martes, 7 de abril de 2015

BIBLIOGRAFÍA





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CIRCULO DE PERIODISTAS DEPORTIVOS DEL PERU. Libro de Oro. 50 Años. Lima. 1991.
CLUB SHEREKHAN. Libro I 1962-1987. Historia Club Sport  Sherekhan. Empresa Periodística Perú. Huánuco. 2008.
CORTEZ CERNADAS LAMADRID J.E. y HALAC, Ricardo. Yo fui testigo. Los militares y el mundial. Editorial Perfil. Buenos Aires. 1986.
CORTEZ NUÑEZ, Guillermo. Lolo, su vida y sus goles. Editorial Deportes. Lima. 1958.
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EL DEBER. Diario. N° 242. Huánuco. 1927.
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EL PROGRESO. Diario. N° 2. Huánuco. 1935.
EL PROGRESO. Diario. N° 206. Huánuco. 1942.
EL PROGRESO. Diario. N° 273. Huánuco. 1936.
EL PROGRESO. Diario .N° 501. Huánuco. 1944
EL COMERCIO. Diario. Lima. 2 de Enero 1936.
GALEANO, Eduardo. El fútbol a sol y sombra. Publimex. México. 2000
LA PRENSA. Diario. Huánuco. 1935.
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PANAY LAZO, Edmundo. Archivo Programa “Ecos del Deporte”. Huánuco. 1967-1985.
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TRUJILLO PAZOS, Julio F. León de Huánuco. Su historia. Edit. Julio Trujillo Pazos. Huánuco. 1992.
VALORACION. Revista. Huánuco. 1949.
VILLANUEVA REGALADO, Lorenzo. U. Enciclopedia de los campeones. Editorial Navarrete. Lima. 1988.


































De esta manera dejo cumplido el encargo que me hicieron los niños de  mi tierra…


lunes, 6 de abril de 2015

LOLO FERNÁNDEZ - Ídolo deportivo y Maestro del pueblo



Era aún niño cuando escuché por Radio Central el partido que la “U” le ganó al Alianza Lima por cuatro goles a dos, con tres goles de Lolo.
Fue el 30 de agosto de 1953. Ese día me hice hincha de Universitario de Deportes y  de Lolo Fernández. Lo cierto fue que a los dos días esperaba ansioso la llegada de los periódicos para ver las fotografías de los goles del gran cañonero del fútbol peruano.
Pero, esa identidad que había logrado con él se tradujo en tristeza cuando anunciaba su retiro. Ahí aparece dando la vuelta olímpica con los brazos en alto, en actitud sacerdotal, con los ojos  llenos de emoción y de ternura dirigidos a las tribunas. Ahí también está foto en la que corre abrazado con Terry y Castro después de un gol, hay otra que sale en el festejo con la cabeza gacha, “como dolido por haber vencido al arquero”, diría en tono reflexivo Rodolfo Espinar.
Años después, cuando ya había leído la obra “Lolo, su vida y sus goles”, escrita por Guillermo Cortez Núñez “Cuatacho” en 1958, tuve la suerte de ver jugar al más grande del balompié peruano. Fue cuando los Olímpicos visitaron Huánuco por segunda vez, vinieron con ellos Teódulo Legario en el arco, Cornelio Heredia que ya se había retirado del Alianza Lima. Estaba Lolo, Campolo Alcalde, Prisco Alcalde, Lolín Fernández. Se enfrentaron a la selección de Huánuco donde el único veterano fue Shanti Lazo Zevallos. La primera visita de los Olímpicos fue en julio de 1951, capitaneados por Carlos Tovar, con ocasión de fiestas patrias, versión fotográfica que aparece en la revista “León de Huánuco” de Julio Trujillo Pazos, basado en el testimonio de Oscar Ramírez Amanzo que capitaneó el once huanuqueño.
En esa ocasión llevé al estadio el libro, porque quería que lo autografiara. Se hizo difícil por la cantidad de público que lo rodeaba, vestido deportivamente fue llevado hasta un taxi que esperaba en la puerta para ser conducido a su alojamiento. El partido había terminado con el triunfo visitante por un gol a cero, anotación de Lolo de tiro penal, con un remate que no pudo detener Hugo Bolarte.
Entonces me dirigí al Hotel Astoria donde estaba alojada la delegación. Con mi libro en las manos y el lapicero listo. Ubiqué el cuarto de Lolo, subí al segundo piso, la primera habitación tenía la puerta abierta, Lolo sentado en una silla se descalzaba. Pasé una y otra vez por el corredor sin atreverme a entrar. Hasta que en un momento Lolo alzó la mirada de maestro bueno y me preguntó con suavidad:
¿Me estás buscando?
Sí don Lolo le contesté.
Se paró, jaló otra silla e hizo que me sentara a su lado  mientras abría la primera página del libro.
¿Quieres que la firme? Me preguntó risueño. Sí, le respondí
¿Cómo te llamas? Le dí mi nombre.
Tranquilo y sonriente escribió: “Con todo aprecio para mi amigo Edmundo. (firmado) Lolo Fernández”.
Me parecía increíble, tanto había leído de él. De sus goles en Lima con la “U”, el “Rodillo Negro”, la selección, de los cinco a Racing, de los tantos en Berlín. Entre nosotros, los muchachos del barrio conversábamos, hablábamos de él, recordábamos cuando no quiso llenar un cheque en blanco para firmar por el Colo Colo. Como admirábamos su fidelidad y desinterés, que hermoso.
Estaba al lado de él, abrazado con ternura, era un hombre como todos, pero humanamente diferente.
Hasta que empezaron a venir los otros equipistas y los hinchas, me despedí.
-Chau don Lolo.
Se puso de pie, me cogió la cabeza y me acompañó hasta la puerta, luego me hizo adiós con su mano y su mirada sonriente.
Había cumplido mi propósito. El libro, aun perdido en los avatares de los cambios domiciliarios sigue siendo mi tesoro. Fue muy importante estar junto a él, conversar unas palabras en un momento especial de mi vida, cuando se empieza a caminar la adolescencia y los sentimientos están invictos, en esos momentos los afectos tienen una connotación especial y los hechos dejan profunda huella.
Esa vivencia jamás se borrará de mi ser. Vive y habita en mí, como un modelo ejemplar. Los seres que no sufren el mareo de la gloria  o el poder son los verdaderos paradigmas de humanidad.
Ahora Lolo ha dejado el mundo físico y ya no soy aquél que buscaba su autógrafa. Aprecio la vida desde otras dimensiones, de ahí que me permita decir en voz alta que Lolo Fernández es mucho más que los goles conquistados, que el cheque rechazado al Colo Colo, Lolo sale de la esfera de lo deportivo, porque este hombre que educó con el ejemplo e hizo de su existencia una praxis de dignidad humana, de lealtad, sólo merece el más grande de los títulos: Maestro del pueblo. el representa el espíritu vallejiano del magisterio: “toda obra o voz genial sale del pueblo y va hacia él...







EL LEÓN EN LA LIBERTADORES - El mayor logro de su historia



El haber logrado el subcampeonato del torneo descentralizado del fútbol peruano,  constituía de suyo  el mayor logro conquistado por el León de Huánuco en su historia.
Es cierto,  quedaban los resabios de la derrota ante San Martín y el pudimos haber sido campeones flotando  en el ambiente.
Sin embargo,  junto al subcampeonato había otra valiosa obtención, la participación en la Copa Libertadores de América, lo cual significaba la internacionalización de la institución.
Con ello se había dado un importante salto cualitativo que había que valorarlo en toda su dimensión, desde la sola participación en el evento,   las  consideraciones ´para los jugadores y técnicos, que ingresaban  a la competencia continental y, en lo fundamental, la posibilidad de los hinchas o espectadores de presenciar la Libertadores de América con tan solo cruzar el puente sobre el  río Higueras.
Aparte de ello, en lo extradeportivo, nuestra ciudad, nuestra Muy noble y Leal Ciudad del León de Huánuco, con su tradición y su historia, sus vientos y sus jirkas, con sus barrios y sus gentes generosas estarían trascendiendo a través de los medios de información a nivel internacional.
De esta manera la imagen de nuestro pueblo estaría rebasando las fronteras.
El  pueblo, siempre sabio, entendió eso y se preparó para participar en esta justa continental de la pelota.
De acuerdo a las bases de este torneo el León de Huánuco fue ubicado en el Grupo 2, con el Junior de Barranquilla, campeón colombiano, el Oriente Petrolero campeón boliviano y el Gremio de Porto Alegre equipo brasilero.
Así el porro, la saya y la zamba aprenderían a bailar huayno a las orillas del Higueras.
El equipo dirigido por Franco Navarro iniciaría su participación el 17 de febrero, enfrentado de dueño de casa al  equipo barranquerrillero del Junior.
Esto  daba un nuevo matiz a la vida en Huánuco, los comentarios en la esquina o  el café,  así como en familia, hablaban del partido, los mototaxistas y carros con pancartas alusivas anunciando una victoria del León, todos respiraban fútbol en la ciudad,   hasta que llegó el día en un marco de gran expectativa que se tradujo con una asistencia record al Estadio, una concurrencia de más de dieciocho mil espectadores colmaron sus instalaciones a pesar de ser día viernes.
El equipo visitante, desde el comienzo empezó a tomar el control de las acciones, con mayor manejo de la situación, eso les permitió a los 23 minutos de la primera etapa conseguir su primer tanto, Biafra al recibir un pase retrasado remató fuerte desde fuera del área, venciendo la resistencia de Chiquito Flores. Luego a los 20 del segundo tiempo, Valencia con Baca por el centro del área superó  a la defensa del León, anotando este último con suave  toque de pelota luego de superar al golero  que salía. El tanto del descuento llegó por acción de Elías quién cogió desde fuera del área un rebote de la zaga blanquirroja de los colombianos. 
 Así inició el León su participación en la Copa Libertadores frente al Junior de Barranquilla, con una derrota por dos tantos a uno.  
El segundo partido también lo jugó de dueño de casa,  el 23 de febrero, derrotando al Oriente Petrolero con anotación de Carlos Zegarra quien conectó de cabeza un centro de Peña, convirtiéndose en la primera victoria en un torneo internacional.
El 3 de marzo jugó su primer partido de visitante en Porto Alegre, venciendo el dueño de casa por dos tantos a cero.
El 17 de marzo en Huánuco el León recibió la visita del Gremio con el que empató a un gol.
El 24 de marzo en Santa Cruz los locales vencieron por dos a cero.
Y finalmente en Barranquilla los locales superaron por un gol a cero.
El equipo crema ocupó el último lugar en su serie, no le fue posible una mejor actuación, había disminuido su poderío en relación al campeonato, especialmente por la ausencia de Rodas y Perea, incorporados al Deportivo Quito, pero creo que también hubieron otros factores.
Se reinició la competencia local y en el campeonato del 2011 ocupó el quinto lugar, con una ubicación y un  rendimiento inferiores al torneo anterior, clasificándose por segundo año consecutivo para un torneo internacional, esta vez para la Copa Sudamericana que se jugó  durante el 2012, cumpliendo una discreta participación.

           


LEÓN SUUB CAMPEÓN DEL TORNEO DESCENTRALIZADO 2010 - La mejor campaña de su historia



La obtención del título o un puesto de jerarquía en una competencia futbolística no es producto de lo que se haga en el último partido, aunque este sea crucial. Una conquista de esta naturaleza es producto de toda una campaña, de todo lo hecho en el tiempo que duró la competencia y desde antes de ella, en estos tiempos no solamente podemos hablar de lo que sucedió en el campo de juego, sino en todos los aspectos vinculados a la actividad materia de la competencia. Por eso en esta oportunidad voy a internarme en un análisis, aunque somero, del accionar del León para llegar al subcampenato del torneo descentralizado del 2010.
Cuando logró la “Copa Perú”, el León de Huánuco se fijó como objetivo para el año siguiente luchar por el título y la clasificación a un torneo internacional como la Copa Libertadores. Para este efecto el equipo que tenían en ese momento no bastaba, entonces empezaron a planificar lo que debería de hacerse.  
Lo primero era contratar los servicios de un técnico calificado y encontraron que ese era Franco Enrique Navarro Monteiro, ex futbolista internacional,  integrante de la selección nacional, centro delantero goleador, técnico que ya había tenido performances exitosas en diversos equipos.
Con él se habrían sentado a la mesa a tratar sobre los jugadores que necesitaban, habiéndose dado cuenta de que en el mercado nacional no encontrarían jugadores suficientes para conformar un equipo poderoso, entonces había que recurrir al mercado extranjero y así lo hicieron.
Entonces a partir de ese momento empezarían las negociaciones con los empresarios, los clubes y en algunos casos directamente,  hasta que lograron armar un equipo con poder para afrontar el campeonato con expectativas de éxito, lo cual significaba campeonar  o luchar el campeonato, logrando la clasificación para un torneo internacional.
Así fue conformado el siguiente plantel de jugadores:
Arqueros: Juan Flores, Jaime Muro y Haruki Kanashiro.
Defensas: Luis Cardoza,  Guillermo Salas, Guillermo Portilla, Juan Alayo, Juan de laHaza, Gianfranco Espinoza  y Luis Guadalupe (capitán).
Medios: Jean Ferrari, André Skiadas (colombiano), Gustavo Rodas (argentino),  Robert Ardiles, Carlos Zegarra, Víctor Peña, Daniel Hidalgo, Hevert Chávez y José Dionisio.
Delanteros: Juan Pablo Farfán, Ronalle  Calheira (brasilero), Luis Perea (colombiano), Fernando García, José Sosa,  Christián Sánchez, Jean Franco Zala.
El cambiante torneo peruano, que casi anualmente modifica  las  fórmulas de competencia, para este año había establecido un torneo de dieciséis equipos que jugarían dos ruedas en cotejos de ida y vuelta. Al término de este torneo se jugaría una Liguilla en dos series, una de los equipos que habían ocupado los lugares pares y otra la de los lugares impares. El puntaje seguiría acumulándose hasta el final de las liguillas.
Al final de las treinta primeras fechas, es decir de las dos primeras ruedas frente a todos los equipos, el León obtuvo el segundo lugar con 56 puntos, siguiéndole a la Universidad San Martín. El León encabezó la liguilla de los pares.
En la fase de las liguillas el León terminó en la Liguilla B en  primer lugar, sumando 80 puntos,   al derrotar en el último encuentro por 2 a 1 al FC Melgar de Arequipa, con goles del colombiano Luis Perea,  clasificándose para disputar el título nacional con la Universidad San Martín, a la vez que  para la disputa de la Copa Libertadores de América.
El pueblo se volcó a las calles a recibir a los actores de esta conquista, fueron  a recepcionarlos   hasta el aeropuerto, los esperaba   un estrado en la Plaza de Armas, la ciudad era una fiesta. 
La disputa del título con la San Martín
El ´primer partido se programó para el día 8 de Diciembre en el Estadio “Heraclio Tapia”, La ciudad vivía en función del encuentro, caminaba toda con rumbo al estadio, el cerro de Visacaca colmado y en el interior más de veinticinco mil  espectadores desbordaban las tribunas, en medio de un ambiente de alegría y fiesta total, la ciudad exultaba contento.
Con la conducción del árbitro Manuel Garay el León salió al terreno de juego con la siguiente conformación: Juan Flores al gol, Guillermo Espinoza, Luis Guadalupe, Luis Cardoza, Víctor Peña en la defensa; Carlos Zegarra, Jean Ferrari, Ernesto Chávez en el medio campo; Gustavo Rodas, Luis Perea y Ronaldo de Calheira en la ofensiva.
Como son todos los partidos de definición con mucho nervio, temperamento, poniendo la pierna fuerte, siempre el dueño de casa tomando la iniciativa, el adversario cauteloso pero enérgico, apuntando siempre al talento adversario. Rodas gambeteando sobre el medio campo, abriéndose espacios en la defensa adversaria, pero siempre la marca escalonada y el golpe a traspié que lo tiraba al suelo, Balvín lo cayó una vez y el árbitro no dijo nada, la pifia de las tribunas castigó al juez por no sancionar la falta.
Así fue avanzando el partido que se podía sintetizar en una frase: León hace fútbol San Martín pega. Fue así que a los 32 minutos del primer tiempo Calheira se lleva a Ramos éste lo trata fuerte y se armó la bronca, los nervios no resistieron más, al final de una serie de incidentes de mutua agresión fueron expulsados Ramos y Arriola de la San Martín, y Calheira y Rodas del León, a este último nadie lo vio pegar ni las pantalla de televisión ni los miembros del Tribunal de Penas, pero fue expulsado.
Con nueve hombres cada uno terminaron el primer tiempo, ahora venía el segundo, era previsible que la San Martín trataría de ensuciar el partido, así fue tratando de correr el tiempo, hasta que a los 7 de la complementaria Peña cobra un tiro der esquina, Cardoza pifia el cabezazo y Zegarra con golpe de rodilla la pone dentro del arco, el grito de gol resuena en la ciudad y los jircas se remecen, nueva bronca que se arma ante el festejo.
Nuevas oportunidades de gol se presentaron para los de casa, Perea frente al arquero Farro que conjuró, Guadalupe que se lleva a tres y lo caen, El León todo sobre campo contrarito dando la impresión de un nuevo gol. Tiempo cumplido y el árbitro da cinco minutos de descuentos, ahí en este lapso, cuando expirada el partido a los 49 minutos Allemano nos hace el gol de empate al recibir un pase de Hinostroza. Fue un balde de agua fría que cayó sobre los más de veinticinco mil espectadores que habían dejado más de $ 200,000 de  taquilla.
El público se resistía a creer, de pie en las tribunas contemplaba el campo vacío de jugadores, viendo dibujarse las escenas del partido, tratando de repetir en sus retinas una y otra vez esas oportunidades perdidas de gol, buscándo explicarse porque extraño conjuro llegó el balón a los sanmartinenses en los minutos finales y finalmente reprochando al árbitro por haber dado tanto tiempo de descuento. Al final decidiendo viajar a Lima al partido del día 12 en  el Monumental de Ate, habrían 65 buses disponibles para el viaje.
En el intervalo de la espera del nuevo partido salió el fallo del Tribunal de Penas de la Asociación Peruana de Fútbol, todos saltaron en un pie porque Gustavo Rodas no había sido castigado, podría jugar el encuentro de revancha. El argumento era que no había pruebas de que él hubiera sido agresor, sin embargo el reglamento del Tribunal de Penas hablaba de que jugador expulsado debería tener una fecha de sanción. Pesó más esto último  en la conciencia del entrenador Franco Navarro y no lo hizo alinear, aduciendo que debería cumplirse el reglamento, hecho que nos pareció curioso pues si la expulsión fue injusta era también injusta la sanción, al no haber existido motivo era obvio que no debería ser sancionado.
Las tribunas colmadas de huanuqueños, hacían sentir su presencia, no solo estaban los huanuqueños residentes en Lima sino los que habían viajado,  San Martín equipo con hinchada en formación no hacía sentir su presencia de local sin embargo fue el que tomó la iniciativa, la ausencia de Rodas en el armado era visible. Los locales empezaron  a manejar las acciones y a los 14 de la primera etapa Pedro García abrió el marcador, a los 25 Vitti haría el segundo. León trataba de recuperar el control del balón hasta que a los 28 de la segunda etapa Perea logra disminuir el marcador y ponerlo 2 a 1, que a la postre fue definitivo.
El León se coronaba  subcampeón del torneo descentralizado del 2010 y con ello ganaba el derecho de representar al Perú en la Copa Libertadores de América, había llegado la hora de traspasar las fronteras nacionales.



















LEÓN CAMPEÓN DE LA COPA PERÚ 2009



Estaban por cumplirse quince años de ausencia del Club en el fútbol descentralizado, desde su descenso en 1995. En ese lapso se clasificó en seis oportunidades  campeón departamental, quedando eliminado en la etapa nacional,  en alguna oportunidad llegó hasta la semifinal.
Había nacido un nuevo clásico huanuqueño, en esta vez lo protagonizaban el León con el Alianza. El primer clásico rival del León fue el Santa Rosa,   instituciones nacidas en 1946,  competencia que mantuvieron hasta fines de los sesentas.   Luego la rivalidad del León  se trasladaría al Juan Bielovucic,  hasta cuando ingresó por primera vez al descentralizado.
El año 2008 el médico Luis Picón Quedo era Vicepresidente del Gobierno Regional y con el respaldo de un grupo de socios asumió la presidencia del Club.
En el campeonato local y hasta la etapa departamental el equipo fue dirigido por Mifflin Bermúdez, contrataron jugadores calificados del ámbito local, así como otros elementos de la Copa Perú y de la primera y segunda profesional, armándose  un equipo que llegó a la etapa departamental, en la que fue relevado el entrenador por el triunvirato de Leo Rojas, Oswaldo Araujo y Miguel Seminario.
Con este nuevo comando técnico el equipo continuó reforzándose,  llegando a conformar una escuadra que era vista como la favorita para adjudicarse del torneo. Y fue así,  que después de 33 partidos llegó a la final del certamen a definir el título con el Tecnológico Suiza de Pucallpa. El partido jugado en Pucallpa concluyó empatado a un gol, en el encuentro  de vuelta jugado en  Huánuco el 20 de diciembre concluyó sin abrirse el marcador, el gol de visitante logrado en el primer cotejo  permitió al León de Huánuco clasificarse por segunda vez en su historia Campeón de la Copa Perú.
El primer paso había sido dado, lograr el retorno a la división privilegiada del fútbol peruano. Los jugadores que hicieron posible este importante logro fueron: El arquero Haruki Kanashiro, figura del equipo; los jugadores Jorge Lozada, Víctor Peña, Ecer Chávez, Robert León, Frank Aguirre, Manuel Abad, Dennis Palma, Juan de la Haza, Manuel Abad, Roberto Tristán, Pedro Salguero, Hernán Gastiaburú, Pedro Miranda, David Ponce de León, Edgard Palma, Carlos Vela, Luis Marcenaro y Cesáreo Núñez.
Así el León marcó su retorno, al igual que en el ochenta casi la totalidad de los jugadores eran foráneos, lejano estaba el año 1972 cuando la casi totalidad eran huanuqueños. El  torneo descentralizado no desarrolló el fútbol en las provincias, si se quería armar un buen equipo  no quedaba más alternativa que contratar jugadores en su mayoría capitalinos o extranjeros. Ahora venía el descentralizado y había que prepararse.





















