Carlos Augusto Chávez
Huapalla nació el 21 de febrero de 1939 y al crecer fue descubriendo y
haciéndose carne de su ser la convicción de que “el deporte es vida”.
Y esa convicción que
son los remos que impulsan su existencia la tradujo en acciones, de ahí que no
encontramos un momento que no esté ligado a la actividad deportiva.
Para él “el deporte no
solamente es una praxis física o competitiva, sino fundamentalmente es una
escuela en la que el hombre se forja espiritualmente, se educa para ser una
persona de bien”.
Desde niño sintió
atracción por el deporte y encontró especial motivación al ver las actuaciones
de su primo hermano, el pelirrojo Manuel Cornejo Huapalla como arquero del León
de Huánuco, naciendo su afición al arco y su afecto al entonces club canario,
del que se hace socio aun siendo un niño.
En la primaria
leonciopradina , donde tuvo como profesores a don Shapaco Doria, Rosas Arteta
y Oscar “Cañón” Ramírez, empezó a entrenar,
hasta que un día vio a Dimas Garay y se hizo hincha de él, empieza admirando
“su elegancia y su seguridad de manos”
También figura en sus
recuerdos Walter Pérez, de quien recuerda sus grandes reflejos y la seguridad
en sus salidas, destaca el hecho de haberlo apreciado más como arquero
que como delantero a pesar de que fue goleador.
Recuerda en el colegio
a sus profesores de Educación Física Augusto Espinoza, que enseñaba con el
ejemplo y a Augusto Shiggio, un docente que hacía respetar la profesión.
Sus
inicios
Desde sus primeros años
empezó a desarrollarse como deportistas múltiple, habiendo llegado a establecer
en natación 1’ 5” en 100mts. libre y
1’5” en 100 mts. espalda, marcas cercanas a los registros nacionales de ese
tiempo.
En 1958, siendo
Director del Colegio el Dr. Héctor Zegarra Araujo, la selección del plantel se
enfrentó al juvenil del Club Universitario de Deportes, que había sido campeón
invicto en la Copa “Evita Perón” jugada en Argentina, concluyendo empatados a
un gol, recuerda que fue el primer partido de importancia que jugó.
Luego viajó al Asiento
Minero de Atacocha, donde defendió la casaquilla del Unión Talleres los años
1959 y 1960, año en que es convocado a la Selección de Atacocha para el torneo
Inter centros mineros, habiendo tenido como entrenador a Tata Ocampo, que en su
época había jugado por el Alianza Progreso de Lima.
Su
mejor momento
En 1961 postuló a la INEF e ingresó, siendo
recomendado por Raúl Soriano, al Club Santiago Barranco. El año siguiente sería
llevado por León Velarde al Porvenir Miraflores donde militó desde 1961 hasta
1964, año en que campeona, llegando a
ser titular del equipo. Fue su mejor momento, tuvo como suplente a Rubén Correa
posteriormente arquero de Universitario de Deportes y de la Selección Nacional.
Fue convocado a la selección de la segunda profesional, pero por una lesión
sufrida en Chincha fue sustituido por
Barrantes.
Su
retorno al León
Luego de haber sido
becado en los Estados Unidos los años 1964 y 1965, donde siguió el Post Grado
en Gimnasia Infantil y se capacitó en rehabilitación física, retornó
incorporándose en 1965 al Deportivo Sicaya, logrando el título en el
cuadrangular de ascenso a la segunda profesional.
Este equipo, con Chávez en el arco, se presentó en Huánuco, siendo comprometido
por el León para su reincorporación al seno de la institución.
Encontró en el León
gente que se había formado en el club desde juveniles, muy disciplinados, ahí
estaban Jaime Torres, Santiago Madrid,
Humberto Benancio, Ronald Zanabria, Javier Fano, Chani Follegatti, hasta
donde nos dice “traje una nueva visión del fútbol, había que enseñar a pararse
en la cancha, el Profesor Pastrana enseñaba el toque de pelota. A mi llegada
empezó una transición en León, nunca nos
golearon y tampoco perdimos en Cerro de Pasco, había sistema de juego, los
clásicos rivales fueron el Santa y el Bielo”.
