Corría el año 1971, se
iniciaba el verano en la ciudad de los jirkas milenarios, cuando en el barrio
conformado por la urbanización de los empleados del Banco de la Nación, surgió
una convocatoria que llamaba a participar en un Campeonato Mundialito de
Fulbito para la categoría infantiles.
Quien lideraba la
iniciativa era el entusiasta Dr. Mardonio Apac Palomino, con la colaboración
del profesor Eugenio Pastrana Chamorro, Eduardo Sánchez Guerra, Eduardo Bernal
y otros entusiastas vecinos.
El primer torneo, en el
que participaron más de veinte equipos, todos ellos identificados con nombres
de países, tuvo como escenario final la Plaza de Armas, frente al local
municipal. Parecía que campeonaba Perú, ahí estaban los Pastranita, pero
resultó campeón Brasil capitaneado por el “Chato” Saavedra, equipo del barrio
de “Batán”. Uno de los favoritos había quedado en el camino: China, calichín
del Santa Rosa dirigido por Víctor “Chileno” Fernández. Los blanquirojos
tuvieron que esperar el año siguiente para campeonar.
La tercera final otra
vez tuvo como escenario la Plaza de Armas, esta vez frente a la Catedral, el
árbitro fue el Tnte. GC Chávez Chávez. Cuba dirigido por Aquiles Céspedes
derrotó a China en partido dramático, con lágrimas de vencedores y vencidos,
éstos momentos más tarde vivirían un drama mayor, don Víctor Fernández Mazuelos
a esas alturas del día fallecía en la ciudad de Lima.
El cuarto año, mayor
motivación, más participación de equipos, final de bandera en el Coliseo
“Kotosh”. En la semifinal China era virtual campeón al superar por goleada al
equipo de Perú, que esta vez era de Huallayco, el partido final no ofrecía
mayor dificultad. Recuerdo al arquerito Polo, a “Peñaco” Gonzales, los hermanos
Solano. Fiesta santarrosina, “Chileno” desde arriba se había cobrado la
revancha, los dirigidos por su hijo José alzaron con el trofeo.
A cada nueva versión
nuevos equipos, más entusiasmo, este torneo fue avanzando y tomando cuerpo en
todos los sectores citadinos y estratos sociales, cada país identificaba a un
barrio o a un grupo humano.
En el quinto torneo la
novedad fue la presencia de Atlántida, conformado por canillitas y lustrabotas,
una circunstancia feliz nos permitió ser sus promotores con Alejandro Chepe,
Mecho Chamorro, Orlando Beraún, a requerimiento de Raulín, Mena, Aniceto y los
demás chiquillos de la Plaza de Armas.
Siempre fueron
animación en el certamen, mas no lograron campeonar, llegaron en un campeonato
hasta el tercer lugar, cuando fueron sacados de carrera por Brasil, a la postre
campeón. Su entrenador durante los primeros años fue ese charapa grande Manuel
“Juanjui” Rodríguez, que se entregaba a prepararlos con especial dedicación;
ahora ellos mismos administran su dirección técnica.
Han pasado muchos
campeonatos, siempre ha habido equipos tradicionalmente favoritos, como Etiopía
de “Neki” Malpartida, que tuvo que bregar largos años para obtener más de un
campeonato; Cuba y España de Aquiles Céspedes, cantera del Tarapacá y
Municipal, China de los “Chilenos”, Atlántida de los lustrabotas.
El equipo de Corea, campeón de 1980, fue invitado por la Vini Ball a jugar un
torneo de la categoría infantiles en la ciudad de Trujillo. El equipo
huanuqueño, bajo las órdenes de Aquiles Céspedes, viajó reforzado constituyendo
casi una selección, participaron en certamen ocho equipos. El primer partido
perdió con Trujillo por uno a cero, en
el segundo encuentro venció a Chiclayo dos a uno y en el tercer cotejo venció
por uno a cero al Cusco, pero no alcanzó para jugar la final. Destacaron las figuras de Ricardo Milla, Hernán
Cavalié y Roger Huerta, el caudillo del equipo.
Podría decir sin temor
a equivocarme, que desde que el torneo tomó cuerpo, raro debe ser el futbolista
que de niño no haya participado en él,
por uno u otro equipo, muchos como José “Leche” Pérez, John Barrueta, Carlos Escalante llegaron a jugar por el León y Ricardo Milla
en el Boys y el León; Percy Figueroa Bermúdez, fue goleador entre los niños
luego del Tabaco en la Liga; Heberth “Pavito” Tarazona y Régulo Rojas lucieron
en el Santa Rosa, en las diferentes etapas
de la “Copa Perú”, el “Gitano” Solano brilló en el Alianza Huánuco, así como
Patuco Millán. Ejemplos como estos es fácil encontrarlos.
Mas es necesario
relievar otro aspecto importante, que va más allá de lo deportivo: es la
movilización que genera la participación de los infantes. Al lado de cada niño
están sus padres, familiares, los
vecinos del barrio o grupo humano, los amigos del colegio. De ahí que durante
los meses de vacaciones escolares los escenarios donde se desarrolla este
evento están totalmente colmados de espectadores, con una concurrencia que a veces se extraña
para los partidos de Liga.
En un comienzo el
escenario fue el Parque “Amarilis”, luego se extendió a los campos adyacentes a
la Piscina “Consuelo Changanaquí”. Cada vez la participación es mayor, los
equipos hace mucho tiempo que pasan la centena, se juega simultáneamente en
diferentes escenarios de nuestra ciudad.
Huánuco entero está en el evento, por
alguna u otra razón. Es innegable el poder de convocatoria que tiene el deporte,
sobre todo cuando éste se expresa de manera auténtica, como
es en el caso de los niños
Este certamen es parte
de la tradición deportiva de nuestro pueblo y con justicia se le identifica
como el “Mundialito de Mardonio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario