León participaba en este evento desde su
creación en 1967, disputando la clasificación en la Zona Norte “B”, con los
campeones de la Libertad, Ancash y Pasco. A nivel departamental el rival más
peligroso siempre fue el representativo de Tingo María, aun cuando los domaínos
en su reducto eran temibles, además de que contaban con elementos de gran
calidad. A nivel local, con el Santa Rosa las disputas fueron parejas durante
varios torneos, esta especie de clásico moderno venía desde antes del
cincuenta. Luego las confrontaciones vendrían a darse con el decano del fútbol
huanuqueño, el “Juan Bielovucic”, que desde 1967 armó un equipo de gran
poderío, reforzándose con muchos jugadores de valía, no sólo del medio local,
sino traídos de la capital.
Ya se había hecho
conciencia de que para aspirar a ingresar a la profesional, había que tener
capacidad para derrotar a los equipos de la Región Norte “B”, clasificándose
campeón de ésta.
Hasta ese entonces, el
mejor equipo que considero logró armar el León para una contienda a nivel
regional fue en el segundo torneo jugado en 1968, bajo la presidencia de César
Dioses La Madrid, cuando se clasificó campeón el “Carlos A. Mannucci”, que a la
postre también se adjudicó de la “Copa Perú”. Con los de la tierra de la
marinera norteña se empataron los dos partidos, el primero en el Estadio
“Leoncio Prado” con un golazo
extraordinario de Carlos Trujillo y actuando de visitantes, también se concluyó
a un gol por lado.
Pero, para esta
temporada, ese año 1972, el León sufrió una serie de bajas, José Luis
Cabanillas, el “Gato” César Chacón y Santiago Madrid habían emigrado al
Mannucci, que estaba en la profesional. Otros lo habían hecho a equipos locales
cumplido su ciclo con la crema, pero la pérdida más importante fue la de Jorge
Cabanillas que retornó a vestir su casaquilla de origen en Huánuco, la del
“Juan Bielovucic”.
Con
el Bielo, una final para el recuerdo
Esta temporada Pepe
Reyes se decidió a tomar las riendas de la institución, con el aval de una vida
identificada con el Club. Constituyeron la directiva el Dr. Néyer García
Castañeda, Ernesto Portugal Chirinos, Elías Lucano Carbajal, Juan Sánchez
Salmón, Carmelo Pancorbo Ayerbe, Aldo Pavletich Blengeri.
Durante el torneo la
disputa fue dura con el “Juan Bielovucic”, que llegó a la última fecha con un
punto de ventaja, de manera tal que sólo necesitaba de un empate para romper la
racha de campeonatos del León.
Los cremas adelantaron
el marcador por intermedio de Ríos al iniciar el segundo tiempo. Cuando
faltaban aproximadamente 10’ para la finalización Jorge Cabanillas en una
jugada espectacular consigue anotar el empate. El partido seguía intenso, pero
esta vez con un Bielovucic que se defendía, destacando la figura del zaguero
central Walter Reiterer, se jugaba sobre el campo que da al jirón Mayro.
Se miraban los relojes,
el campeonato se iba tiñendo de rojo, hasta que a los 43’ un rechazo de la
defensa bielista fue tomado de volea desde fuera del área por Rodolfo Muñoz,
que se había sumado al ataque, empalmando un fortísimo tiro, que ingresó entre
los brazos, que sorprendido, apenas
alcanzó a alzar el fornido arquero Marcos Paredes.
Lo que quedaba del
partido fue jugado en terreno del León y Chávez en el instante final paró firme
un cabezazo del Negro Cabanillas.
Terminó el partido, nuevamente el León campeón, la
historia continuaba.
