Ya estaba consagrado
como un automovilista del grupo mayor en el ámbito nacional, merecía la
consideración de ser uno de los representantes del deporte automotor del país.
A pesar de que en el pasado 1951 la fortuna le había sido esquiva en el
circuito “Román Balta” donde sufrió un percance en la duodécima vuelta, cuando
venía amagando a los punteros, y en el Premio Nacional, en el que tuvo que
abandonar en la tercera etapa.
En esta nueva
oportunidad el Premio Nacional contaría con la participación de los consagrados
volantes chilenos Bartolomé Ortiz, Oscar Kramer, Papín Jaras y Videla. La
prueba había despertado especial expectativa, a pesar de que en esos días
también se llevaría a efecto la inauguración del Estadio Nacional.
La prueba por su
recorrido se asemejaba mucho a los actuales “Caminos del Inca”, comprendía
cuatro etapas: Lima-Arequipa, Arequipa Cusco, Cusco-Nazca y Nazca-Lima.
La competencia se
inició el 19 de octubre cumpliéndose la primera etapa Lima-Arequipa, en la que
los corredores nacionales impusieron condiciones y ocuparon los primeros
lugares:
1º) Lizardo de las Casas 9 horas 34’
2º) Arnaldo Alvarado 9 horas 37’
3º) Juan Perrys 9 horas 45’
Después de una jornada de descanso se reinició la
prueba con la etapa Arequipa-Cusco, en la que se puso en evidencia una
manifiesta recuperación por parte de los corredores visitantes, entablando una
dura competencia con los volantes nacionales.
El primero en arribar a
la ciudad imperial fue Bartolomé Ortiz con 8 horas 12’ minutos, segundo Juan
Perrys con 8 horas 47’ minutos, pero Arnaldo Alvarado que había entrado tercero
se ubicaba en segundo lugar en la general.
Habían venido
periodistas chilenos a cubrir las incidencias del evento, Bartolomé Ortiz era
un ídolo nacional y destacaban la presencia del peruano Juan Perrys como la de
más peligroso para el corredor mapochino.
En la tercera etapa
Bartolomé Ortiz nuevamente consigue hacerse del primer lugar con un tiempo de
10 horas 7’, seguido de Perrys con 10 horas 33’, esta vez el volante huanuqueño
había conseguido subir al segundo lugar en la clasificación general.
Faltaba la última etapa
a correrse el 24 entre Nazca-Lima. La presencia nacional se volcaba en lo que
pudieran hacer Arnaldo Alvarado y Juan Perrys , que venían marcando el paso del
calificado volante de la estrella solitaria.
Se miraba a Juan Perrys
como un representante del automovilismo nacional, ya no sólo era el “León de
Huánuco” de Huánuco que corría en competencias con capitalinos, sino era el
“León de Huánuco” que estaba representando al país.
Esta última jornada fue
duramente disputada, pero siempre fue ganada por el araucano, teniendo como
tenaz perseguidor a Juan Perrys, quién durante la carrera tuvo un gesto muy
especial con su competidor, al prestarle una llanta para que siguiera
corriendo.
Al final la
clasificación general fue ganada por Bartolomé Ortiz con el tiempo de 31 horas
28’, segundo Juan Perrys con 32 horas 16’ y tercero Arnaldo Alvarado con 32
horas 16’.
Al día siguiente “La
Crónica” del 25 de octubre de 1952 publicaría estas líneas: “El debut
internacional de Perrys ha sido muy honroso. Desde la partida en Lima se mostró
firme corriendo con mucha inteligencia...”.
El “Cholo” Juan Perrys
se había consagrado internacionalmente, no sólo como automovilista sino también
como deportista. El “León de Huánuco” había trascendido las fronteras.
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