Ayer
culmino la disputa de la “Jules Rimet”. Ya concluyo su trajín. Ahora será
guardada celosamente en una exótica vitrina de la Confederación Brasilera de
Deportes y danzaran la zamba en torno a ella.
Con
la posesión definitiva de la Jules por parte de Brasil concluye una etapa del
fútbol mundial, que naciera hace cuarenta años en el Estadio Centenario de
Montevideo.
Desde
entonces conmovió al mundo. Hubieron pueblos
que soñaron con ella. También quienes la tuvieron en su poder y se resignaron a
perderla. Bravos capitanes de selecciones campeonas quisieron llegar al techo
del mundo para lucirla con orgullo y hubo también quienes lloraron por la
frustración de su anhelo.
Y
Brasil se quedo con ella, de cuarenta años de disputa necesito de doce para
adjudicársele definitivamente el coloso de Rasunda Brasil pisaría el primer
peldaño al derrotar a Suecia en el encuentro final; luego en Santiago
terminaría con los afanes checoeslovacos, llego la caída de Liverpool, hasta
que en el estadio Azteca derrota a
Italia en la final, logrando su conquista definitiva.
Triunfo
definitivo de Brasil. Venció el fútbol que supo combinar con inteligencia la
innata picardía con el sistema táctico para llegar a la victoria. Mas allá de
la extraordinaria hazaña brasileña, la Copa guardara el recuerdo de las hazañas
inolvidables de quienes lucharon por ella, sintiendo la fiebre de la garra
uruguaya evocará 1930 y el maracanazo de veinte años después; su nostálgica mirada
anclara en la península itálica, vencedora en 1934 y 1938; sentirá el pesar de
los favoritos húngaros, derrotados por Alemania en 1954; y sonreirá al pero Pickles que la hallara
escondida antes del mundial ingles que
coronara la victoria de los locales en 1966.
Y
brindaran junto a ella los campeones de hoy con los de ayer, mientras Jules
Rimet descansa en paz.Paradójicamente jamás pudo ver campeonar a una selección
brasilera. Su muerte en 1956 hizo que viera su ultimo mundial en Alemania,
cuando depositara en manos de Fritz Walter, capitán de la selección germana, el
codiciado trofeo.
Ya la
Jules Rimet tiene dueño. Brasil esta de carnaval. Latianomerica acompaña su
alegría. Triunfo el balompié del nuevo continente. Salve campeones mundiales de
todos los tiempos. Y la Jules se fue a la tierra de Pele. Se ha quedado en la
vecindad. Cansada de los mares y los vuelos. La rubia francesa bailara zamba
por siempre.
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