El
Señor del Gol
Sin lugar a dudas,
quienes lo vieron, han dejado sentir la expresión de que Amador Dávila Ruiz, el
“Colorado” o “Cabecita de Oro”, es uno de los grandes de la historia del fútbol
huanuqueño.
Expresión sincera, de
quienes alternaron con él desde la infancia, en el generoso derrochar de
energías tras una pelota, con fraternal sinceridad, haciendo de ella un
instrumento de amistad. El maestro universitario Carlos Castillo Ríos en una
crónica del recuerdo se pregunta ¿ cómo Amacho siendo tan bueno no llegó a
jugar en un equipo de Lima?. Cuántos de su época no se han formulado la misma
interrogante. Los hemos escuchado. Alguna vez le preguntamos sobre eso, Amacho
nos dio una sonrisa por respuesta.
Supimos que el
Deportivo Municipal lo quería en sus filas, en la época de Vides, Tito y
Caricho. Sí, así fue y no lo digo para la sorpresa. Es que el “Colorado” fue
grande en las canchas y siguió siendo igual en la vida. Se quedó en Huánuco con
su fútbol y sus goles.
Era realmente
extraordinario nos refieren. Manejaba los dos pies y la cabeza con gran
capacidad técnica. Virtudes que lució desde infante, cuando defendía la divisa
del Jorge Chávez en los torneos de menores, que se realizaban allá por el año
36 en el Estadio “Leoncio Prado”; cuando definieron el título con el “Sport
Colectivo” y empataron a un gol, el marcó el tanto de los aviadores.(1).
Desde su puesto en la
vanguardia siempre tuvo una cita permanente con las redes. Ora tratando a la
pelota con cariño, colocándola a un ángulo después de avisar socarronamente al
arquero o rematándola con un cabezazo demoledor.
De ahí lo de “Cabecita
de Oro”, por su similitud física y futbolística con Cherro, el goleador de Boca
Juniors ese entonces, pelirrubio, colorado, cabeceador furibundo y goleador
empedernido. Apelativo que se lo puso “Cañón” Ramírez su compadre del alma,
hasta nuestros días los vImos trajinar
la Plaza de Armas en horas vespertinas, dos grandes de nuestro deporte dos
señores de nuestra tierra.
Cuando apenas tenía 15
años de edad defendió la divisa del Sport Minería, al lado de las glorias del
36. Adolescente aún era parte de la alineación en la que figuraban Alejandro
Sara en el arco; César Pinzas y Camilo López en la defensa; Reynaldo Mory,
Eladio Estrada y “Chueco” Guerra en la volante; Ernesto Cornejo, Oscar Ramírez,
Tulio López y él en la delantera (2).
“Jugando por este
equipo conseguí el mejor gol de mi vida...”, manifiesta, fue un caracol frente
al “Instituto Lima” que vino con el “Pibe” Baldovino; “... hasta el árbitro me felicitó...”
remarcó el “Colorado”.
Dos años en el Prado y
desde el 41 la divisa roja del “Juan Bielovucic”. Ahí dio lo mejor de su
fútbol. Recuerda sus duelos frente a su tradicional rival el Tarapacá. Levanta
su voz para decir que defendió en siete oportunidades la selección de Huánuco.
Hasta 1954 haciendo goles, deleitando al público con sus jugadas espectaculares,
enronqueciendo las gargantas de los hinchas. Viviendo el fútbol con intensidad,
dejando para la posteridad el recuerdo de su calidad y entrega sin reveses.
Movido por la
evocación, en una entrevista que le hiciera nuestro colega Luis La Rosa Higa
declaró: “que Samuel Ratto fue un gran
jugador, el mejor que ha visto en canchas huanuqueñas. Era completo”, para
luego continuar, como pidiendo que no debemos olvidarnos, “de la clase de
Reynaldo Mory, Oscar “Cañón” Ramírez, Eladio Estrada, Santiago Lazo, Conguito
Morales, Jorge Villar, Tucho Montes, José Meléndez”. En la misma entrevista
expresa que el arquero más difícil que enfrentó fue Alejandro Sara.
Mientras Walter Pérez,
uno de los ídolos del deporte huanuqueño, cuando conversábamos sobre “Cabecita
de Oro”, nos decía que era peligrosísimo por sus recursos técnicos y la rapidez
con que resolvía en el área, a la que nunca corría.
Con Amacho Dávila, podemos decir que no sólo tenemos
historia sino gloria en el fútbol.
(1) “El
Progreso” – Nº 273 – 20 de marzo de 1936.
(2) “7ma.
Región” – Nº 2 – 21 de setiembre de l982
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