La
departamental sumamente difícil
En Tingo María se jugó
otra final, no era un momento fácil. La contienda departamental se dio en una
situación sumamente compleja para el León, se conocía de la existencia de
problemas económicos, había conciencia de que no se contaba con un equipo
ideal, aparte de otros imponderables que se fueron presentando. Cuando se
enfrentaron al Deportivo Unidad Sanitaria el viaje se tuvo que hacer caminando
por tramos, pasando huaycos, así como las trancas en la carretera que estaba en
proceso de pavimentación. Carlos Chávez no pudo estar presente ese día y se
cuadró bajo los tres palos Carlos Soucón, quién pese a su buena actuación no
pudo evitar ser vencido en tres oportunidades, la última de penal convertido
por Isaquel Figueroa. El cotejo concluyó empatado a tres goles, clasificándose
el León, la figura fue el portero crema, que resistió como un arquero de oficio
el asedio tíngales.
La
clasificación regional y la estrategia de Pepe Reyes
Obtenida la
clasificación departamental había que luchar en la regional. Pepe Reyes
participó como Delegado en el Consejo Regional Norte “B”, para la elaboración
del fixture.
Concluida la sesión me
comunicó telefónicamente César Vargas, periodista trujillano, quién me dijo:
“Pepe Reyes ganó la clasificación esta noche, ha sacado todos los partidos de
ida como visitante...”. Soltó una sonora carcajada, rematando con un sincero
“buena compadre, ahora también les toca a ustedes”.
El equipo venía
conformado con algunos elementos de temporadas pasadas, sobre los que basaba su
poderío, completando con algunos elementos recién promocionados, mas sí existía
una buena dosis de pundonor y espíritu deportivo.
El equipo titular
estaba conformado generalmente por Carlos Chávez en el arco; Miguel Cabanillas,
Carlos Soucón, Rodolfo Muñoz y Luis “Chani” Follegatti en la defensa; en el
medio campo Ronald Sanabria y Máximo Falla; en la delantera José Delgado,
Alejandro Ríos, Javier Fano y Carlos Trujillo. Teniendo para alternar a Darwin
Bravo, Víctor Dávila y José Ortega, no había arquero suplente. El director
técnico era el Profesor Rodolfo
Arredondo.
Así, en su propia
cancha, se debutó frente a los pacasmaínos del “San Pedro de Lloc” que
representaba a La Libertad, venciéndolo por un tanto a cero.
Fue un resultado muy
importante, permitió ganar confianza al equipo, aun cuando la representación
liberteña no tenía el poderío de torneos anteriores.
Pero eran dos puntos
afuera, ahora venía el más fuerte y favorito, el Sogesa de Chimbote, con ellos había que confrontar en
el Estadio del Vivero Forestal.
Y ahí, en su propio escenario, haciendo un fútbol
rápido, de toque, jugándola siempre a rastrón, se consiguió vencerlos por un
tanto a cero. Ríos, el mejor del encuentro, se llevó a dos adversarios, amagó
el servicio para Trujillo que entraba por la izquierda, el arquero Álvarez se
anticipó al achique y el “Chato” la cambió hacia Javier Fano que entraba por el
centro, poniendo el balón en la red sin dificultad.
Un triunfo que ya tenía
sabor a clasificación. Luego vino el tercer encuentro, jugado con mucho tesón,
el León venció por tres goles a uno al Deportivo Huarón en Cerro de Pasco.
Seis puntos como
visitantes, una verdadera hazaña, que años después sería repetida por el Santa
Rosa.
Luego como locales, con
una afición que sentía cercana la llegada de la clasificación, latiendo con su
aliento pleno, todos identificados con el León, había un solo color y una sola
esperanza. Vino el primer partido y se repitió el triunfo sobre los liberteños,
esta vez por dos a cero, en un partido donde muchos vieron por primera vez como
titulares a Darwin Bravo y José Ortega, que habían cumplido una gran actuación
en el partido de ida.
Luego vino el Sogesa,
un empate bastaba para estar en la final, pero Fano a los 40’ de la final puso
kryptonita a su disparo y venció nuevamente a “Superman” Álvarez.
