Las crónicas integradas
en este volumen bajo el título de El deporte
que vivimos son una expresión
de vida, es el relato de hechos relevantes del deporte huanuqueño que nos tocó
vivir y
de aquellos cuyo conocimiento ha
sido recogido de los actores o
aficionados mayores, así como de periódicos y revistas huanuqueñas y
nacionales.
Sé perfectamente que no
todos los sucesos deportivos importantes están presentes en este contenido, de
la misma manera estoy seguro que los que ahí aparecen tienen
significación deportiva y social, al haber conmocionado en su momento al pueblo
de Huánuco, alcanzando trascendencia hasta el presente.
Estas crónicas constituyen
solamente una parte del total que conservo en archivos, las mismas que por razones
de carácter editorial no es posible publicarlas en un solo volumen, por lo cual me he visto precisado a realizar una
selección tomando en consideración la significación social de su
contenido. Ellas guardan independencia temática pero están ordenadas cronológicamente, brindándonos una visión integral del deporte
huanuqueño a través del tiempo.
Comprenden desde la
primera década del siglo XX con los inicios de la práctica deportiva en
Huánuco, del fútbol, voleibol y basquetbol, del nacimiento de las primeras
instituciones y de las primeras competencias, así como de los procesos de
institucionalización de las competencias deportivas hasta los significativos
acontecimientos del presente como son la
obtención del subcampeonato de fútbol profesional por el León de Huánuco y su
consecuente participación en la Copa Libertadores de América.
Dentro de ellas aparece
el nacimiento de clubes como el Juan Bielovucic, Cultural Tarapacá y Leoncio
Prado, los decanos del deporte huanuqueño, también del Alianza Huánuco, Santa
Rosa, León de Huánuco, Crespo Castillo, y se registran acontecimientos deportivos como
la gloriosa campaña de la selección de fútbol que participó en el Campeonato
Nacional de 1936, la rutilante trayectoria del legendario automovilista Juan
Perrys Álvarez, las espectaculares performances del Club Sporting Tabaco la
década de los cuarentas, la destacada actuación del equipo femenino de
basquetbol del Club León de Huánuco en 1954 en Lima, la participación del León
de Huánuco en la Copa Perú y su ingreso a la profesional, la notable actuación
de Guido Ronquillo Cornelio en el Concurso Nacional de Tiro Gildemeister, los
triunfos de los ciclistas Pablo Cajas y Vicente Pérez, el título de Campeón
Nacional de Voleibol Interbarrios obtenido por Huánuco en 1966., los
campeonatos regionales del Sport Sherekhan el título nacional de bochas logrado
por Lucho Sara, entre muchos otros
logros felices de nuestro deporte.
Asimismo aparecen
destacados exponentes de los diferentes deportes practicados en Huánuco a
través de los tiempos como Samuel Ratto,
Amacho Dávila, Shanti Lazo, Walter Pérez, Julio Jump, Rubén
Caldas, Jorge Cabanillas, Lucho Sobero ,Ledda
Ponce, Zurdo Ordóñez, Elena Pérez, Pancho
Robles, Bertha Fano, Javier Fano, Rosa Flores, Fernando
Velit, Carlos Chávez, Edgardo Ramírez, Pitin Sandoval, Mañuco Espinoza, Jaime Torres, el Gato Chacón, entre los muchos que dieron renombre a nuestra
tierra.
Quienes asumimos la
tarea periodística deportiva lo hicimos fundamentalmente llevados por nuestra
afición al deporte y naturalmente, por nuestra vocación de comunicadores
sociales. En el ejercicio sincrético de esta actividad nos fuimos nutriendo de
conocimientos e informaciones que fueron a constituir el soporte de nuestro
ejercicio, a la vez que proveyéndonos de importantes aspectos teóricos y
técnicos relacionados con la acción comunicacional.
El deporte llego a mí
vestido de fútbol, en forma de juego infantil, posiblemente antes que brotara
en mí la luz de la razón y tal vez mucho antes de que mi madre me regalara una
pelota de jebe, con la cual correr en el patio de mi casa en La Esperanza.
Después jugaría con mis
primeros amigos, los chicos de la Escuela 4092 en el patio grande o en la
carretera, que esa vez corría generosa por el pueblo con destino a Pucallpa.
Pasábamos tiempo interminable con el “Pargasho”, “Picacho” Morales, Mercurio
Noblejas, Pedro, Cesar, Augusto y Goyo
Chocano, Lucho Alomía, cuidándonos de
rato en rato de los carros que estaban en la ruta.
Así, fue convirtiéndose
en un elemento de socialización, hasta que un día fui a Huánuco cuando por radio trasmitían un partido de fútbol, jugaba
la “U” con el Alianza, fue esa tarde en la que Lolo marco tres goles y me hice hincha de los cremas.