  

JOHAN FANO ENCONTRÓ SU CAMINO AL GOL



El principal mérito que ya registra Johan Fano Espinoza en su trayectoria de futbolista profesional es haber encontrado su propio camino hacia el gol, siendo hijo de Javier Fano Argandoña uno de los ídolos indiscutidos del fútbol huanuqueño.
Y sabiendo que no es  posible que haya visto a su padre en los campos de fútbol, la herencia de arrollar a las defensas adversarias y tener un petardo en cada pie, nos hace inevitable   acordarnos del “Cholo”  Javier del Santa Rosa y del León.
Pero con eso nada tiene hacer Johan, el fútbol nació con él, creció en sus piernas largas y robustas, se hizo alegría en su sonrisa de niño grande y en el festejo eufórico desde los diecisiete años con las casaquillas del León, Sport Boys, Unión Minas, Deportivo Pesquero y Sport Bolognesi de Tacna, con la que ha obtenido hasta hoy  su mayor logro, ser el peruano mejor ubicado en la tabla de goleadores de 2004 con veinte y nueve  goles a su haber, posicionado en el tercer lugar de los cañoneros de nuestro campeonato y entre los diez primeros anotadores de las ligas del mundo.
Luego vistió en 2005 por segunda vez la divisa del Alianza Lima, casaca que también alcanzaron a defender otros huanuqueños, el “Negro” Jorge Cabanillas y Pancho Narduzzi, volviendo el 2006 al Bolognesi de Tacna donde fue ídolo
Luego con la casaquilla de otro club grande, Universitario de Deportes, se convirtió en el goleador del equipo, transponiendo la barrera de las cien anotaciones en los registros del fútbol profesional peruano.
Cuando Cabanillas llegó a los blanquiazules el año 1961, época en la que todavía no había el  descentralizado, seguíamos dominicalmente sus actuaciones con los “Intimos de la Victoria”, las sentíamos como la presencia de Huánuco en el fútbol profesional peruano, era una especie de consagración de nuestro balompié, al igual que después sentiríamos cuando  Javier Fano incursionó brevemente en Defensor Lima y Carlos Trujillo en el “Carlos Concha”.
 Cuando Huánuco no ha estado  presente en el  torneo descentralizado, nuestro fútbol, el fútbol huanuqueño crecido en las canchas del Colegio “San Luis Gonzaga”, en los parques de nuestro pueblo, en el barrio de San Pedro, ha estado presente con Johan no solo  en los campos del Perú, sus goles transpusieron las fronteras.
Johan  se consagró goleador del torneo clausura en el Perú  el 2007. Luego  viajó  a Colombia para integrarse al Deportivo Once Caldas, equipo en el que militó los años 2008 y 2009, logrando el título de campeón del torneo  apertura del fútbol colombiano y consagrándose como el mejor jugador extranjero en este país, habiendo sido convocado para vestir la blanquirroja de la selección  en la competencia por la eliminatoria mundialista.
En su debut con la divisa nacional lució su espíritu de lucha, esa fuerza característica en él, disciplina táctica, aun cuando no logró anotar en el arco venezolano abandonó el campo entre aplausos del público.
En su segundo partido con la divisa nacional, contra el seleccionado argentino, inscribió su nombre para el recuerdo, al convertirse en uno de los protagonistas principales del cotejo, cumpliendo la misión táctica de ser el primer hombre de marca para bloquear la salida del equipo rival desde el fondo y llegar pisando área contraria cuando nuestro equipo atacara. Cumplió su misión con creces y cuando ya el partido estaba por terminar culminó con  precisión y bravura un servicio de Juan Carlos Vargas y decretó el  empate para nuestro seleccionado.
Esta conquista nos hizo vibrar de emoción, nos unimos a su grito de gol, corrimos con él busca del abrazo de los compañeros, cuando a pecho abierto dijo - dedico este gol a Huánuco-, vibró a los cuatro vientos su orgullo huanuqueño, de cholo bravo que no se achicó ante los argentinos y se enfrentó a ellos sin dar pie atrás, sin dar tregua hasta el último instante del partido.
Al día siguiente cubrió casi la totalidad de las primeras páginas de los diarios, con su exclamación abierta, elogiando su bravura, su temperamento, su disciplina táctica, su pundonor, ese inefable deseo de ser vencedor frente a quien fuera.
El año 2010 emigra al Deportivo Atlante de Méjico donde se consagra goleador del torneo.
Luego de su paso por el Atlético Nacional e Itaguí de Colombia el 2012  retorna al León de Huánuco militando en su institución de origen el 2013.
No solo ha encontrado su camino al gol, los  enfrentamientos frente a los platenses siempre tienen un lugar en el devenir de nuestro balompié, y en la cancha la historia se escribe con goles y con bravura, con el reconocimiento de un público que lo vitoreo sin regateos, y de una afición que lo reconoce con afecto, mas su historial deportivo se continua escribiendo   y serán muchas las páginas que habrán de colmarlo.






EL HINCHA










DON MIGUEL CÁRIGA


Lo conocimos personalmente,  iba al estadio "Leoncio Prado"  y estaba sentado quieto, apoyado en su bastón, conversando con la persona que tenía al lado, contemplaba los partidos que jugaba el Bielo. Recordaban los aficionados de la guardia vieja que él, don Miguel Cáriga, cuando el Bielovucic anotaba un gol recorría todo el largo de la tribuna dando saltos mortales, aparte de que hacía un sin número  de contorsiones acrobáticas.

En su memoria queremos rendir homenaje a todos los hinchas identificados con las diferentes instituciones deportivas, ellos constituyen la esencia del sentimiento colectivo   que alberga el deporte.

La solidaridad es el valor más significativo que cultiva el hincha cuando forma parte de la hinchada. 



HOMENAJE A DON MACEDONIO MENDOZA



Le contaron que ganó su equipo y partió rumbo al cielo, fue a vestir de celeste su albirrojo corazón.

Marchó sereno, sin el intenso e incesante trajín que mostraba en su co9ntinuo dar de vueltas el campo donde jugaba el Bielo.

Se llevó muchas tardes de gloria y su sincero corazón bielista calló para siempre las emociones de un partido de fútbol.

Los arcos también callan, ellos dejaron paso al efusivo volcán de su alegría y otras veces le negaron el grito de gol que nacía en su garganta.

Mashico, viejo bueno, te veo vestido de corto en horas que no he conocido. En mi infancia está el recuerdo de tu alegría dirigencial al retorno del Bielo a la primera. Archivaron los oídos amicales tu preocupación por el resultado de un nuevo cotejo.

Ahora, conversando con don Pedro Andrade, le habrás contado que el sábado golearon al Crespo, los dos han sonreído.

Ya no más vueltas al campo Mashico. Ya no llevarás las naranjas de otro tiempo, pero extrañaras mucho a tus muchachos, a los de hoy y a los de ayer. Cuanto fútbol se llevaron tus ojos, cuanto Bielo se llevó tu corazón.
Mashico, tú ya tienes un palco en el cielo, frente a ese campo inmenso con arcos escondidos en el tiempo. Desde ahí viejo porfiado querrás bajar, allá no hay policía que te impida, pero el partido lo verás  de la tribuna.
Mientras … aquí en la tierra, una lágrima de fútbol color Bielo.