La clasificación estaba
virtualmente dada, se cerró la campaña venciendo por cuatro a cero al equipo de
Huarón con goles de José Delgado a los 40’ del primer tiempo; en la segunda
etapa anotaron Falla a los 12’,
Alejandro Ríos a los 22’ y Carlos Trujillo a los 44’.
El
paso a la final
Ahora venía la gran
tarea, necesariamente había que reforzarse. Era una campaña que exigía
financiarse con un mayor esfuerzo económico, estar en Lima era otra cosa, jugar
en el Nacional. Jorge Cárdenas Argandoña asumió la dirección técnica del
equipo, fueron incorporados Mardonio Baldeón del Atlético Arabecks, Moisés Fano
del Santa Rosa y Carlos Flores Panta que
no había jugado por equipo alguno en Huánuco y que tal parece tampoco podía
jugar por no tener carta pase, sólo figuraba en la banca de suplentes. Luis
Pitín Sandoval que estaba como integrante del equipo, en última instancia no
fue de la partida.
El equipo estuvo
conformado por Carlos Chávez y Carlos Flores Panta como arqueros; defensas:
Víctor Dávila, Miguel Cabanillas, Carlos Soucón, Rodolfo Muñoz (capitán), Luis
“Chani” Follegatti, José Ortega y Darwin Bravo; volantes: Máximo Falla,
Alejandro Ríos, Ronald Sanabria, Mardonio Baldeón; delanteros: Jaime Torres,
Javier Fano, Moisés Fano, Carlos Trujillo, José Delgado, Jaime Isuiza. El
utilero era Alejandro Vía.
Segundos
en la final
Tocó debutar con el
Miguel Grau de Piura, que a la postre se clasificaría campeón, en el segundo
partido de la noche.
Tras un comienzo
nervioso, cuando parecía que se equilibrarían las acciones y empezaba a
soltarse el mediocampo huanuqueño, “Quimbo” Córdova a los 34’ del primer
tiempo, con un tiro libre desde el borde del área, vence la portería de Carlos
Chávez.
En la fase
complementaria “Meleque” Suarez se encargó de aumentar la cuenta a los 38’ y
44’. Ganó el mayor oficio piurano, en el segundo tiempo el León hizo buen
fútbol, con un medio terreno solvente, Sanabria impresionó, “Pocho” Rospigliosi
comparó su estilo con el de Challe, pero el arquero piurano tuvo una faena
extraordinaria y los nuestros la pólvora mojada.
Mucho pensaron en el
descalabro, pero había un fondo de optimismo y confianza. Se había perdido con
un equipo superior, el segundo cotejo sería frente a la sorpresa de la fecha
inaugural, el Cultural Juanjui.
Vino la segunda jornada
y con ella la primera victoria, el León venció por dos tantos a uno. A los 17’
del primer tiempo abrió el marcador Manuel “Juanjui” Rodríguez y empató a los
21’ Carlos Trujillo, con un espectacular remate de media vuelta; a los 24’
Jaime Torres derrota por segunda vez al entonces portero de Juanjui Mitiguel
Sinti Pinchi, ahora más huanuqueño que el locro de gallina. El segundo tiempo
fue jugado a todo vapor, Rodolfo Muñoz jugó gran parte del partido en estado
comatoso, Hubo fútbol de “Copa Perú”, donde los veintidós se dieron íntegros.
El León supo mantener el triunfo, defendiéndolo bien en las líneas finales, aun
cuando se perdieron oportunidades de anotar. Ríos mostró su gran clase, fue el
que manejó el ritmo del partido.
En el tercer cotejo
empate a un gol con el Carsa de Arequipa. Un partido pésimo, de bajo nivel
futbolístico, sin la vibración de otras confrontaciones. A los 13’ adelantaron
los characatos y a los 40’ de la primera etapa, Javier Fano de un cañonazo
crucificó al arquero mistiano. Sin duda los arequipeños, dirigidos por Walter
Milera, consiguieron su propósito de amarrar el encuentro en el medio campo,
con un marcaje cerrado en sus líneas finales, el León no supo abrir los
espacios necesarios para anotar o facilitar la media distancia de Fano.
