domingo, 5 de abril de 2015

GUIDO RONQUILLO - Huánuco en el "Gildemeister"



Sabía lo que constituía representar su pueblo, lo que significaba ponerse la divisa de Huánuco sobre el pecho. Ya la había defendido en jornadas de los I Juegos Deportivos Centro Peruanos en atletismo. También nos había representado en eventos de básquetbol y fútbol, ahí donde el shot al balón o el lanzamiento a la canasta se ve inmediatamente reflejado en un resultado, el gol o los puntos son acompañados por grito jubiloso de las tribunas, mientras el calor sensible vibra en el cuerpo del triunfador
Ahora, también con Huánuco en su ser. Se veía en horas pretéritas con la divisa del Leoncio Prado con la franja roja cruzada sobre el pecho o lanzando a la canasta vestido con la divisa naranja del  Exalumnos o con la camiseta guinda del seleccionado huanuqueño .Pero ahora no habría el remate que se grita, el lanzamiento que se corea o el salto que se aplaude, nada de eso.
Era una responsabilidad diferente, él frente a todos. Confiando en su vista, en su pulso, en sus nervios, pidiéndole a su arma que no le fallara, que había otras mejores y más sofisticadas, pero que él confiaba en ella, la acariciaba y miraba con ternura.
Los demás competidores en su mayoría, habían tenido óptimas facilidades y el apoyo logístico necesario para una adecuada preparación, bien lo sabía, mas ellos no sabían de lo que él sería capaz.
Así Guido Ronquillo Cornelio ingresaba a la competencia de la cuadragésima novena versión del Gildemeister, principal evento nacional de tiro civil, la mañana del 28 de noviembre de 1965.
Eran las siete y veinte de la mañana,  cuando se inició la competencia en el Polígono “General Muñiz”.
Más de cincuenta competidores clasificados a nivel nacional. Desde hacía cuatro años que no eran superados los mil puntos.
La jornada, disparo tras disparo, línea de mira que nace del ojo del tirador hasta el bull, percusión  con el pulso y el cuerpo firme, nadie grita ni hay aplausos en la tribuna.
Tres series de disparos, cuarenta balas para cada una de ellas, cada serie una posición: pie, rodillas y tendido.
Una y cincuenta de la tarde, seis horas y media de competencia, concluye el principal evento nacional de tiro civil.
Todos se han retirado. Los resultados no se ven, hay que esperar, no se sabe se intuye. Guido se retira con los paisanos y amigos huanuqueños, para retornar después de las cuatro de la tarde en que darán los resultados oficiales.
Alegría, alborozo por el encuentro, a hablar de la tierra, del disparo no computado en la posición de pie. El siente que ha cumplido, que ha dado de sí, que ha luchado por compensar con su esfuerzo la desventaja que en materia de arma y preparación tenían los otros competidores.
En el polígono ya desde las cuatro de la tarde se exhibían los resultados. Con modestia empieza a buscar su nombre de abajo hacia arriba, parecía no encontrarlo. Alguien le juega la broma –capaz te han sacado-, río de buena gana. Cuando en el tercer lugar, con igual puntaje que el segundo, aparecía el nombre de Guido Ronquillo Cornelio con 977 puntos junto al nombre de su pueblo.
El primer lugar lo ocupó el arequipeño Guillermo Arenas Lazarte con 1021 puntos, había puesto 351 de pie, 343 de rodillas y 363 en tendido.
El segundo Rodolfo Torres Salas, también de Arequipa, con 301 puntos en posición de pie, 320 de rodillas y 363 en tendido
Guido Ronquillo ostentaba 292 puntos en pie con una bala menos, 326 de rodillas  y 359 en tendido.
Si comparamos sus puntajes con los del segundo, de no haber mediado la pérdida de un disparo nuestro paisano ocupaba el segundo lugar, pese a que sí lo logró con igual puntaje.
Así Huánuco logró su más importante clasificación en la Gildemeister, insuperable hasta la fecha, demostrando capacidad y entereza. De esta manera Guido, uno de los deportistas más completos de nuestra tierra, subía al podio de los triunfadores.
Su nombre junto al de nuestro pueblo luce orgulloso en el pedestal triunfador del tiro nacional.






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