domingo, 5 de abril de 2015

EN LA RUTA DE PABLO CAJAS



Todas las madrugadas en el lejano pueblo de Mito,  que está ubicado en la ruta a La Unión, Pablo Cajas solía tomar su bicicleta de carrera y enrumbar con destino a Huánuco; al caer la tarde hacía su jornada de retorno luego de cumplir con sus obligaciones laborales.
Durante mucho tiempo fue este su trajín, que se convirtió en entrenamiento para las competencias ciclísticas en que solía participar, hasta que llegó a constituirse en figura principal de las mismas, tanto en las pruebas de pista como de ruta. Había logrado superar a los mejores de entonces, ya Miguel Piñán y el Pancho Dueñas habían dejado las competencias legando el recuerdo de su técnica el primero y de su sprint y coraje el segundo. Aún más lejanas quedaban las horas en las que participaban los hermanos Montes Tucho, Ishaco y Carlos, Pancho Espinoza, Jesús Pedraza, Pedro Obregón, el “Goshpo” Rodríguez, ganador de la Huánuco-Cerro de Pasco-Huánuco. Y perdidas en el tiempo las victorias que obtenía en los albores del ciclismo huanuqueño Samuel Ratto León.
Para un aniversario de Huánuco, fueron invitados por la Liga de Ciclismo,  corredores del Cachorro Garosso y Sporting Cristal, los dos mejores equipos nacionales de ese entonces, así como a integrantes de la selección nacional, para una carrera de ruta Huánuco-Tingo María-Aucayacu-Tingo María-Huánuco, con un recorrido aproximado total de 300 Kms., sobre una pista en ese entonces solamente afirmada.´
Así tuvimos en la partida, en una fecha aniversaria de un año ubicado entre los primeros de la década del setenta, a los más calificados exponentes del ciclismo nacional, merced a la meritoria gestión del entonces Presidente de la Liga Alejandro Carranza Milla.
En el equipo del Rímac los hermanos Bernardo y Graciano Arias, en el Cachorros Pablo Vivar, entre los de la selección nacional aparecía el “Lobo” Franz Jaconbsen.
Todos ellos venían con un equipamiento a todas luces superior al de nuestros representantes, entre los que figuraban además de Pablo Cajas su hermano Avelino, Pedro Vergara, Walter Cisneros, Luis Tiburcio, Oswaldo Nieves, Max de la Cruz, Vicente Pérez,  además de competidores de Tingo María y Pucallpa.
La primera etapa se cumplió Huánuco-Tingo María, llegando primero el representante del Sporting Cristal Bernardo Arias; la segunda etapa se cumplió al día siguiente en el tramo Tingo María-Aucayacu-Tingo María que fue ganada por Pablo Cajas seguido por Bernardo Arias y Pedro Vergara.
Vino la jornada final, donde de nuevo se tenía que subir Carpish y recorrer más de cien kilómetros sobre terreno afirmado, con una bicicleta que carecía de los implementos indispensables para  exigirle un buen rendimiento. Había que confiar en la fortaleza de las piernas y en el oxígeno de los pulmones, además de la pericia y arrojo en la conducción, en una ruta en la que conversaban con el monte y el abismo.
Los hermanos Arias desde la partida en  Tingo salieron a buscar la punta, tratando de cerrar la fuga de cualquier huanuqueño, mientras que Pablo Vivar buscaba un espacio que le permitiera lanzarse a la vanguardia.
La lucha fue tenaz y Pablo Cajas logró coronar Carpish primero, había realizado lo más difícil en cuanto a esfuerzo físico. Ahora el descenso era cuestión de pericia, se decía para sus adentros. Estaba seguro de su capacidad y se lanzó en busca de Huánuco, con los hermanos Arias y Vivar pisándole los talones, junto con Jacobsen, mientras que Vergara trataba de controlarlos.
Al promediar las cuatro de la tarde nos apostamos en la Plaza de Armas esperando la llegada, había también público en Calicanto, en la carretera, guardábamos la escondida esperanza de una victoria huanuqueña. De pronto un cohete reventó en Llicua, era el aviso de que ya llegaban los ciclistas, la repetición de cohetes nos hizo pensar inmediatamente que quien venía adelante era un huanuqueño.
El público se arremolinó en la esquina de Calicanto cuando el puntero cruzaba el puente, los gritos de algarabía llegaban hasta nosotros, tomó el jirón San Cristóbal luego Dámaso Beraún para enfilar a la meta.
La multitud colmaba la esquina del entonces Hotel para Turistas, la meta estaba ubicada a media cuadra, frente a donde se localizaba el monumento de Mariano Ignacio Prado.
Distinguimos al líder al tomar la recta final, vestía polo verde, no cabía duda era un huanuqueño, los del Cachorros tenían uniforme rojo, los del Cristal celeste, los de la selección blanquirojo; mas no nos imaginábamos quien era, que importaba, sabíamos que estábamos ganando nosotros y eso bastaba.
Hasta que llegó hasta nosotros en su volada final, era Pablo Cajas que cruzó la meta con los brazos en alto, luciendo en su rostro una jubilosa sonrisa.
El público se lanzó para alzarlo en hombros, pero reflexionando,  había que esperar la llegada de los demás, para hacer el cómputo final de los tiempos obtenidos en las diferentes etapas, se hacían las deducciones correspondientes antes de lanzarse al júbilo victorioso.

Pasaron más de veinte minutos para que apareciera Bernardo Arias del Sporting Cristal, ya Pablo  había sacado el tiempo suficiente para clasificarse ganador.
El arribo de Arias selló un gesto de hermosa fraternidad deportiva, buscó al vencedor para felicitarlo y cargarlo como un hermano mayor complacido por su victoria, fue largamente aplaudido el capitalino.
Fue la performance más significativa cumplida por el ciclismo huanuqueño en su historia, sin que ello conlleve desmerecer ni dejar de reconocer la calidad y el sacrificio que representa este deporte en todos los tiempos, tampoco victorias con sabor a hazaña como la de Rodríguez en la ruta Huánuco-Pasco-Huánuco, ni la extraordinaria calidad de lucieron  Jimmy Torres Meza y Walter Cisneros Jr, junto a otros ciclistas de la nueva hornada.
En este deporte de ricos practicado por los pobres, había ganado un hombre de tierra adentro, al día siguiente Pablo volvería a Mito a puro pedal.





































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