El cuarto partido fue
para el recuerdo. Empatamos con Cienciano dos a dos. A los 4’ del primer tiempo
adelantó Cuba para el Cusco y a los 13’ Castañeda ponía el dos a cero para los
de la capital imperial, la cosa parecía definida. Soucón, hombre hecho para
situaciones difíciles, subió al medio campo y bajó Falla de back central,
ingresando “Marruque” Baldeón. A los 9’ del segundo tiempo Jaime Torres en una
rapidísima triangulación con Ríos consigue culminar con un remate cruzado de
derecha. Luego cuando parecía que las cosas quedarían ahí, el León se siguió
agigantando, Falla, Soucón y Baldeón se jugaban un gran partido, la angustia de
Dennis Vargas Marín que vino trasmitiendo para Radio Tawantinsuyo se dejaba
sentir en su narración. El León dominaba las acciones, el portero Ortiz de
Zevallos se movía inquieto en el pórtico, hasta que Baldeón habilita
magistralmente de cabeza a Trujillo, quién desde la izquierda, en las
inmediaciones del área chica, saca un zurdazo cruzado al ángulo alto decretando
el empate.
Triunfo
sobre Ocopilla. Los tres goles del Cholo Fano
Venía el partido final,
necesitábamos ganar. Eran dos los que ingresaban a la profesional. Grau seguía
invicto, Huancayo venía segundo con un punto menos, un empate y era subcampeón.
A los 5’ del primer tiempo Fano recibe de Ríos y ensaya un remate de fuera del
área que no alcanza a detener Gonzales y el primer grito de gol. Uno a cero la
primera etapa.
Partido dramático,
frente a un Unión Ocopilla integrado por jugadores que en su mayoría ya habían
jugado en la división profesional, como es el caso de “Cococho” Reyna. Pero el
León supo imponer su fútbol, vigente su habitual salida por la izquierda con
“Chani” Follegatti, el mejor zaguero izquierdo de la Copa, con Ríos marcando el
ritmo en el medio campo. A los 15’ del segundo tiempo un foul contra Baldeón,
aproximadamente a treinta metros del arco adversario, es cobrado por Fano con
un tiro pegado al palo derecho del arquero huancaíno y el segundo para los
huanuqueños.
A los 30’ estábamos con
los rojos del Mantaro sobre nuestro campo y Marticorena consigue poner el dos a
uno. La defensa se batía con todo, Soucón lucía con bravura, “Chani” Follegatti
haciendo gala de sus recursos técnicos, Muñoz imponía tranquilidad, Chávez daba seguridad; llegaron los 38’
Baldeón quita una pelota y la toca para Ríos, éste descuenta a un hombre sobre
el medio campo y arranca, supera a otro y llega a la línea de fondo por el lado
izquierdo, mientras Fano llegaba por el centro, servicio rasante, el arquero se
tira a cortar y Fano que seguía en carrera se llevó la de cuero hasta el fondo
de la red.
La
gran salvada de Chávez
Tres a uno, parecía que
terminaba la angustia; no, Torrealba a los 41’ consigue acortar la cuenta.
Huancayo jugando sobre nuestro campo, pugnando por el gol de empate que era el
gol del subcampeonato, ahí en esos cinco minutos finales surgió la figura, la
clase, la experiencia de Carlos Chávez, en el mejor partido que le vi jugar. Le
ponen una pelota a Nolly que saca un remate del filo del área chica, vuela
Chávez y es suya; vuelve al ataque el equipo huanca, “Cococho” Reyna se
enfrenta en un mano a mano al portero huanuqueño y otra vez Carlos gana al
detener en un plangeón una pelota colocada a media altura; cuando parecía el
empate inevitable, Reyna avanzó por el centro del área, superó a Soucón, el
moreno centro delantero se disponía a sacar el remate, Carlos Chávez voló a los
pies del atacante de cara a la pelota, casi al ras del suelo, consiguiendo
arrebatársela, ante el asombro de los espectadores que ovacionaron al golero
huanuqueño. “Cococho” se cogió la cara incrédulo y felicitó al meta cuando se
levantó. Chávez sirvió el balón y el árbitro Gonzales pitó dando por concluido
el encuentro.
