viernes, 17 de octubre de 2014

EL NACIMIENTO DEL SA NTA ROSA Y VICTOR FERNÁNDEZ MAZUELOS


Entrevista a don Hipólito Salazar

Más de cincuenta años de vida dejan huella, huella profunda no sólo en los que hicieron vida institucional, sino también por lo que significaron, la trascendencia que lograron en el quehacer deportivo y social de nuestro pueblo.
Son pocas las instituciones deportivas en Huánuco que han pasado el cincuentenario y aún se mantienen: “Juan Bielovucic”, Cultural Tarapacá, Sporting Tabaco, Santa Rosa y León de Huánuco.
Este hecho constituye de por sí, un mérito de singulares significaciones, en el que están comprometidos los esfuerzos solidarios, a veces solitarios, de una o varias personas identificadas generacionalmente con estas instituciones. El sostenimiento de una institución deportiva en el ámbito de aficionados es una tarea titánica, que conlleva múltiples esfuerzos humanos y materiales.
También, es difícil para un medio como el nuestro, conseguir lauros nacionales. Cumplir perfomances que pasan a la historia del deporte nacional. El Santa Rosa ha brindado uno de los cuatro logros más importantes a nivel nacional, obtenidos por el fútbol huanuqueño, su participación en la final de la “Copa Perú” en 1976 con jugadores únicamente huanuqueños, caso único en la historia de este torneo.
Pero, el Santa no sólo fue fútbol, fue básquetbol, voleibol, ciclismo, divisiones inferiores desde calichines, que la organizaron el  “Negro” Quiroz con el buen Víctor “Chileno” Fernández, quién siguió con esta tarea hasta que nos dejó para siempre.
Y el Santa fue algo más. Como muchas instituciones con  alma popular, tienen sangre y un corazón que late. Tienen vida, donde la solidaridad humana ha constituido verdaderas familias. Ahí la hermandad corre junto con la pelota. Se camina y afrontan los avatares existenciales, llevando la rosada adentro, de la misma manera como se superan o enfrentan a los adversarios en el campo.
Permítanme ofrecerles una entrevista a don Hipólito Salazar, personalidad identificada con el origen del Santa Rosa, meses antes de que se fuera al encuentro con el Chileno Fernández y el Cholo Walter.
El encuentro con  don Salazar
La cita la hicimos a través del Taita  Jorge Muñiz, consolidándola con Pablo Robles, quién me acompañó hasta el domicilio de don Polo en la Avenida La Paz del Distrito de San de San Miguel.
Desde el primer momento, reparo que estoy frente a una persona que tiene el corazón con las puertas abiertas, me presenta a su familia. Todos en rueda en la sala. El erguido, amable y risueño ofreciéndose al diálogo.
Estoy frente a quien es considerado como la autoridad mayor para hablar de los orígenes del Santa Rosa.
Sin mayores preámbulos le abordo el tema y el empieza, con especial complacencia, a hablarnos como si hace tiempo hubiera esperado aquel momento:
“Bueno, le diré lo que yo recuerdo. Entre los años 1943 y 1944, fue a Huánuco un cierto número de personas mayormente de Lima, por razones de trabajo. En esa época estaba en plena construcción el Hotel para Turistas, eran albañiles, carpinteros, electricistas y especialistas en las diferentes ramas de la construcción. Además eran muchachos,  con suerte para Huánuco eran jóvenes deportistas, gente sana, dispuesta a practicar deporte donde fuera. Luego vino la reconstrucción de la Prefectura, el arreglo de la Municipalidad, parte de la Catedral, entre muchas otras obras”.
“Chileno”: el centro de atracción
“Ese grupo de jóvenes fue allá y se encontraron con “Chileno”, nuestro querido e inolvidable Víctor Fernández Mazuelos. El tenía su taller de zapatería, practicaba el fútbol, jugaba por el Tarapacá, lo mismo que Jorge el Taita Muñiz, el negrito Quiroz, el Cholo Meza, un recio Guardia Republicano, Augusto Olivo ...”
Continúa manifestándonos que él estaba a las finales de su carrera deportiva, después de haber jugado tres años por el Tarapacá, del cuarenta y uno al cuarenta y tres, habiendo campeonato el cuarenta y dos.
“Estábamos con los hermanos Estrada –continúa-. Eladio era el mejor jugador que tuvo Huánuco en ese puesto. Era un half centro dominador del terreno. Era un “Titina” Castillo del Boys. Dominaba toda la cancha, con la diferencia que tenía más físico que Castillo; ... además entre los huanuqueños estaban en el arco la “Pantera” Figueroa, el “Zorro” Juan Bedoya, Roque Fernández, “Kerosene” Soto.
“Ahí entraron a tallar todo ese grupo de muchachos que llegaron para las obras, atraídos por ese imán que se llamaba Chileno, dueño de un carisma extraordinario. Acá en Lima, Chileno había jugado por el Alianza Risso Patrón, que era prácticamente la cantera de Alianza y Sucre. El conocía a un gran número de jugadores de la intermedia y primera división de Lima. Incluso un jugador del Santa Rosa el “Pañaco” David Rodríguez, provenía del Centro Iqueño.”.
Los albores del Santa Rosa
“Nos reuníamos en ese billar que había frente al Cine Central, al costado de la Catedral”.
 Ahí intimamos con “Chileno”, con Augusto Olivo, que fueron los primeros que conocí. Luego ya se fueron integrando nuevas personas venidas de fuera. Empezamos a ir al taller de Chileno, que estaba ubicado en la misma cuadra, pero en la vereda de enfrente, luego se vino más acá donde había un balcón colonial, al entrar en unos altos... ”.
“Entonces cuando terminaba el campeonato no había nada que hacer, así como nos gustaba el deporte nos poníamos de acuerdo y nos íbamos a jugar al Campo Infantil de la Alameda.”.
“Todavía no había nacido el Santa. Nos unía la razón de ser de fuera así como la afición por el deporte. Ya habíamos hecho amigos en Huánuco. Así estuvimos aproximadamente un año”.
“Entonces al trabar amistad con Chileno, Augusto Olivo, la familia Chocos, empezamos a salir de la ciudad a jugar los domingos a Ambo, Tomayquichua, Llicua, Quicacán, Vichaycoto, con equipos del lugar.”.
El liderazgo de don Polo y el nacimiento del Santa Rosa
“Así fuimos avanzando. Yo era el que concertaba los partidos.  ..”.
“Ahí entró Jorge Muñiz, que trabajaba en la Caja de Depósitos, un muchacho Domínguez de Ambo y surge la idea de formar un clubcito, la iniciativa fue de Jorge.
Pero un club de amigos de barrio, todos jugaban por sus respectivos clubes afiliados. Así, nace el Santa Rosa, para jugar nuestros partidos cuando no había campeonato. Para hacer deporte, para recrearnos, divertirnos”.
“Nos reunimos un día, el nueve de febrero del cuarenta y seis, no me olvido, en la casa de Chileno, donde era su taller. Me eligieron director de debates”.
“Se procedió a elegir la primera Junta Directiva recayendo el cargo de Presidente en Alberto Zelvaggio. A mi me eligieron Secretario, Víctor Fernández Mazuelos Director de Deportes. Augusto Olivo y Jorge Muñiz también ocuparon cargos.”. El actual presidente, el Dr. Jorge Espinoza, era en ese entonces un adolescente, un gran hincha, inquieto”.
“Cuando tuvimos que entrar a la Liga si pedí que me nombraran delegado, porque conocía de organización, reglamentos, en fin todo lo que se requería; podía trabajar mejor, pues había que pelear el ingreso del Santa”.
¿Y cómo determinaron el nombre?
“... unos propusieron Huracán. No sé quién dijo Santa Rosa...”.
“Bueno, el nombre era Santa Rosa de Lima, entonces incorporaba a todos los limeños.  Todo eso alimentó nuestra mística, nuestra unidad, ese sentimiento filial que nunca debe perderse...”. Su voz se torna paternal,  fluye emocionada  para decirnos “el color rosado de las camisetas está también relacionado con el nombre de la Santa: Rosa”.
El “Santa Rosa de Lima” a la Liga de Fútbol
“Después de un festival organizado por el Club Tarapacá, en el que participaron todas las divisiones y el equipo jugó contra el Tabaco, tomaron la decisión trascendental de tramitar su ingreso a la Liga.
“Cumplida la actividad, aproximadamente a las nueve de la noche, los que jugaban por el Tarapacá me esperaban en la casa de Chileno. Llegué y me dijeron que habían tomado la decisión de dejar de jugar por este club y tramitar el ingreso del Santa a la Liga”.
“Se tomó el acuerdo, me encomendaron averiguar los requisitos y hacer los trámites pertinentes. Quien nos dio todas las facilidades fue don Fillico Quiñónez, quién trabajaba en la Liga”.
“Alquilamos un local, en los altos del antiguo correo, en el jirón Dámaso Beraún. Preparamos toda nuestra documentación y nos pusieron una traba tremenda. Querían que empezáramos de segunda cuando no había segunda. Reglamentariamente en la primera podían jugar hasta ocho equipos y sólo habían seis. Al final, sesión tras sesión, batalla tras batalla aceptaron nuestra afiliación, pero no aceptaron que ese año cuarenta y seis jugara el Santa Rosa. El Santa Rosa fue fundado oficialmente el 9 de febrero de 1946, el León todavía no existía. Pero acordamos considerar como fecha celebratoria el 30 de agosto en honor a la Santa cuyo nombre habíamos puesto”.
Relaciones con el León
“Un día conversando con los muchachos les dije que estaba solo en la Liga, luchando contra todos. Pensábamos en la necesidad de alguien que esté con nosotros. Nos enteramos que en el Colegio se gestaba el nacimiento de una institución deportiva. Conversamos con el Dr. Marroquín que era el Director, el Dr. Eloy Arriola, el Profesor de Educación Física Ramírez, con quienes éramos amigos. Cuando nació el León, ellos entraron a la Liga”.
“Pero después contra el León se tiraron todos porque quitaba jugadores a los equipos, pues se formó a base del Colegio y en el Colegio todos los clubes tenían equipistas. Una prueba, nos quitaron al “Zurdo” Ordóñez un jugador extraordinario, como pocos”.
Primer partido oficial
“Nuestro primer partido nos tocó jugar frente al “Juan Bielovucic”. Acordamos cambiarnos en la casa de Carlos Latour, ubicado a una cuadra del estadio “Leoncio Prado”, para salir de ahí uniformados.
“El equipo formó con el “Negro” Toto en el arco; en la defensa el guardia Domínguez y el “Pañaco” David Rodríguez; en la media Augusto Olivo, Víctor Fernández, y Jorge Muñiz; en la delantera alternamos Meza, Enrique Latour, Raúl “Shucairo” Rios, el “Pato” Bernal, Alejandro Vía y yo”.
“El primer gol lo anotamos nosotros, fue “Shucairo” Rios. ¡Oh! Fue un júbilo indescriptible. Después arreciaron las cosas, pero como repito ganamos nuestro primer partido y nos retiramos nuevamente a la casa de Latour”.
El adiós de don Polo y un cuadro de recuerdo
Cuando en 1951 retorna a Lima, dejaba un vacío profundo en el Santa Rosa que fue llenado con el cariño y el recuerdo permanente, de quienes reconocieron sus bondades dirigenciales, su calidad humana, sobre todo su carisma, esa facilidad para establecer comunicación.
Al partir don Polo, Mecho Chamorro, diestro también en el arte del dibujo artístico y la caricatura, hizo un cuadro de la entonces reserva del Santa Rosa para obsequiársela como “testimonio de afecto y gratitud”, ahí lucía con un marco especial en la sala de su casa.
Me voy a permitir describirla, en el orden y con los apelativos que figuran: “Socso” Ampudia el arquero; Edmundo “Chiquito” Chocos (sentado), el “Gato” Oswaldo Gallardo, el “Flaco” Alfredo Robles, “Pancita” Alejandro Chepe, el “Negro” Alcides Espinoza, el “Chet” Gastón Andrade, el “Loco” Sapallanga, Suarez, el “Chancho” Mario Mayorga, Mecho Chamorro y el “Zurdo” Manuel Ordóñez. Con un fuete aparece don Polo con Chileno Fernández y el “Negro” Quispe.
Don Polo, tampoco se olvidó de sus muchachos, siempre siguió con preocupación los destinos del club y “saqué pecho cuando llegamos al Estadio Nacional”.
Él tenía la intención de reunirnos con la gente de la época, conversar, retomar los lazos del recuerdo para seguir comulgando en el afecto que sabe dar el deporte, cuando éste se hace esencia de vida. Pero el rito inexorable de la existencia se anticipó a los deseos, llevándose a Walter y casi un año después a don Polo.
No nos volvimos a encontrar, conservo grabada su voz y en mis retinas su figura, pero sobre todo la comprensión de porqué la “rosada” es una familia.
Don Polo: Gracias por la entrevista. Por esa obra que inició junto a hombres como Víctor Fernández Mazuelos y Jorge Muñiz, que la  consolidó el primero de ellos en el bronce del afecto solidario; no sólo formando técnica y tácticamente a jugadores, sinó sobre todo hombres de bien. En una entrevista que le realicé en 1967 me refirió la obtención de cuatro títulos en fútbol, varios subcampeonatos, así como múltiples victorias en básquetbol y voleibol.
Parece que me hubiera salido del tema, pero hablando del Santa, no se puede dejar de decir una palabra por ese viejo grande llamado Víctor Fernández Mazuelos, con el permiso y la emocionada complacencia de don Polo.
Esa obra, don Polo, llegó al Estadio Nacional en 1976 a la final de la “Copa Perú”, bajo la conducción institucional y deportiva de Jorge Espinoza Egoávil.
Me queda mucho en el archivo pero más en el corazón. Quise ofrecerles esta entrevista, la entrego a ustedes.  Porque  lo que  haga el  pueblo nos pertenece a todos. El Santa Rosa y todas las instituciones son patrimonio de nuestra tierra, como lo es también nuestro deporte.
Y al despedirnos don Polo nos dijo: “Salude a toda la gente del Santa, a toda la gente buena de Huánuco. Ojalá todavía se acuerden de mí, porque yo nunca me he olvidado de ellos”. – - Nosotros tampoco don Polo.

            








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