(*) 28 de Mayo de 1974.

CONCLUYÓ LA COPA PERU 1997 - El balón no se detiene y el futuro espera




Es muy común decir, cuando no sé puede explicar algo o nos parece ilógico al hablar del más popular de los deportes: “así es el fútbol”.

Esto sucede generalmente en las derrotas, porque cuando se gana no se dan este tipo de especulaciones. Las victorias magnifican las virtudes y esconden los errores, como los seudos regionalismos o nacionalismos que nos generan un panorama ilusorio.

Vencer nos da alegría, nos vivifica, provoca el fenómeno contrario de las caídas, que a veces desata la ira contra el ídolo de ayer.

Es necesario considerar a los futbolistas como personas, son una posibilidad, nada más que eso. Como tal tienen un límite que está dado por su capacidad, desarrollo, preparación técnica, táctica, física, sicológica; además de otros factores de carácter económico, social, institucional, entre los muchos que podríamos citar. En suma un futbolista, por ende un equipo son producto de una realidad.

Cuando el León derrotó en la rueda de penales al Unión Naranjillo, en un artículo publicado el 18 de enero en “Expresión Regional”, dijimos:

“Ahora es necesario pisar terreno firme, ser concientes de que se ha pasado angustiosamente la semifinal, en un partido que no pudo ser más. La satisfacción egoísta de nuestra parte, está en que el club ganador es de nuestra ciudad, así como que hubieron muchos jugadores huanuqueños que lo dejaron todo en el campo. Para la final se tiene que mejorar mucho, seguiremos conversando”.

Pero hoy hablamos cuando los resabios de acritud todavía no han desaparecido de nuestros labios, el C.N.I. con un dos a uno nos ubicó en el sexto lugar de la tabla. Escribiendo igual que el día que derrotamos al Bolognesi. Como cuando sentimos rabia por la forma como fue arbitrado el partido que nos ganaron los “Gigantes del Cenepa”. La fustración del empate que no llegó frente al U.T.C. La desazón después de la goleada ante José Gálvez, dejando mar de fondo y especulaciones múltiples.

El fútbol no ofrece otra alternativa que la de ganar, perder o salir emparejados. El resultado es consecuencia de la posibilidad que ostenta cada competidor, no es posible ir más allá de ese límite. En la fecha inicial fue la de ganar, pero al final del evento de ocupar el último lugar.

Tenemos que admitir que esa es nuestra realidad futbolística, en un torneo que cada vez es menos, en un contexto nacional que a nivel sudamericano ofrece el mismo rostro.

Es indiscutible que escondíamos la esperanza de una sorpresa optimista después del partido inaugural, en el que Jesús Falcón fue calificado como el mejor jugador de la fecha. Esto también lo habíamos analizado desde otras perspectivas, teniendo en cuenta que la Federación está en un proceso de reversión centralista, reduciendo los militantes del llamado profesionalismo y buscando equipos provincianos que convengan a sus intereses económicos y financieros.

Y manejando estos mismos criterios están los denominados equipos profesionales o Asociaciones Deportivas Profesionales que no son si no entidades oligopólicas, sus empresas auspiciadoras, los medios periodísticos monopólicos y todo el entorno del microcosmos que constituye este negocio, producto de una nueva industria sin humo llamada fútbol profesional. Todo inserto dentro del contexto del capitalismo salvaje que estamos viviendo.

Siempre tuvimos una actitud crítica frente al denominado fútbol profesional, tratamos fundamentalmente de rescatarle lo social, deportivo, educativo y humano. En este tiempo ha sembrado ilusiones profesionalizantes o salariales en la juventud, constituyéndose en una opción ocupacional, como todas con su alto índice de precariedad. Ya no sólo es la recreación dominical de una masa que iba al rescate de sus esperanzas convertidas en goles que a veces nunca llegaban.

Pero, en el caso del León, la razón de esa colocación no está únicamente en la política impuesta en el balompié peruano. El retorno del León a los niveles de base también es consecuencia de algo concreto, que expresó claramente Carlos Chávez en una entrevista:

“El León tiene dos etapas distintas, determinadas por su ingreso al fútbol profesional. En la primera era una verdadera institución donde había un presidente, una directiva, responsables, identificados, donde todos trabajaban y respetaban un estatuto. Una plantilla de socios que cumplían sus obligaciones. Hinchas que eran un verdadero apoyo para el club. Siempre tuvimos un local lleno de niños, jóvenes y adultos cumpliendo diferentes actividades: voleibol, natación, tenis de mesa, ajedrez. Era una verdadera institución deportiva, sólo con trabajo y responsabilidad. Etra una verdadera familia, nos costó sacrificio llegar a la profesional. Después se convirtió en Asociación Deportiva de Fútbol Profesional y todo lo que fue el León institucionalmente desapareció. A muchos sólo les interesaba su beneficio personal, una vez que lograban lo que querían lo dejaban. Fue una gran oportunidad para ascender social y deportivamente, para abrir nuevas puertas de formación sana a nuestra juventud, pero lo primero que hicieron fue cerrar las puertas de lo huanuqueño ...”.

Eso nos dijo Chávez, una de las personas con más autoridad moral, deportiva y profesional para hablar del León con alegría, con dolor, con amargura, y así como recuerda con orgullo y felicidad su vida deportiva entregada a su divisa, tiene el pleno derecho de criticar con energía y claridad.

He citado su expresión porque considero que es necesaria para la reflexión, no solamente mirando al equipo crema, sino al deporte en general y al deporte nacional. Mientras acá se ha jugado mucho con el espíritu huanuqueñista, a nivel nacional se comercializa con el nombre del Perú, dando vida a un grupúsculo que desde siempre especula agitando un seudo nacionalismo deportivo.

Esta actividad constituye una muy buena muestra para el análisis de la realidad económica, social y política de nuestros pueblos.

Es justo que reconozcamos a quienes se entregan con honestidad, vergüenza deportiva e identidad, agotando todos sus recursos y posibilidades, enfrentando contingencias adversas, que con ellos de la misma manera que compartimos las victorias lo hacemos con sus resultados adversos, alentando su esfuerzo por mejores logros.

Desde 1997 Huánuco no volvió  a una  final de la “Copa Perú”.

La pelota sigue rodando, el futuro espera. Hagamos del deporte una escuela de vida.











FICCIÓN Y REALIDAD DE LA DEFINICIÓN POR PENALES




El dramatismo con que suelen terminar algunos partidos en la ruleta de los penales, sirve para hacernos olvidar lo acontecido en el campo durante el tiempo reglamentario de juego y a veces también del suplementario.

El encuentro pudo haber sido bueno o no, de repente fue una confrontación que no merece el registro del olvido o por el contrario fue de aquellas que mejor no se hubieran realizado.

Mas cuando se produce la rueda de los penales, empieza a nacer otra historia produciéndose un sentimiento dramático en el aficionado, de manera especial en aquellos que van a la tribuna con la expresa finalidad de ver ganar a uno de los contendientes. Y la mayoría, que va a un estadio no deja de sentir alguna inclinación por uno de los protagonistas, por muy sutil que sea, aun cuando no tenga nada que hacer con ellos e inclusive recién los vea, resulta como un amor a primera vista. El aficionado al fútbol siempre tiene el pecho caliente, nadie ve un partido en frío.