Júbilo
desbordante
La alegría fue en el
campo, en la tribuna, en las calles de Lima y Huánuco; bajó de las tribunas al
campo y llegó a las calles de Lima, avanzó a pie y en carros hasta la Plaza San
Martín. Una gran cantidad de hinchas se trasladaron hasta el terminal de la
Agencia Nor Oriente, donde se celebró el triunfo, con un Neto Portugal
explosivo y jubiloso, había tenido un gran protagonismo; junto con José Reyes y los otros dirigentes
entregaban esta victoria conseguida con esfuerzo, trabajo y fe.
Huánuco esperaba a su
equipo, al final el equipo vino por carretera, gran cantidad de hinchas y
carros se transportaron hasta San Rafael para esperar a los subcampeones, para
celebrar el ingreso al fútbol profesional, Fano era el más asediado por los
hinchas, se había vencido al Ocopilla
con sus tres goles, siendo uno de los goleadores del campeonato.
Fue una euforia extraordinaria, un júbilo
desbordante, todo el pueblo en celebración.
En Huánuco se empezaba a vivir una nueva realidad,
muchas cosas cambiaron en nuestra tierra, no solo en lo deportivo sino también la social.. El pueblo
se sentía victorioso.
RODOLFO
MUÑOZ
El
Caballero del León
“Los periodistas me
preguntaron de donde era y yo les respondí sin dudarlo: soy huanuqueño. Por
algo era el capitán del equipo que derrotando al Unión Ocopilla por tres goles
a dos, conseguimos el subcampeonato e ingresamos al fútbol profesional”, quién
nos manifiesta esto Rodolfo Muñoz Palacios.
Estábamos cercanos a
los treinta años de esa noche en la que el nombre de Huánuco sonó muy fuerte en
todo el país. Un equipo que llegó con humildad a la final, tras haber disputado
todas las anteriores ediciones de la “Copa Perú” hasta la etapa regional, junto
con las representaciones de Ancash, que generalmente eran clubes de Casma o
Chimbote, y de La Libertad, entre ellos el Mannucci y el Alfonso Ugarte de
Chiclín.
“Los partidos con el
Bielovucic y el Santa Rosa eran verdaderos clásicos”, recuerda Rodolfo, “quien
salía campeón era el que representaba al departamento”.
“Recuerdo que en la
Liga jugamos ese año el partido final contra el Bielo, Cabanillas nos hizo un
extraordinario gol de cabeza, nos tiramos con todo adelante, con el empate
ellos campeonaban, y contra lo usual saqué un remate fuerte de fuera del área y
vencí a Paredes; ahí empezó nuestra carrera hasta la final. Sentí que todos se
abalanzaban a felicitarme, fui alzado en hombros. Yo había llegado de Lima en
el vuelo de mediodía y tenía que regresar después del encuentro, mi hija había
quedado enferma”.
Y recordamos cuantas
veces Rodolfo llegaba en los vuelos dominicales de mediodía para jugar en la
tarde y estar de retorno inmediato a Lima, su centro de labores. Y sabemos que
este caballero sufragaba sus propios gastos, se dirá que eran otros tiempos,
pero aun así no es muy común hacerlo, sacrificándose por el club de sus amores.
Y lo hacía por un
equipo de Liga, él había salido de las divisiones inferiores del Alianza, de
las manos de Rafael Castillo y los avatares de su actividad laboral lo llevaron
a la tierra de su padre: Huánuco.
Se enroló en un club de
tercera división, el Mariscal Sucre, equipo de los vendedores de tela del
Mercado Antiguo, para luego pasar a militar al León, “club que me gustaba” ... “antes
estuve a punto de fichar por el Santa ...” manifiesta.
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