólo tres meses hubiera podido desarrollar tanta capacidad de lucha, siendo capaz de vencer a figuras como Pastegas,  Novina, Olson o Briones.
Así surgió al escenario deportivo nacional el “Tarzán Serrano”, fueron los años 1943 y 1944 los más importantes en su carrera de luchador, paseó su imagen victoriosa, su recia contextura física, por varios países de Sudamérica, habiendo combatido exitosamente en el Luna Park de Buenos Aires.
Los periódicos del extranjero, los capitalinos, especialmente “El Comercio”, y los huanuqueños reportaban sus presentaciones, así Huánuco fue enterado cuando en Chile en 1944 venció al yugoslavo Stribus, luego cuando en mayo en Arequipa superó al checoeslovaco José Aborda por K.O.
Mas el triunfo de mayor resonancia lo obtuvo cuando en junio de ese mismo año venció al italiano “Nene” Pastegas.
Luego de su retiro retornó a su tierra, donde siempre lució junto a su lenguaje amable y directo, con marcado acento huanuqueño, la estampa que le ganó el respeto a sus adversarios y la simpatía de los aficionados de su tiempo, habiendo sido una de las más importantes figuras del catchascan nacional.
Tenía muy clara su identidad, ni el Tarzán de Hollywood se la iba a quitar, al contrario a Tarzán lo sacó de la selva de celuloide y lo volvió serrano, tanto que no quiso ser doble del actor norteamericano John Wayne.
Fue uno de los deportistas que Huánuco recuerda con cariño, por su calidad de persona, por su presencia internacional, por la identidad con su tierra, más allá de lo controversial que pueda ser la práctica de este deporte, lució los atributos suficientes para recordarlo con especial afecto.












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