El drama individual luego se convierte en colectivo, porque son dos grupos humanos con una identidad, con intereses en pugna, cada uno quiere que suceda lo contrario de lo que el otro quisiera. Ellos no serán los actores, pero participarán con su ansiedad, su angustia, sus nervios puestos de pie en esos minutos decisivos.

Entonces, esos ciento veinte o noventa minutos de juego se hacen síntesis en los posibles cinco tiros de penal por lado. La visión concentrada en esos 7.32 x 2.44 mts. del arco, en esos l7.1 metros cuadrados de espacio. Los arqueros condenados a la pena máxima sin haber cometido ningún delito, mas uno de ellos será el héroe. A los rematadores, ejecutores de la sentencia, nos les puede temblar el pulso, paradójicamente tienen que disparar bien si quieren salvar la vida.

Esa es la ficción con que se viste un partido de fútbol definido por esta vía. La realidad quedó atrás. No importa que el que aparentemente mereció ganar no supo definir, tampoco si hubieron jugadas o jugadores excepcionales, si el árbitro pito de más o de menos, si los equipos mostraron más atributos o deficiencias. No, lo humano del drama, el triunfalista que está escondido entre nosotros nos lleva a resumir lo acontecido en esos estresantes lanzamientos de los doce pasos. Maestros del fútbol erraron en el mismísimo mundial, ahí salió lo humano, la latente posibilidad de la imperfección. Arqueros, que no tiene la obligación de resignarse a tener que ser vencidos siempre por los disparos de penal, dan el salto a lo imposible. Los dos hicieron cosas lógicamente no previstas en el fútbol, que el penal se convierta siempre en gol, es que el balompié como la vida no está hecho de inferencias.

Por eso es que la fanaticada no perdona al que erró ele penal, si es un gran rematador menos, como decía Borocotó: “cuando el carro se detiene al medio del camino se castiga al más noble y bueno de los animales”; es que no se piensa que el que está bajo los maderos es como un sentenciado que tiene el derecho a librarse de su ejecutor, a salvarse de la pena y jugarse el derecho a la heroica existencia.




COPA PERÚ 1994 - Unheval no pasó a la final y el Atlántida llegó al Nacional




Ingresé al Nacional. Terminaba el primer tiempo del partido en  que el equipo de la Universidad “Hermilio Valdizán” –Unheval - perdía con el Hidro de La Oroya, partido  que culminó con la derrota y eliminación del equipo huanuqueño, en la etapa semifinal de la “Copa Perú”; de pronto un grito del centro de la cancha y alguien que corre a mi gritando ¡Profe! ¡Profe!.

Vestido con el uniforme de Unheval . Era Quevedo. Su nombre José Luis Grados. Nos estrechamos en un abrazo suscrito con fuerza y el inevitable humedecerse de los ojos. Después de tantos años. Ahí sobre el verde tapiz del primer escenario deportivo del Perú, donde se gradúan los futbolistas ante un severo jurado de cincuenta mil almas. Tantos niños sueñan con pisarlo y los más no llegan. Estaba ahí como cuando corría con su cajón de lustrabotas en la Plaza de Armas. Con su risa entera, su alegría de vivir, su vibración optimista antes de cada jornada.

Este no es Quevedo el palomilla, a quien muchos conocen. No, es José Luis Grados también lustrabotas y uno de los grandes capitanes del Atlántida. Sí, los equipos chicos, también los equipos de niños, también los equipos de niños pobres tienen también sus grandes capitanes.

Y en el Mundialito de Mardonio hay diferentes grupos de niños, los del Atlántida son los lustrabotas. Un equipo de niños humildes, de niños trabajadores, de los que juegan todos los días un partido a la vida y se le enfrentan cara a cara, sin correrle, con la sonrisa en los labios y la fuerza de un corazón indoblegable. Y tuvo también sus grandes capitanes.

En él veía dibujada la figura de todos y cada uno de los chiquillos, muchos de ellos fueron haciéndose mayores ante mis ojos. Cruzaron mis retinas como en una película sin final de sucesión terriblemente rápida Meraca, Lucho Reyes, Jinete, Hildebrando, Chiquitín, los Gil Jurado, Tanchi, Amancio, los hermanos Felipe y el Mono Flores, el “Poderoso” Bartolo, los Cori, Toñito, la preocupación de Shinto, los gritos de Raulín, el mirar de Gallada, el cariño que les prodigaba Manuel “Juanjui” Rodríguez.

Todo pasó en un momento, le empecé a preguntar y él me fue respondiendo con entusiasmo: “Siempre voy a la plaza, me estoy parando Profe, tengo ya mi moto taxi, cuando tenga algún billetito voy a estudiar.”

Estaba ahí, uno de los grandes capitanes de los niños humildes, símbolo de garra y bravura en la defensa, porque ellos también saben dar grandes partidos, tal vez con el pecho más caliente, expresan mejor el ejercicio lúdico del deporte y el drama existencial
que esta en su esencia. Ahí en el campo, sobre el que se cruzan invisibles los millones de miradas que dirigieron los espectadores desde hace más de cincuenta años. Estaba sobre el escenario que pisaron los consagrados, donde corrieron y jugaron Maradona, Pelé y D’Stéfano, como también lo hicieron Lolo, Chumpitaz, Benítez, Joya, Terry, Sotil, en fin tantos y tantos.

Pero era él, no me importaba más que eso, José Luis Grados “Quevedo”, el gran capitán de Atléntida, hincha y jugador del San Cristóbal, ahora con la divisa de Unheval, viniendo como refuerzo para defender a su pueblo, a su Huánuco, a su Llicua, a su barrio, representando al Atlántida. José Luis hacía realidad el sueño de los lustrabotas huanuqueños de pisar el nacional, buscando un lugar para el fútbol de su pueblo, en nombre de los más nobles: Los niños humildes y trabajadores del Perú.

Gracias José Luis, por haberme permitido abrazar y sentir a todos. Porque no fuiste tú solo José Luis, fueron todos los que vistieron la casaquilla del Atlántida en el Mundialito, al final todos los niños trabajadores de la Plaza de Armas y de nuestro pueblo, que también tienen derecho a soñar y hacer realidad sus sueños.

Unheval  perdió el partido y el reclamo ante la Comisión de Justicia, por la inscripción irregular de un jugador del Hidro, Delfino Presidente de la Federación dio la orden de que las cosas quedaran como están.

Mientras tú José Luis, con tu presencia hiciste que todos ganaran Hiciste realidad nuestro sueño: el Atlántida llegó al Nacional.

























EL LEÓN DE 1994 - Una gran campaña con Ramón Quiroga



Habían pasado más de diez años desde que el  León había perdido la categoría el año 1983,  el equipo se había sostenido  con el aporte y esfuerzo mesiánico de algunos dirigentes generosos, entre ellos Yónel Melgarejo Leandro,  sin lograr resultados que pudieran llevarlo de retorno a la división privilegiada del fútbol nacional.
Los esquemas de competición para el ascenso y descenso habían sido modificados en varias  oportunidades, habiendo pasado desde  la finalísima de la Copa Perú en el Estadio Nacional a los  torneos regionales.
En el año 1991 bajo la presidencia de  quien al año siguiente postuló y fue elegida a la Alcaldía Provincial,    con la dirección técnica de Diego Agurto, se clasificó campeón de la región centro. Este logro le permitió disputar el torneo octogonal enfrentando al Sport Boys, equipo que lo derrotó en la contienda de los penales. 
En 1992 se produce una nueva modificación en la disputa del torneo descentralizado,  volviéndose al certamen de  dieciséis equipos, integrados a partir de los campeones regionales del año anterior. El León fue invitado a participar  por su condición de campeón regional del centro.
 La figura que se posesionó del corazón de la hinchada fue el brasilero Ze Carlos quien en más de una oportunidad fue llevado en hombros por los hinchas,  desde el estadio  hasta la Plaza de Armas.
Tanto en este torneo como en el de 1993 el León tuvo una discreta campaña.
El torneo de 1994 lo iniciaron con un cambio en la Dirección Técnica, esta vez asumía la conducción  del equipo crema el ex arquero del seleccionado nacional Ramón Quiroga.
En el torneo apertura jugado en dos series, el León ocupó el segundo lugar de la serie A con diez puntos, con el mismo puntaje de Sporting Cristal.
En la segunda rueda las cosas mejoraron bajo la dirección técnica de Ramón Quiroga, hubo una importante inversión y  el equipo fue reforzado,  habiéndose librado encuentros memorables, como aquel jugado en Huánuco el 23 de octubre frente a Alianza Lima, al que derrotaron por 4 a 3.
Este partido había concitado gran expectativa en los aficionados, no solamente por el atractivo que constituía la presencia de Alianza Lima sino la campaña que venía cumpliendo el León, eran muchas  fechas que se mantenía ganador en casa y sin derrotas fuera.
El estadio que aun no ampliaba sus tribunas,  en medio de un júbilo desbordante, con serpentina, papel picado, banda de músicos, megáfonos y barras,  reunía aproximadamente diez mil espectadores.
Los cremas,  dirigidos por Ramón Quiroga vestido con indumentaria veraniega,  salieron al campo con Salazar en el pórtico, Luis Reyna, Raúl Mejía, Dany Chumpitaz e Ismael Zegarra en la defensa; Carlos Cumapa, José Castillo, Guillermo Duffó y Giuliano Portilla en la media; quedando a la ofensiva Oscar Cardozo y Raúl Cano.
Al minuto de iniciadas las acciones Dany Chumpitaz con un soberbio disparo anota el primer tanto del partido haciendo estallar las tribunas.
 El partido se tornó intenso, el Alianza que herido buscaba emparejar el marcador y el León que trataba de ampliar la ventaja, los arqueros empezaron a ser los protagonistas. Así llegó el minuto 31’,  en el que Cardozo recibió una devolución de Cano y con un tiro bien colocado venció la meta aliancista. El descuento no se haría esperar y a los 36’ descontaba en el marcador. Los equipos se fueron al descanso dos a uno.
Para la segunda etapa había subido la temperatura en las tribunas y en la cancha, la ansiedad por el gol era evidente en las dos huestes. El Coyote Mejía se batía en la línea final del León en su función de libero, silenciando todas las expectativas  adversarias de gol. Hasta que a los 14 minutos de la segunda etapa un desenganche de Portilla,  termina con un fuerte remate de zurda decretando el tercer tanto. Tres  minutos después Cano pondría el marcador 4 a 1 y el delirio en las tribunas. La alegría no duró mucho,  a los 74 Jayo Legario descuenta y aumenta a los 80 poniendo 4 a 3,  el Alianza a tiro de empate. La angustia subió la temperatura emotiva, el Alianza con todo y el León sin replegarse, buscando que salir por las bandas, obligando al Alianza también a defenderse, en ese ir y venir a los 88 minutos se produjo un gol de Saavedra, empatando el partido, la tribuna se enfrío, pero el árbitro Chapell anuló el tanto por posición adelantada. El León había ganado al equipo de Brizick en el mejor y más emotivo partido que vio Huánuco en muchos campeonatos.
Otro partido memorable en esta campaña fue el jugado frente al Universitario,  al que derrotaron por dos tantos a uno con goles de José Castillo e Ismael Zegarra.   
El León había llegado a 38 puntos al término del campeonato, ubicándose en el cuarto lugar del torneo después del campeón Sporting Cristal, Universitario y Alianza Lima, lo cual le valía para disputar la preliguilla, en la que eliminó al Ciclista Lima, ganándose el derecho de disputar la Liguilla por el subtítulo y la clasificación a la Copa Libertadores, en esta etapa tendría que enfrentarse a la U, Alianza Lima y Deportivo Sipesa.
Al final del  torneo ocupó el tercer lugar igualado con Universitario,  tras perder con el Sipesa y Alianza Lima, venciendo en el encuentro final a Universitario de Deportes, cotejo  jugado la tarde del 18 de diciembre.
Había ido al Estadio Nacional con mis entonces menores hijos,  que me pidieron  ser mascotas, Christian Madrid me ayudó en esto, y esperé la salida del León en la boca del túnel,  Vega Centeno cogió a mi hijo menor Juan,  que vestía de arquero,  y el Coyote Mejía  a mi hijo mayor David.
Esa tarde vi al León cuya campaña la había seguido desde los periódicos unas veces, en otras por la televisión cuando no por la radio.
Por fortuna estuve sentado junto al  gran capitán del León Rodolfo Muñoz, que me contó que había seguido al equipo en todos  sus partidos en Lima, nos pusimos a conversar de la gran actuación que cumplía Mejía como líbero.
León salió al campo de juego con Enrique Vega Centeno en el arco; Luis Reyna, Raúl Mejía, Ismael Zegarra, Julio Chicoma en la defensa; Dany Chumpitaz, Carlos Cumapa y John Barrueta en la media; Luis Cardozo, Ward y el uruguayo Pedro Varela en el ataque.
Ambos equipos salieron a jugar abiertos, sin  marcas apretadas, era un ir y venir desde los primeros minutos, tanto que a los 8’ de la primera etapa Torrealva  abría el marcador para los cremas, yéndose al descanso con este tanto de ventaja. .
En la fase complementaria el Puma Carranza anotó el segundo gol de los locales. Una rápida reacción del León y a los 14 Varela descontaba en el marcador que sería emparejado dos minutos después por Ismael Zegarra, al tomar un rebote del poste ante remate de Cano, A los 44’  Ismael Zegarra anotaría el gol de la victoria. 
Fue un acierto la contratación de Ramón Quiroga, quien asumió la dirección técnica con mucha audacia, ubicó a Raúl Mejía que era puntero en función de libero, mientras Dany Chumpitaz y el uruguayo Gustavo Manchaín cumplían en eficiencia en el fondo,  los marcadores Reyna y e Ismael Zegarra tenían salida y llegada al gol contrario; en el medio terreno el capitán Carlos Cumapa era el aporte de temperamento y fibra,  Giuliano Portilla volante o marcador   fue ubicado en función de diez, en la delantera Raúl Cano, el goleador del equipo, y Pedro Valera, se convirtieron en dos arietes de fuste. . A esto había que sumar los aportes  de  Luis Cardozo y William Ward, y de los huanuqueños John Barrueta y Christian Madrid.
Con lo que el León cerraba su mejor campaña hasta ese momento, se había ubicado en cuarto lugar al final del torneo y había disputado la liguilla por un cupo de  la Libertadores,  ingresando por primera vez al grupo de los cuatro grandes del fútbol peruano.