A los dos días, cuando
recién llegaban los periódicos , vi la figura del cañonero rematando al arco y
batiendo a Paredes, luego en los brazos
de sus compañeros con el gesto de emoción y en hombros del publico diciendo
adiós con humildad, recibiendo y agradeciendo los aplausos, no pidiéndolos, a
pesar de lo mucho que había dado.
Luego, días después
fuimos al estadio. Era agosto de 1953, se jugaba el Campeonato del Centenario del
nacimiento de Leoncio Prado, se estaban enfrentando las selecciones de Huánuco
y Tingo María. Lo primero que vi fue un
tiro de penal. Ingresé cuando el público que colmaba el Estadio “Leoncio
Prado”, coreaba: - ¡Que lo tire Zurdo! – ¡Que
lo tire Walter!.
Fue Walter, a quien aún
no conocía, quien se puso frente a la
pelota para convertir la ejecución en gol. Años después con el Cholo Walter
haríamos una gran amistad.
Luego, dejar La
Esperanza, los libros de la naturaleza, esos de páginas verdes iluminadas con
rayos de sol. Ahí no se necesita preguntar por los colores del arco iris, porque
aquel que creció bajo ese cielo jamás pensara en claroscuro.
En la ciudad fui al
“San Luis Gonzaga”, tenía dos patios grandes, donde podíamos jugar pelota, ella
siguió en nuestra ruta de vida por el Centro Escolar “Hermilio Valdizán” hasta
llegar al claustro leonciopradino, mientras que en nuestro barrio de Huallayco
nos organizamos primero en el Club
Rodillo Negro y luego en el Defensor
Huallayco.
Mis cuadernos: el curso
en las primeras páginas. Las restantes: los resultados del campeonato
profesional, los de la Liga, la lista del equipo del salón, el fixture del
intersecciones. Había sido elegido Delegado
del Primero “A”, nuestro Auxiliar era el Zurdo Ordóñez.
Gustaba de escribir comentarios sobre el
campeonato interno, uno de esos fue visto por el profesor Augusto Shiggio, lo
leyó y me dio la responsabilidad de hacerlo todas las semanas para ser
publicado en el periódico mural.
Discurrí con mis
primeras notas en los eventuales medios de prensa que surgieron en nuestra ciudad,
como Semana y Pillco,
donde escribía con el seudónimo de El
Hincha. Luego, allá por el año 1964 cuando surge “Antorcha Deportiva” bajo
la dirección de Pepe Reyes Céspedes, en Radio “Ondas del Huallaga”, teniendo la
compañía de Roque Visag, Alfredo Omonte y Hamilton Zevallos, formaría parte de
este plantel por breve tiempo.
“Antorcha Deportiva”
dejó Radio “Ondas del Huallaga” y con Jando Amayo, Lucio Pastrana, Eugenio
Pastrana y Eduardo Figueroa, alentados por el entusiasmo de Róger Rondón
constituimos “Ecos del Deporte” en 1967, que se irradió por esta misma emisora.
Posteriormente, pero en
el mismo año, se integraron Walter Pérez, Dimas Garay, Carlos Andrade y Oscar
Beteta. Con el paso de los años se incorporaron Roque Visag y José Marín, Luis La Rosa Higa,
también fugazmente Alberto Vélez de
Villa Figueroa.
Nosotros dejamos el éter
tras haber cumplido más de veinte años en el hermoso trajinar periodístico
deportivo, donde acumulamos experiencias, pero por sobre todo grandes
emociones, que no tienen por qué quedarse en el tintero sino que deben llegar a
ustedes, a quienes les entrego como un testimonio de gratitud y de homenaje,
que alcanza también a quienes fueron los actores.
El deporte y el
periodismo crecieron en mí desde mi primera infancia. Por eso considero que
este trabajo es la síntesis de mi quehacer periodístico deportivo, tarea
que compartí con mis colegas periodistas, dirigentes y deportistas,
fundamentalmente con los aficionados con quienes estuvimos en permanente comunicación
y que quiero prolongar a través de esta entrega.
Sé que no todo lo que
me dio el deporte en vivencias está reproducido. También soy consciente que el
pueblo y los deportistas merecen mucho más,
queda aún material en archivo para una nueva publicación y muchas cosas
en el tintero, teniendo conciencia que
Huánuco, el periodismo, el deporte y la
afición tienen una importancia
especial en mi vida.
A ustedes les
pertenece.
Muchas gracias Edmundo, por darnos a conocer un poco sobre la historia del deporte en nuestro querido Huánuco.
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