Habían pasado más de
diez años desde que el León había
perdido la categoría el año 1983, el
equipo se había sostenido con el aporte
y esfuerzo mesiánico de algunos dirigentes generosos, entre ellos Yónel
Melgarejo Leandro, sin lograr resultados
que pudieran llevarlo de retorno a la división privilegiada del fútbol
nacional.
Los esquemas de
competición para el ascenso y descenso habían sido modificados en varias oportunidades, habiendo pasado desde la finalísima de la Copa Perú en el Estadio
Nacional a los torneos regionales.
En el año 1991 bajo la
presidencia de quien al año siguiente
postuló y fue elegida a la Alcaldía Provincial, con la dirección técnica de Diego Agurto,
se clasificó campeón de la región centro. Este logro le permitió disputar el
torneo octogonal enfrentando al Sport Boys, equipo que lo derrotó en la
contienda de los penales.
En 1992 se produce una
nueva modificación en la disputa del torneo descentralizado, volviéndose al certamen de dieciséis equipos, integrados a partir de los
campeones regionales del año anterior. El León fue invitado a participar por su condición de campeón regional del
centro.
La figura que se posesionó del corazón de la
hinchada fue el brasilero Ze Carlos quien en más de una oportunidad fue llevado
en hombros por los hinchas, desde el
estadio hasta la Plaza de Armas.
Tanto en este torneo como en el de 1993 el León tuvo
una discreta campaña.
El torneo de 1994 lo
iniciaron con un cambio en la Dirección Técnica, esta vez asumía la
conducción del equipo crema el ex
arquero del seleccionado nacional Ramón Quiroga.
En el torneo apertura
jugado en dos series, el León ocupó el segundo lugar de la serie A con diez
puntos, con el mismo puntaje de Sporting Cristal.
En la segunda rueda las
cosas mejoraron bajo la dirección técnica de Ramón Quiroga, hubo una importante
inversión y el equipo fue
reforzado, habiéndose librado encuentros
memorables, como aquel jugado en Huánuco el 23 de octubre frente a Alianza
Lima, al que derrotaron por 4 a 3.
Este partido había
concitado gran expectativa en los aficionados, no solamente por el atractivo
que constituía la presencia de Alianza Lima sino la campaña que venía
cumpliendo el León, eran muchas fechas
que se mantenía ganador en casa y sin derrotas fuera.
El estadio que aun no
ampliaba sus tribunas, en medio de un
júbilo desbordante, con serpentina, papel picado, banda de músicos, megáfonos y
barras, reunía aproximadamente diez mil
espectadores.
Los cremas, dirigidos por Ramón Quiroga vestido con
indumentaria veraniega, salieron al
campo con Salazar en el pórtico, Luis Reyna, Raúl Mejía, Dany Chumpitaz e
Ismael Zegarra en la defensa; Carlos Cumapa, José Castillo, Guillermo Duffó y
Giuliano Portilla en la media; quedando a la ofensiva Oscar Cardozo y Raúl
Cano.
Al minuto de iniciadas
las acciones Dany Chumpitaz con un soberbio disparo anota el primer tanto del
partido haciendo estallar las tribunas.
El partido se tornó intenso, el Alianza que
herido buscaba emparejar el marcador y el León que trataba de ampliar la
ventaja, los arqueros empezaron a ser los protagonistas. Así llegó el minuto
31’, en el que Cardozo recibió una devolución
de Cano y con un tiro bien colocado venció la meta aliancista. El descuento no
se haría esperar y a los 36’ descontaba en el marcador. Los equipos se fueron
al descanso dos a uno.
Para la segunda etapa
había subido la temperatura en las tribunas y en la cancha, la ansiedad por el
gol era evidente en las dos huestes. El Coyote Mejía se batía en la línea final
del León en su función de libero, silenciando todas las expectativas adversarias de gol. Hasta que a los 14
minutos de la segunda etapa un desenganche de Portilla, termina con un fuerte remate de zurda
decretando el tercer tanto. Tres minutos
después Cano pondría el marcador 4 a 1 y el delirio en las tribunas. La alegría
no duró mucho, a los 74 Jayo Legario
descuenta y aumenta a los 80 poniendo 4 a 3,
el Alianza a tiro de empate. La angustia subió la temperatura emotiva,
el Alianza con todo y el León sin replegarse, buscando que salir por las
bandas, obligando al Alianza también a defenderse, en ese ir y venir a los 88
minutos se produjo un gol de Saavedra, empatando el partido, la tribuna se
enfrío, pero el árbitro Chapell anuló el tanto por posición adelantada. El León
había ganado al equipo de Brizick en el mejor y más emotivo partido que vio
Huánuco en muchos campeonatos.
Otro partido memorable
en esta campaña fue el jugado frente al Universitario, al que derrotaron por dos tantos a uno con
goles de José Castillo e Ismael Zegarra.
El León había llegado a
38 puntos al término del campeonato, ubicándose en el cuarto lugar del torneo
después del campeón Sporting Cristal, Universitario y Alianza Lima, lo cual le
valía para disputar la preliguilla, en la que eliminó al Ciclista Lima,
ganándose el derecho de disputar la Liguilla por el subtítulo y la
clasificación a la Copa Libertadores, en esta etapa tendría que enfrentarse a
la U, Alianza Lima y Deportivo Sipesa.
Al final del torneo ocupó el tercer lugar igualado con
Universitario, tras perder con el Sipesa
y Alianza Lima, venciendo en el encuentro final a Universitario de Deportes,
cotejo jugado la tarde del 18 de
diciembre.
Había ido al Estadio
Nacional con mis entonces menores hijos,
que me pidieron ser mascotas,
Christian Madrid me ayudó en esto, y esperé la salida del León en la boca del
túnel, Vega Centeno cogió a mi hijo menor
Juan, que vestía de arquero, y el Coyote Mejía a mi hijo mayor David.
Esa tarde vi al León
cuya campaña la había seguido desde los periódicos unas veces, en otras por la
televisión cuando no por la radio.
Por fortuna estuve
sentado junto al gran capitán del León
Rodolfo Muñoz, que me contó que había seguido al equipo en todos sus partidos en Lima, nos pusimos a conversar
de la gran actuación que cumplía Mejía como líbero.
León salió al campo de
juego con Enrique Vega Centeno en el arco; Luis Reyna, Raúl Mejía, Ismael
Zegarra, Julio Chicoma en la defensa; Dany Chumpitaz, Carlos Cumapa y John
Barrueta en la media; Luis Cardozo, Ward y el uruguayo Pedro Varela en el
ataque.
Ambos equipos salieron
a jugar abiertos, sin marcas apretadas,
era un ir y venir desde los primeros minutos, tanto que a los 8’ de la primera
etapa Torrealva abría el marcador para
los cremas, yéndose al descanso con este tanto de ventaja. .
En la fase
complementaria el Puma Carranza anotó el segundo gol de los locales. Una rápida
reacción del León y a los 14 Varela descontaba en el marcador que sería
emparejado dos minutos después por Ismael Zegarra, al tomar un rebote del poste
ante remate de Cano, A los 44’ Ismael
Zegarra anotaría el gol de la victoria.
Fue un acierto la
contratación de Ramón Quiroga, quien asumió la dirección técnica con mucha
audacia, ubicó a Raúl Mejía que era puntero en función de libero, mientras Dany
Chumpitaz y el uruguayo Gustavo Manchaín cumplían en eficiencia en el fondo, los marcadores Reyna y e Ismael Zegarra
tenían salida y llegada al gol contrario; en el medio terreno el capitán Carlos
Cumapa era el aporte de temperamento y fibra,
Giuliano Portilla volante o marcador
fue ubicado en función de diez, en la delantera Raúl Cano, el goleador
del equipo, y Pedro Valera, se convirtieron en dos arietes de fuste. . A esto
había que sumar los aportes de Luis Cardozo y William Ward, y de los
huanuqueños John Barrueta y Christian Madrid.
Con lo que el León
cerraba su mejor campaña hasta ese momento, se había ubicado en cuarto lugar al
final del torneo y había disputado la liguilla por un cupo de la Libertadores, ingresando por primera vez al grupo de los
cuatro grandes del fútbol peruano.
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