Con el León campeona
desde el año 1965 hasta 1972 en que ingresó al fútbol profesional, al
clasificarse subcampeón de la “Copa Perú”, en cuya final frente a Junín realizó
la atajada más importante de su carrera futbolística.
Continua refiriéndose
que “luego de la “Copa Perú” el León se convirtió en una mixtura de equipo,
vino gente de Lima que quería contratos elevados y traían todas sus
experiencias y costumbres negativas, que se fueron contagiando en el medio”.
“Los dirigentes
cambiaron, como institución el León perdió mucho porque sólo se convirtió en equipo de fútbol. Se
perdió organización institucional…”.
“Había gente que se
desvivía por el León, el Profesor Pastrana, Fernando Figueroa, Víctor Showing,
Ñumico Echevarría a quien el León le deberá una farmacia, todo lo daba él
Lindolfo Dos Santos, Pepe Reyes, Ernesto Portugal que en la final del
campeonato de 1971 tuvo una intervención decisiva, cuando los demás habían
dejado al equipo …”.
Cuando llegó el torneo
“Petróleos del Perú”, jugado en 1972, jugó algunos partidos, pero resolvió por
asumir el cargo de Preparador Físico; su último partido lo jugó en Chiclayo en
1973 ante una lesión del arquero Sinti., en este año también asumió funciones
de Director Técnico del club.
Mientras el León
permaneció en la división profesional en múltiples oportunidades fue Preparador
Físico y también Director Técnico, recordando como hecho anecdótico que en
estas funciones “ganaba menos que los jugadores”, los dirigentes le decían tú
eres del León, “cuando había plata se olvidaban de mí, cuando no habían se
acordaban y era el técnico …”
En su carrera de entrenador
figura la campaña que realizó con el CNI de Iquitos en 1979, cuando lo llevó del décimo quinto lugar al octavo.
También recuerda que en
1984 fue campeón regional con el Deportivo Anda de Aucayacu, logrando su
ingreso a la etapa nacional de la “Copa Perú” y merced a la modificación de las
bases del torneo acceder al campeonato descentralizado.
En
básquetbol
Se inició en la
práctica del básquetbol en las aulas leonciopradinas en forma paralela a la de jugar fútbol, también en el deporte de la
canasta su único club sería el León de Huánuco e igualmente sería hincha de su
primo Manuel Cornejo Huapalla.
Recuerda haber jugado
en todas las categorías de los equipos de básquet del colegio y del León, y
mantiene en su memoria como a uno de los mejores aquel que a fines de los años
cincuentas conformaban con el Profesor
Eugenio Pastrana, Ethel Espinoza, Acucho Figueroa y Rafael “Palito” Fernández.
Considera que el Profesor Pastrana enseñó mucho en básquetbol, quizás más que en fútbol.
Sus recuerdos se hacen
presentes expresándonos que “entre los años 50 y 60 Acucho Figueroa era un
deportista completo, en básquetbol también un jugador completo, “Chapana”
Robles un buen canastero y Mirko Cuculiza fue el mejor por su talla y el
básquetbol es un deporte para gente de talla”.
En Lima jugó por los clubes Centro Iqueño y García Naranjo
de la primera División.
La
natación
Ya nos había dicho que
la natación era su deporte preferido, además de practicarlo le dedicó un gran
interés docente.
Empieza recordando que
se clasificó campeón nacional interuniversitario en 1962 en las Olimpiadas de
Arequipa, integrando la posta 4x 100 del Instituto Nacional de Educación
Física.
“Es un deporte que se
puede practicar de acuerdo a la edad durante toda la vida” y así la continua
practicando con igual constancia cuando viene avanzando en la década de los
sesenta años de edad.
Practicó este deporte
desde sus años infantiles, en la piscina de don Samuel Figueroa, siguiendo a
los hermanos Mansilla que eran en esos instantes los más representativos de la
natación en Huánuco, luego con los hermanos Montoya.
Cuando regresó a
Huánuco en el ejercicio de su profesión trabajó intensamente en natación en las
escuelas primarias, en las aulas leonciopradinas el año 1967 armó un equipo
importante con los hermanos Vela, el “Canelo” Malpartida, a quien considera el
mejor estilista de la natación huanuqueña, Oswaldo Campos y Jumpa.
Hablando
del deporte huanuqueño
Conversando de nuestro
fútbol manifiesta que “en Huánuco siempre hubo buen toque de pelota…”, recuerda
a excelente jugadores como el flaco Alfredo Robles, el “Cura” Jesús Espinoza,
“Garapuy” Lazarte, el “Loco” Pedro Obregón.
Lucho Sobero y el “Zurdo” Ordoñez, a quienes consideramos los mejores
jugadores de la década del cincuenta
Nos ponemos a pensar
como habiendo gente tan hábil, siendo tan buenos jugadores, podían ser goleados
de manera abrumadora.
Asume una reflexión
para decirnos que “el problema era dirección técnica, el equipo no sabía
pararse en el campo, entonces venían las goleadas”.
Recuerda que el León
que ganó el segundo puesto de la “Copa Perú” de 1972 vino solamente con 14
jugadores, pero traía una experiencia acumulada en los torneos anteriores, a
pesar de que muchos ya se habían ido del club, el elenco fue completado con
Moisés Fano del Santa Rosa y Marruque Baldeón del Arabecks, y los juveniles
Víctor Dávila y Ortega.
También menciona como
referentes de calidad en nuestro fútbol a jugadores como Walter Reiterer, Tene
Boyánovich, Shipico Rivera, el “Gato” Chacón, Hugo Bolarte, Mañuco Espinoza,
Pitín Sandoval.
Viene el recuerdo de
Muñoz, que había jugado con él en el Libertad Lince de Lima, que trae consigo
la evocación de los backs centrales huanuqueños, así aparece Nilo Figueroa del
Municipal, que reforzaba al León en los torneos que organizaba el Club Universitario
de Deportes en los meses de verano, destacando
su gran rapidez y ubicación; también elogia la capacidad de Spencer
“Penshe” Belgrano, que fue uno de los primeros backs centrales en salir con
pelota dominada, al igual que el flaco Robles.
Considera que los
mejores deportistas huanuqueños fueron Juan Perrys y Guido Ronquillo; los tres
hermanos Cuculiza: Mirko, Orlando y María Luisa y Javier Fano.
“Jorge Cabanillas fue
en fútbol el más completo pero Fano hizo más por Huánuco que Cabanillas”.
En Huánuco “Dimas Garay
fue el mejor arquero, estuve cerca de él, me enseñaba, tenía una gran seguridad
de manos, era mi ídolo y buen compañero de equipo, el mejor arquero peruano
Rafael Asca”.
“Mis
satisfacciones…”
“Como profesor he sido
reconocido y he recibido muchas muestras de agradecimiento y gratitud. He sido
estimado por mis alumnos. En Tingo María he realizado muchos trabajos de
rehabilitación física, allá ingreso a las casas sin tocar la puerta. En Tingo
he hecho una labor que hubiera querido hacer en Huánuco. Quería demostrar que
podía, que tenía valor como persona y profesional”.
“En Tingo María formé una academia, he hecho realidad
la construcción de un campo de fútbol, un Estadio en la Universidad, un
gimnasio”.
“Pero Huánuco es lo que
más quiero aunque haya hecho más por Tingo María, ahí me dieron la oportunidad
de trabajar en la Universidad”.
Ahora, después de
muchos años Carlos Chávez Huapalla ha retornado a Huánuco, a la tierra que lo
vio nacer y crecer como persona y profesional, le está entregando el bagaje de
sus conocimientos y experiencias, sobre todo de sus inefables vivencias que
construyen el espíritu de los jóvenes y deportistas.
Sin lugar a dudas
Carlos Chávez Huapalla es la expresión de una vida al servicio al deporte y el
más importante multideportista huanuqueño.
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