lunes, 6 de abril de 2015

LUCHO SARA- CAMPEÓN NACIONAL DE BOCHAS



Huánuco ya era una presencia importante en los torneos nacionales de bochas, en los que participaba desde 1971, hasta que en breve tiempo, merced al esfuerzo  de sus dirigentes y el entusiasmo  de sus equipistas, nuestra ciudad fue sede del torneo nacional de 1974.
Entonces la hegemonía de las bochas en el país la tenían las Ligas de Lima, Callao y Balnearios.  
De esta manera se dieron cita  lo mejor de la bocha nacional, en individuales el Callao traía a Nicolás Sam, quince veces campeón nacional; Lima tenía la presencia de   Luis Santos Navarro, bautizado en  Argentina como el Pelé de las bochas, juntos  habían ocupado el segundo lugar en la modalidad de parejas en el torneo sudamericano. Entre los otros oponentes figuraban de la Liga de Balnearios Gilberto Torres,  campeón nacional del año anterior, y Alejandro  Santamaría, quien lucía en su palmarés haberse  clasificado campeón sudamericano juvenil.
Se programaron las competencias en las modalidades de individual y parejas.
Para la competencia de  individuales nuestro representante era Lucho Sara, quien había ingresado a la cofradía mingo hacía cuatro años, en el mundo de las bochas sus rivales lo miraban como falto de experiencia. Sin embargo llevaba consigo su firmeza, su confianza en sí mismo, la certeza de su mano al impulsar la bola hasta acercarla en actitud confidente con el mingo y la precisión en el bochazo que arranque los afanes rivales.
En el primer partido, jugado en la mañana del 29 de agosto en la cancha del Lawn Tenis,  Lucho hizo frente a Gilberto Torres, conocido de la afición futbolística nacional por haber alternado en Universitario de Deportes y la Selección Nacional con Lolo Fernández, esta vez  vestía de blanco y jugaba en una cancha de bochas. Lucho, demostrando que podía dar mucho más lo venció por dieciocho puntos a seis.
En la noche le tocó enfrentar en el Club Central a Nicolás Sam, quien en la mañana había ganado a Luis Santos Navarro. El visitante empezó imponiendo condiciones poniéndose en ventaja de doce a seis, sin embargo Lucho, demostrando un gran poder de recuperación, remontó ese marcador y logró imponerse por dieciocho a trece llenando de algarabía a la numerosa hinchada que se había dado cita. Demostró en este cotejo una gran capacidad para convertir en una importante victoria lo que parecía ser una inminente derrota.
Al día siguiente, el escenario retornó al Club Central. El rival era ahora Luis Santos Navarro. Nuevamente se dio lo del partido anterior, el visitante adelantó en puntaje llegando a ponerse doce a siete, pero pareciera que este marcador tenía un efecto   cabalístico para Lucho, pues a partir de este momento operó la  reacción que esperaban los aficionados y demostrando nuevamente poder de recuperación y una gran clase ganó  el partido por dieciocho a doce.
Y así fue consolidándose en cada encuentro, cada vez más firme y seguro, creciendo conforme avanzaba el campeonato, dejando en el camino a sus contendientes,  así   llegó a  la  noche del  30 de agosto, en la que  jugaría la final.  Era el momento de pensar en el título,  los que asistieron esa noche a la cancha de bochas del Club Central sentían que podrían salir gritando el título nacional  y Lucho también lo sintió así.
Tenía al frente  al Flaco Alejandro  Santamaría, quien lucía muy confiado. En la salida primero el visitante, que al término de la jugada consigue arrancar los puntos iniciales, así avanzó hasta ponerse diez a dos en el marcador. Silencio en las tribunas.
Según las bases de acuerdo al puntaje acumulado a Lucho le bastaría llegar a diez puntos, ahora como en los partidos anteriores  también tenía el marcador en contra. Fue el momento  en que empezó a remontar, sereno, la mirada fija, concentrado en el juego,  Tensión en la cancha y en las tribunas.
El partido transcurría parejo, los puntos se conseguían por precisión en las jugadas, por momentos los bochazos vibraban en los pechos de los aficionados cuando eran ejecutados por Lucho.  En la cancha las bochas corrían en busca del mingo que les dé puntos. Lucho se acercaba a los diez  y Santamaría  trataba de evitarlo y avanzar en busca de los dieciocho.
Así llegaron los diez puntos para Lucho, en ese momento los jueces le dijeron que tenía que llegar a los doce, el marcador estaba dieciséis a diez, los dos contendores a dos puntos del campeonato.
Era hora de poner toda la sapiencia en el juego, encontrar el más breve espacio para entrar en busca de los puntos que lo separaban del título y fue así, una falla de su adversario, una bola semi chanta que le permite a Lucho conseguir los dos puntos y el estallido de la tribuna con el grito de ¡Huánuco Campeón!
En esa jugada Lucho demostró toda su clase.
La partida siguió y empezó a darle brillo a su título remontando el marcador e imponiéndose por dieciocho a dieciséis.
Era el premio  a la perseverancia, al trabajo constante, a la confianza en sus facultades técnicas y físicas, a la clase con que afrontó cada uno de los compromisos llegando a la final con un gesto premonitorio de triunfador. Así fue aquella noche en que Huánuco se vistió de gloria.
Luego Lucho Sara se consagró campeón del bochazo en Trujillo en 1988, tres veces se clasificó campeón nacional en la modalidad de parejas en Arequipa, Chincha, Lima y Trujillo.
En tres oportunidades fue subcampeón del bochazo n Arequipa, Huánuco y Lima.
Conformando equipo  con sus hermanos fue dos veces subcampeón nacional en tercetos y Copa Perú.
Participó desde 1971 en más de treinta torneos nacionales, habiendo llegado en múltiples oportunidades hasta cuartos de final, siendo posible que tenga el record de asistencia a estos torneos.
Ha sido técnico del Centro Naval del Perú y participa en los torneos nacionales como integrante de la Liga de Bochas de Huánuco.
 Lucho Sara Ratto es una figura emblemática, orgullo de nuestra tierra como bochista, maestro y amigo.










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