CANTAMOS NUESTRO HIMNO DE GLORIA - Los leonciopradinos le ganamos a la U



Ya habían mostrado de lo que eran capaces. Estábamos en el nivel de competencia de los más calificados.
Había quedado atrás la herida que dejó ese primer partido ganado con todo por la Academia “Tito Drago”, también esa oportunidad que se dejó pasar al empatar con Deportivo Libertad.
¡Le ganamos a la “U” ¡ el primero en decirlo fue el portero Juan José Melgarejo. El corazón se llena de nostalgia y optimismo. Vienen a mi memoria las horas de estudiante leonciopradino. Fue el 56 cuando el juvenil de Universitario de Deportes visitó Huánuco. Los juveniles cremas venían de clasificarse campeones en Buenos Aires, ganando la Copa “Evita Perón”, sin un gol en contra. Esa tarde, que paréceme que fue un 24 de mayo, cotejaron con la gloriosa celeste leonciopradina, dirigida por el Prof. Augusto Shiggio.
En el primer tiempo adelantó la “U” por acción de Cassalino. Fue un tiro fortísimo, alto, desde el centro del área que Carlos Chávez sólo pudo manotearlo. Empatamos en el segundo período con gol de Gustavo Medina.
Y porque no hoy. Hoy le ganamos palpitó dentro de mí, en la sonrisa de los muchachos mientras calentaban, en las arengas de César Ponce, en la conversación con Mañuco Nieves, que recién había dejado la dirección del colegio, también en la expresión risueña de Mario Pardavé. La convicción de triunfo bullía en la sangre de cada uno de ellos.
Esa mañana iban a romper al favorito del campeonato y de la prensa capitalina. Al equipo de una de las academias más promocionadas, donde hay centenas de niños y adolescentes entrenando permanentemente a las órdenes de un equipo de técnicos dirigidos por el argentino Hugo Ferrarese, que posee una infraestructura e implementación suficiente. Pero, a ellos, los nuestros les iban a ganar, aunque fuera el representativo de uno de los clubes más populares del Perú.
Había seguridad, firmeza contagiante, el deseo de triunfo avanzaba a convertirse en realidad. Vuelve Velarde al equipo, mientras calienta hace un amague, sonríe pícaro, la de hoy es mía parece decir. Ya es uno de los jugadores más conocidos del torneo, seguro que van a salir a buscarlo. Y él confía en que se reirá en sus propias barbas.
Llega el momento. Todos en círculo, los puños unidos, tres hurras por el “Leoncio Prado” y por Huánuco. Salen a la cancha capitaneados por Anderson Cabello, los pocos huanuqueños que bordeamos el campo coreamos la salida, con aplausos y gritos de confianza. “No somos muchos pero somos machos”  como se dice en la tierra.
Ya están los once en la cancha de Villa Deportiva Nacional, alinean con Juan José Melgarejo en el arco; en la defensa como último hombre Hubert Rojas, en la línea de tres Julio Cornejo Aranda, Eduardo Melgarejo Silva y Manuel Santa María; sobre el medio campo Anderson Cabello, Saúl Argandoña, Christián Céspedes y Moisés Gutiérrez; y en la ofensiva Jesús Mario Velarde y Américo Armas Pisco. El técnico César Ponce Vásquez.
Se inicia el partido, salen los locales. Tratan de ingresar triangulando, intercepta “Anchón” Cabello que la toca para Céspedes, hace un quiebre fino y balón para Velarde por la izquierda, le salen a la marca en posta, se lleva a dos y el faul que no se hace esperar. Los minutos pasan, hay orden de atacar por parte de los dos bandos, partido bien jugado, hasta que empieza a apreciarse al promediar la etapa cierta hegemonía nuestra. La defensa bien parada con Rojas como último hombre, en varias oportunidades sale jugando desde su área. El tecnicismo de Céspedes, de sus pies los ataques adversarios se convierten en ofensivas nuestras. Velarde rompiendo la defensa crema, llevándola a uno y otro flanco, rotando con Armas. Los trujillanos se unen a nuestros gritos de aliento. Los estamos dominando, ya no pueden salir de su cueva.
Hasta que llegó. Se arrancó Velarde del medio campo adversario, abriéndose hacia la derecha deja a dos en el camino, quiebra para buscar la diagonal al arco cuando salía el libero, desde las inmediaciones del vértice del área sacó un derechazo cruzado al ángulo alto, por encima del back y del arquero, definiendo como los buenos. La pelota en la red. El “Chato” que corre a gritar su gol y se tira al suelo frente a nosotros, buscando el abrazo, todos sobre él. Los cremas se miran incrédulos.
La “U” sintió el puntillazo. No demoró en recuperarse. Movió piezas para equilibrar las cosas, también ellos tenían lo suyo y Chichizola nos empata.
El partido al rojo vivo. Cabello le pone fibra, toque, fuerza. Surge su figura de caudillo, pone la pierna y el pecho en el momento oportuno. Nos recuerda en ese momento los inicios de “Penshe”  Belgrano, una de las glorias del fútbol huanuqueño.
Los dos salieron a ganar y no hay tregua. Otra vez Velarde, se va por la izquierda, se lleva a dos, caen como árboles de montaña, la saca atrás y Cabello de unos treinta metros enfila un potente remate, alto, al vértice derecho, que sorprendiendo  a todos. El dos a uno, sentimos que la mañana era nuestra.
Universitario salió a buscar la paridad. Se quedó la marca en medio terreno y los cremas sorprendieron a nuestra defensa, anotando Felli el gol de la igualdad. Un empate que nos pone en ascuas, cuando concluye la primera fracción.
Sorpresa para muchos, pero no para nosotros ni para quienes habían visto los primeros partidos. Vuelven al campo con la misma entereza y seguridad, esta vez el público los aplaude. Ahí con todo, para ganarle a la “U”. No sólo para seguir en carrera, sino para demostrar una vez más que nosotros los de tierra adentro somos tan buenos como ellos.
Salimos atacando. A los adversarios les marcamos la salida. Se adelanta la volante. Los cremas atacan por nuestro flanco izquierdo. En el lado derecho Santa María se bate bien proyectándose sobre campo contrario. La defensa  recuperando su confianza y se agiganta Cornejo.
Los minutos pasan y sigue el dominio leonciopradino, -estamos dominando el partido- grita Ponce, una bola jugada sobre el área, a la altura del segundo palo, y Américo Armas, se la juega entre dos zagueros lanzándose con bravura y poniéndola en las redes adversarias. El tres a dos. Esta vez no nos empatan, el partido tiene que ser nuestro. Se grita el gol con el alma para que los jirkas se enteren.
Defender la ventaja pero jugando, seguir igual es la orden del técnico. Cerrar la salida de sus laterales. Se trata de romper el medio campo contrario. Nuestra defensa soporta cargas de jugadores con mayor envergadura. Nadie le corre al partido. Todos en la defensa, en el medio campo y el ataque. Céspedes con Velarde controlan el balón, mientras va imponiéndose “la macheza huanuqueña”.
A rotar pelota, tocarla, no perderla es la orden del banco. Que corra el reloj y la bola también. Ya los albicelestes mandan en el campo, imponen su fútbol, a pesar del esfuerzo de los rivales y la calidad también por ellos demostrada.
Hasta que llega el final. Vestido de celeste el cielo limeño, mientras la antorcha leonciopradina ilumina la Videna. .
Nos lanzamos al campo y sobre el grass nos confundimos en el abrazo, en la alegría, en la emoción traducida con gritos fervorosos a la tierra, en vivas al Colegio.
Así le ganamos a la “U”. Le ganamos bien al favorito, que jugó en su nivel, en el mejor partido del campeonato.
Muchos de esta generación continuaron la actividad futbolística, siendo el referente de ellos Anderson Cabello, sin lugar a dudas el jugador más representativo de esta generación, quien participó en varios torneos de la Copa Perú con las divisas del Alianza Huánuco y del León.