Todas las madrugadas en
el lejano pueblo de Mito, que está
ubicado en la ruta a La Unión, Pablo Cajas solía tomar su bicicleta de carrera
y enrumbar con destino a Huánuco; al caer la tarde hacía su jornada de retorno
luego de cumplir con sus obligaciones laborales.
Durante mucho tiempo
fue este su trajín, que se convirtió en entrenamiento para las competencias
ciclísticas en que solía participar, hasta que llegó a constituirse en figura
principal de las mismas, tanto en las pruebas de pista como de ruta. Había
logrado superar a los mejores de entonces, ya Miguel Piñán y el Pancho Dueñas
habían dejado las competencias legando el recuerdo de su técnica el primero y
de su sprint y coraje el segundo. Aún más lejanas quedaban las horas en las que
participaban los hermanos Montes Tucho, Ishaco y Carlos, Pancho Espinoza, Jesús
Pedraza, Pedro Obregón, el “Goshpo” Rodríguez, ganador de la Huánuco-Cerro de
Pasco-Huánuco. Y perdidas en el tiempo las victorias que obtenía en los albores
del ciclismo huanuqueño Samuel Ratto León.
Para un aniversario de
Huánuco, fueron invitados por la Liga de Ciclismo, corredores del Cachorro Garosso y Sporting
Cristal, los dos mejores equipos nacionales de ese entonces, así como a
integrantes de la selección nacional, para una carrera de ruta Huánuco-Tingo María-Aucayacu-Tingo
María-Huánuco, con un recorrido aproximado total de 300 Kms., sobre una pista
en ese entonces solamente afirmada.´
Así tuvimos en la
partida, en una fecha aniversaria de un año ubicado entre los primeros de la
década del setenta, a los más calificados exponentes del ciclismo nacional,
merced a la meritoria gestión del entonces Presidente de la Liga Alejandro
Carranza Milla.
En el equipo del Rímac
los hermanos Bernardo y Graciano Arias, en el Cachorros Pablo Vivar, entre los
de la selección nacional aparecía el “Lobo” Franz Jaconbsen.
Todos ellos venían con
un equipamiento a todas luces superior al de nuestros representantes, entre los
que figuraban además de Pablo Cajas su hermano Avelino, Pedro Vergara, Walter
Cisneros, Luis Tiburcio, Oswaldo Nieves, Max de la Cruz, Vicente Pérez, además de competidores de Tingo María y Pucallpa.
La primera etapa se
cumplió Huánuco-Tingo María, llegando primero el representante del Sporting
Cristal Bernardo Arias; la segunda etapa se cumplió al día siguiente en el
tramo Tingo María-Aucayacu-Tingo María que fue ganada por Pablo Cajas seguido por
Bernardo Arias y Pedro Vergara.
Vino la jornada final,
donde de nuevo se tenía que subir Carpish y recorrer más de cien kilómetros
sobre terreno afirmado, con una bicicleta que carecía de los implementos
indispensables para exigirle un buen
rendimiento. Había que confiar en la fortaleza de las piernas y en el oxígeno
de los pulmones, además de la pericia y arrojo en la conducción, en una ruta en
la que conversaban con el monte y el abismo.
Los hermanos Arias
desde la partida en Tingo salieron a
buscar la punta, tratando de cerrar la fuga de cualquier huanuqueño, mientras
que Pablo Vivar buscaba un espacio que le permitiera lanzarse a la vanguardia.
La lucha fue tenaz y
Pablo Cajas logró coronar Carpish primero, había realizado lo más difícil en
cuanto a esfuerzo físico. Ahora el descenso era cuestión de pericia, se decía
para sus adentros. Estaba seguro de su capacidad y se lanzó en busca de
Huánuco, con los hermanos Arias y Vivar pisándole los talones, junto con
Jacobsen, mientras que Vergara trataba de controlarlos.
Al promediar las cuatro
de la tarde nos apostamos en la Plaza de Armas esperando la llegada, había
también público en Calicanto, en la carretera, guardábamos la escondida
esperanza de una victoria huanuqueña. De pronto un cohete reventó en Llicua,
era el aviso de que ya llegaban los ciclistas, la repetición de cohetes nos
hizo pensar inmediatamente que quien venía adelante era un huanuqueño.
El público se
arremolinó en la esquina de Calicanto cuando el puntero cruzaba el puente, los
gritos de algarabía llegaban hasta nosotros, tomó el jirón San Cristóbal luego
Dámaso Beraún para enfilar a la meta.
La multitud colmaba la
esquina del entonces Hotel para Turistas, la meta estaba ubicada a media
cuadra, frente a donde se localizaba el monumento de Mariano Ignacio Prado.
Distinguimos al líder
al tomar la recta final, vestía polo verde, no cabía duda era un huanuqueño,
los del Cachorros tenían uniforme rojo, los del Cristal celeste, los de la
selección blanquirojo; mas no nos imaginábamos quien era, que importaba,
sabíamos que estábamos ganando nosotros y eso bastaba.
Hasta que llegó hasta nosotros en su volada final,
era Pablo Cajas que cruzó la meta con los brazos en alto, luciendo en su rostro
una jubilosa sonrisa.
El público se lanzó
para alzarlo en hombros, pero reflexionando,
había que esperar la llegada de los demás, para hacer el cómputo final
de los tiempos obtenidos en las diferentes etapas, se hacían las deducciones
correspondientes antes de lanzarse al júbilo victorioso.
Pasaron más de veinte
minutos para que apareciera Bernardo Arias del Sporting Cristal, ya Pablo había sacado el tiempo suficiente para
clasificarse ganador.
El arribo de Arias
selló un gesto de hermosa fraternidad deportiva, buscó al vencedor para
felicitarlo y cargarlo como un hermano mayor complacido por su victoria, fue
largamente aplaudido el capitalino.
Fue la performance más
significativa cumplida por el ciclismo huanuqueño en su historia, sin que ello
conlleve desmerecer ni dejar de reconocer la calidad y el sacrificio que
representa este deporte en todos los tiempos, tampoco victorias con sabor a
hazaña como la de Rodríguez en la ruta Huánuco-Pasco-Huánuco, ni la
extraordinaria calidad de lucieron Jimmy
Torres Meza y Walter Cisneros Jr, junto a otros ciclistas de la nueva hornada.
En este deporte de
ricos practicado por los pobres, había ganado un hombre de tierra adentro, al
día siguiente Pablo volvería a Mito a puro pedal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario